Cuando el jefe de Gobierno porteño, Aníbal Ibarra, fue reelecto para su segundo mandato al frente de la Ciudad, el ex legislador Daniel Bravo pensó que podría encabezar la Secretaría de Educación. Ante la negativa de Ibarra, bajó un escalón sus pretensiones pero Perazza se opuso de plano a su nombramiento como subsecretario del área. Algunos voceros llegaron a admitir que la funcionaria hasta colocó su renuncia sobre el escritorio si Bravo desembarcaba en Educación.
Con la designación del hijo del recordado Don Alfredo al frente de la Dirección de Deportes, los roces no cesaron, sino que iba a haber tiempo para más miradas desafiantes.
Uno de los puntos fuertes del Gobierno de la Ciudad tiene que ver con las colonias de verano. Bravo asumió el 5 de enero pasado y empezó a recorrer los distintos polideportivos para conocer cómo se desarrollaban las colonias. Más de 30 mil chicos participaron del verano porteño, pero aún, la Dirección de Deportes, no recibió todo el dinero para pagarle a las personas que trabajaron durantes los tres meses. Es que desde 2004, la cuenta de las colonias, por orden del propio Ibarra, pasó a ser controlada por la Secretaría de Educación. Y Perazza, dicen en Deportes, demoró demasiado para soltar cerca de 10 millones de pesos que fueron destinados para los gastos coloniales.
La mala relación se siguió incrementando, ya que alrededor de Daniel Bravo algunos de sus colaboradores califican de revanchista la actitud de Perazza para molestar a su compañero de gabinete. Mientras que, por el lado de la Secretaría de Educación, sostienen que la demora se debió al pormenorizado control de cada uno de los números que llegaron a esa dependencia.
Más allá de las razones de cada rincón, todo lo que sucede tiene el color de intencionalidad para irritar al de enfrente.
Además, Perazza no vio con buenos ojos el lanzamiento por parte de la dirección que comanda Bravo, de las Escuelas de Iniciación Deportiva, que funcionarán en los polideportivos de la ciudad para chicos de 6 a 12 años. Allí podrán jugar al fútbol, al handball, al básquet y al cestoball. Es que para algunos es una actividad que debería hacerse en las escuelas.
Sin embargo, a Bravo no le gustó mucho que su compañera de gabinete pusiera en marcha el nuevo Club de Jóvenes, que funcionará en 17 escuelas de la Ciudad, aunque para chicos de 12 a 17 años. Todos los sábados del año podrán tener actividades deportivas como fútbol, voley, básquet y handball aunque además cuenta con talleres culturales.
Casi lo mismo, aunque para otra franja de edad. Son apenas algunas muestras de lo que sucede entre Deportes y Educación. O entre Bravo y Perazza que, aunque lo nieguen, ya no lo pueden ocultar.