Marcelo Vensentini no quiere ser una viuda del progresismo y apunta al futuro. Preside la Fundación Ambiente y Sociedad y es coordinador general de Citefa (Centro de Investigaciones Científicas y Técnicas para la Defensa), justamente, en el Ministerio de Defensa. Su trayectoria militante y en la gestión porteña (fue ministro de Medio Ambiente y legislador) le permite una mirada aguda sobre la actual gestión porteña, a condición de revisar la experiencia propia.
?Empecemos hablando de la gestión de Macri.
?A mí me parece que tiene dos costados: el reaccionario, que se nota en la asignación de los recursos, cuando vos analizás donde pone el dinero y donde no, y el costado de la incapacidad y la ineptitud. Haber pasado por la década del 90 nos dejó como saldo que la receta neoliberal es una porquería. Me parece que la gestión Macri demuestra que la administración neoliberal con empresarios a cargo del Estado no es solamente reaccionaria, sino también inepta. Y por un motivo ideológico: no entienden el Estado. Una primera conclusión de la gestión pública es que uno está un tiempo, entra, se va, y el Estado sigue. Uno no destroza el Estado; cuando te vas tratás que siga igual o más fuerte. Llegaron estos chicos y dijeron: ?Acá empieza todo de vuelta?, y no es así, el Estado sigue, vos no podés decir: ?No, yo no contrato así, contrato asá?, porque hay una manera de hacerlo. Y creo que hay un desconocimiento del sector privado y es entendible, porque a ese sector no le importa que existan leyes: el privado va a violar todas las leyes y antes de cometer el delito va a venir el abogado de la empresa y decir: ?No, corregí esto y esto?, pero en la cabeza del empresario no está que para tomar una decisión tenga que cumplir una ley. El tema de Macri es un buen ejemplo del traslado de lo privado a lo público.
?Muchos creen que el margen que tuvo también fue por el terreno cedido por las gestiones progresistas.
?Macri tuvo el margen estructural de una protección mediática absoluta, que llega después de una frustración de las gestiones progresistas y que no tiene oposición.
?¿No hubo demasiada prudencia e ineficacia durante las gestiones de las que usted formó parte?
?Las gestiones progresistas tuvieron sus luces y sus sombras. Yo quiero hablar de la de Ibarra; la de Telerman fue un residuo perverso de la gestión de Ibarra, ése es mi título. La gestión de Ibarra es un ejemplo de cómo el progresismo es incapaz de hacer cosas que sólo las puede hacer el movimiento nacional y popular. Chacho Álvarez y Fernández Meijide no pudieron hablar en contra de la convertibilidad porque tenían miedo, el progresismo ¡es cagón! Piensa que tiene que dar prueba de confiable, entonces hay muchas cosas que no se anima a hacerlas. Ibarra tuvo dos grandes virtudes: el cuidado de las cuentas públicas, y segundo, que gestionó la crisis como nadie lo podría haber hecho. Recordemos que en esa crisis se priorizó, a pesar de que le decían que no hacía veredas y que iba a perder las elecciones por eso, poner alimentos, bancar la educación, la salud. Y en la construcción política hizo todo mal, por eso cayó. Pero en medio de la crisis negoció la deuda, la Ciudad no defaulteó. Pero en el imaginario colectivo quedó que no produjo ninguna transformación a fondo en la Ciudad. No logró remontar eso y se quebró en Cromañón.
?Volviendo a lo anterior: ¿no hay oposición al macrismo?
?Hasta la segunda elección en la que participó, Macri era el malo de Buenos Aires. Pero justamente Telerman, en esa elección de 2007, se sienta a hablar con él como un político más, en función del ?consenso?. Entonces le da la puerta de entrada a la legitimidad, y Macri dejó de ser el demonizado, el mal, y todo lo que representó durante la segunda campaña electoral de Ibarra, que era ?todos contra Macri?. Y creo que parte de la legitimación de Macri no está dada solamente por sus virtudes sino porque generó una crisis, y posterior a la crisis fue legitimado. Y prácticamente no tuvo oposición. ¿Cuál fue la oposición que tuvo Macri? Macri no tenía mayoría absoluta en la Legislatura y le votaron el bono de endeudamiento. A nosotros nos votaron el bono Tango en el momento que había que redefinir la crisis y construimos un consenso de Estado y de cara a la sociedad. Acá le votaron cosas que yo no hubiera votado jamás. Y no quiero decir nombres, sólo digo que no tuvo oposición. Hubo un acuerdo de consenso de gobernabilidad? Yo no sé en la primera etapa del gobierno de Kirchner cuánto jugó Alberto Fernández en eso. Porque, para ser sincero con Diego Kravetz, más allá de que esté en contra de algunas cosas, él era un eficiente diputado de Fernández, y no hubiera hecho muchas cosas si la oficina de Casa Rosada de Alberto no lo hubiera planteado. Esto es una cosa que se empezó a hablar cuando armamos el Encuentro Popular para la Victoria: por un lado, vos tenés que ser opositor, pero por otro, tampoco se trata de ser opositor a los tiros. Para eso, lo primero que tenés que hacer es zafarte del look de las viudas del pasado.
?Y la nueva Legislatura, con la incorporación de más izquierda no kirchnerista, ¿le despierta algún tipo de expectativa?
?El problema es que al pinosolanismo le preocupa más no tener que ver con Kirchner que bajar a Macri. Pierde el norte.
?¿Qué 2011 imagina?
?Creo que hay que construir una alternativa como parte del proyecto nacional. Hay que construir con criterio amplio; entiendo razonable que el PJ quiera tener personalidad y yo me llevo muy bien con Santa María, pero sólo con el PJ es derrota. Lo mismo sería construir sin el peronismo. La Ciudad puede construir la versión porteña del movimiento nacional y popular. Los porteños somos jodidos y caprichosos. Y la versión porteña del movimiento nacional y popular puede ser así, y tilinga, hipócrita. Pero no se puede decir: ?No tengo nada que ver con esos gronchos brutos que están allá?.