La vida debajo del ring

La vida debajo del ring

Se crió en el ambiente pugilístico: su cuna fue el Luna Park. Dice que nunca estudió y que el periodismo llegó a él. “Hay buenos boxeadores pero cobran poco dinero”, asegura.


Mi papá era entrenador de boxeo y de chico me crié en un ambiente pugilístico. Mi diversión era ir los sábados al mediodía al gimnasio del Luna Park. Practiqué boxeo cuando tenía 13 años porque iba al gimnasio en las vacaciones, y todos los técnicos me enseñaban algo.

Por otro lado, me gustaba mucho escribir. Hijo único, no era de salir a la calle y vivía con la radio. Era muy introvertido y muy lector. Un día vi una pelea y la escribí como un cuento. Se lo mostré a Simón Bronenberg y lo publicó en la revista KO Mundial. Después empecé a escribir y a publicar, y cuando quise acordarme, estaba ayudando a Ernesto Mizrahi en un programa de Radio Porteña que producían Juan Pedro Puebla y Néstor Ibarra.

No le tenía miedo al micrófono ya que los conocía, porque mi tío era Agustín Irusta, integrante del trío Irusta-Fugazot-Demare. Nunca estudié y podría decir que el periodismo llegó a mí, que nunca lo busqué.

La situación del boxeo argentino es la misma de siempre. Hay buenos boxeadores pero cobran poco dinero. Los que tienen una visión más profesional firman con una empresa extranjera o se van, como Maravilla Martínez, Baldomir, el Potro Abregú o Maidana mismo.

Afuera la exigencia es mayor. Acá, el boxeador en general tiende más a entrenar para pelear que entrenar para vivir, y cree que si no tiene plata, no puede entrenar; pero el entrenar es no tomarse un litro de cerveza y sí uno de jugo.

?Si tuviera plata como De la Hoya, entrenaría?, pero para tener la plata de De la Hoya hay que entrenar. Por eso, cuando salen, pierden mal, porque no son profesionales. Entrenan sólo cuando hay una fecha, si no, no se entrena. Si se le avisa de una pelea con veinte días de anticipación, no llega porque primero tiene que bajar de peso y después ponerse al día.

Por otra parte, la Federación Argentina de Box no está atravesando un buen momento. La FAB tiene firmado un contrato con Torneos y Competencias como el que tenía firmado la AFA. Los promotores ?Rivero, Margossian y las pocas peleas que le dan a Arano? son los responsables de cada velada.

Una vez le pregunté a Osvaldo Bisbal (presidente de FAB) por las bolsas bajas y las malas peleas. Me dijo que no tiene nada que ver con eso y que sería responsabilidad de los promotores. Si todo es un problema de los boxeadores y los promotores, ¿para qué está la Federación? Haría falta una gran renovación que veo imposible ahora.

Impasse 1: Una vez lo encontré a Carlos Irusta caminando por Corrientes. Me acerqué y le dije de hacer una nota. Al poco tiempo, acordamos encontrarnos a charlar para la nota, en la confitería del hotel Dorá.

La cuestión del ídolo es inexplicable pero debe tener un vehículo de comunicación con la gente. Saldaño fue un ídolo desde el primer momento que peleó en el Luna, pero ya era ídolo en Tucumán. Él salió en televisión un miércoles a la noche e impactó. Ahora esto es más complicado porque la transmisión de TyC empieza a las 12 de la noche. Hay gente que tiene la costumbre de dormir a esa hora. Entonces es difícil que te pregunten por boxeadores que no conocen.

La palabra ídolo es muy difícil porque es aquél con quien todos están de acuerdo. El último ídolo de verdad fue Nicolino Locche. Saldaño fue muy querido y casi ídolo, pero no así Bonavena. Locche era un ídolo a pesar de sí mismo. No decía ?lo mato?, tampoco Saldaño.

Pero Bonavena, como hablaba tanto, obligaba a querer verlo. Cuando peleó con Gregorio Peralta, el cincuenta por ciento de la gente fue a verlo perder. Castro fue ídolo pero le faltó ?su? Luna Park. En su apogeo, peleó con El Puma Arroyo pero fueron sólo siete mil personas. Es el Maradona del boxeo.

Goza más del respeto y admiración de la gente del boxeo que de afuera, porque no pudo demostrar su condición de ídolo con la venta de entradas. Pero esto no es culpa de él.

El primer boxeador que vi y que me deslumbró fue Luis Federico Thompson. La primera pelea que recuerdo haber visto fue en el 57, Luis Federico Thompson contra Juan Carlos ?Rocky? Rivero. Thompson era un boxeador extraordinario y muy inestable. Si el rival era malo, la pelea era horrible, pero si el rival era bueno, él se lucía.

Después, apareció Nicolino Locche. Recuerdo haberlo visto en una preliminar y dije ?qué tipo raro?. Era peladito y hasta el nombre era un poco gracioso. No me gustó mucho y después, cuando le ganó el título a Jaime Giné, se armó una polémica muy grande porque decían ?no boxea?, ?se sienta contra las sogas y no hace nada?. Después me convertí en un confeso fanático de Nicolino. Igual, no sé si el mejor boxeador es aquel que uno va a ver.

Me gustaba ver a Sugar Ray Leonard pero también ver a Roldán, que no era el mejor pero metía una mano y se acababa la discusión. O a Abel Cachazú. El mejor, por técnica, poderío y coraje fue Sugar Ray Robinson pero el más grande fue Muhammad Alí. La diferencia radica en que todo el mundo lo conoce a Muhammad Alí tanto por lo que hizo dentro y fuera del ring.

Impasse 2: La voz de Carlos es inconfundible y familiar. El hombre de las fantásticas crónicas en El Gráfico dice lo que piensa con su tono característico, mezclando sabiduría e ironía.

El boxeo femenino no me vuelve loco. Cuando empezó fui de los primeros en apoyarlo y difundirlo. La mujer tiene derecho a hacer lo que quiera. Sería muy tonto decir que no puede boxear. No me convence, aunque hay boxeadoras como Yessica Bopp que boxea muy bien, la Tigresa Acuña o la Pantera Farías que es agresiva, fuerte y tiene carácter.

En su gran mayoría, las boxeadoras son muy aguerridas y eso que ahora están más calmadas. En la época de Christy Martin eran peleas salvajes. Faltaba que se agarraran de las mechas.

Ahora boxean más y tienen más técnica pero no dejan de ser frontales. Aquí podría decirse que La Tigresa es ídola. Trajo muchas mujeres al Luna y a los gimnasios. Es la Luis Ángel Firpo del boxeo femenino y si se analiza todo lo que hizo, es extraordinario. Por asistencia de público al Luna, le gana a más de un reconocido. La Tigresa lleva diez años en esto, pero no acepta críticas.

No la vi ganar contra Alicia Ashley pero me consta que se ofendió con alguno que se lo ha dicho. En las últimas peleas no estuvo a la altura de sus pergaminos. Lo lógico ?y ella lo dijo?, sería retirarse antes de que venga una piba y se la lleve por delante. Ya hizo todo lo que tenía que hacer y está más que cumplida.

La Hiena Barrios es un tipo al que quiero mucho y que, como todos, es artífice de su propio destino. Siempre tuvo mala suerte. La tuvo con Popó Freitas, recibiendo una mano en la que todo el mundo dijo ?¿cómo, no sabía??, como si estuviera jugando al ajedrez. Se comió una mano, y bueno. Con Rocky Juárez termina totalmente cortado; con Joan Guzman se pasó de peso groseramente.

Ahora tiene un problema muy grave del que todavía no está determinado su grado de responsabilidad. Después sale en fotos manejando autos, vuelve a chocar, tuvo un problema con el Roña Castro en Cocodrilo. Digo, todos somos artífices de nuestro destino. Una vez puede ser mala suerte, la segunda también pero ya la décima… Me da mucha pena porque es un buen tipo pero hay algo dentro de él que lo maneja y lo lleva a la destrucción. Como si fuera Dr. Jeckyll y Mr. Hyde.

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