Lubertino, en el blanco de tiro

Lubertino, en el blanco de tiro

El tuit mediante el que agredió la sensibilidad religiosa de los diputados porteños Sergio Bergman y Victoria Morales Gorleri colmó la paciencia de sus pares, que decidieron denunciarla en la Legislatura y en el Inadi. Cómo sigue el proceso. Qué dice ella.


?¿Hasta dónde están dispuestos a llegar con Lubertino?
?Hasta lo máximo que podamos.
?¿Hasta destituirla de su banca?
?Te lo dije: hasta lo máximo que podamos.

El diálogo es entre Noticias Urbanas y un legislador del Pro, consultado por las acciones que se planean llevar en el Parlamento porteño para sancionar a la legisladora María José Lubertino, del Frente para la Victoria, por su controvertido tuit ?Morales Gorleri y Bergman: saquen sus rosarios y sus kipas de nuestros ovarios!?, redactado durante la sesión del jueves último, en la que la oposición logró aprobar la Ley de Aborto No Punible por un voto de diferencia.

Lo que complica la situación de la diputada porteña kirchnerista, de origen radical, es que la intención de reprenderla no solo es del macrismo, sino que la comparten legisladores de otros bloques, incluido el Frente para la Victoria, donde la definen como ?un elemento traumático?.

?Con ella acordás una cosa y después en el recinto hace otra, no respeta nada y suele dejarnos mal parados con sus constantes desubicaciones?, se sincera un integrante de la bancada kirchnerista, amparado en el off the record. Y añade: ?No vamos a respaldar como bloque a una persona que tiene actitudes antipolíticas?. Otros legisladores relatan que el presidente de la bancada, Juan Cabandié, ya no soporta los modos y desplantes de Lubertino y que hasta habría llegado a pedirle alguna vez al vicepresidente primero de la Legislatura, el macrista Cristian Ritondo, que no le diera la palabra durante la sesión, cosa que Ritondo, obviamente, no puede hacer.

Apenas se conoció el escandaloso tuit, todos los bloques votaron una cuestión de privilegio contra la diputada y decidieron elevar la acusación a la Junta de Ética de la Legislatura y también al Inadi, órgano que, paradójicamente, Lubertino presidió durante el gobierno de Néstor Kirchner. El legislador K Dante Gullo, en su rol de vice segundo de la casa parlamentaria, acompañará (posiblemente este viernes) a Ritondo para hacer la denuncia contra la diputada porteña en el organismo antidiscriminación. ?La vamos a presentar juntos porque me comprometí a eso, ya que todos votamos esa cuestión de privilegio?, aclaró Gullo a Noticias Urbanas. ?Lo que vamos a hacer ?explicó el legislador kirchnerista? es dejar la copia taquigráfica de lo que sucedió en el recinto para que el Inadi evalúe. No vamos a agregar otra cosa.?

FASTIDIO ACUMULADO

En la sesión en la que se aprobó el Aborto No Punible, el Pro decidió cumplir la palabra empeñada a la oposición de mantener el quórum aunque sabía que los números no favorecían su postura. De ahí la bronca por la declaración tuiteada de la legisladora, ya que se produjo cuando faltaban minutos para que se votara la norma. Para los legisladores Sergio Bergman y Victoria Morales Gorleri fue una agresión personal por sus creencias religiosas; para el macrismo en general, una falta de respeto que olió a ?cargada? (?fue como ir perdiendo 3 a 0 y que nos tiraran un caño?, graficó un legislador Pro), y para la oposición se trató de una ?irresponsabilidad? que pudo haber echado por la borda la aprobación de la norma.

Las represalias a Lubertino ya se empezaron a sentir: el Pro decidió vaciarle la Comisión Especial de Igualdad Real de Oportunidades y de Trato entre Mujeres y Varones, que Lubertino preside, hasta que renuncie a la titularidad de la misma. Además, la legisladora recibió una silbatina durante la segunda sesión del Parlamento de las Mujeres que se hizo el lunes último en la Legislatura, debido a que no mostró ningún tipo de arrepentimiento por sus dichos.

En diálogo con Noticias Urbanas, Lubertino definió el proceso en su contra como ?una cuestión distractiva del Pro para quitar del foco que se haya dictado la Ley de Aborto No Punible y tapar un eventual veto de Macri?. Lubertino sostiene que su bloque ?la acompaña? y que si votó en su contra suya ?fue para que el macrismo no se levantara y así se perdiera el quórum?.

Sin embargo, las expresiones recogidas en la Legislatura hoy están lejos de abonar su optimismo: la acusan de tener actitudes y declaraciones desubicadas, maltratos y faltas de respeto hacia sus pares y a quienes, en general, no piensan como ella, y buscar un excesivo protagonismo mediático, que a veces pone en ridículo al Frente para la Victoria. La sensación que deja flotando la denuncia es que, más allá de su cuestionable tuit, a Lubertino se la tenían jurada desde mucho antes.

LUBERTINO: "MI TUIT FUE UN CHASKI BOOM FRENTE AL DISCURSO DE BERGMAN"

?¿Qué opina de la acusación por discriminación en su contra?

?No es más que una cuestión distractiva del Pro para quitar del foco que se haya dictado la Ley de Aborto No Punible y tapar un eventual veto de Macri. Desde mi autoridad académica y desde el haber sido titular del Inadi, te aseguro que no hubo discriminación de ninguna índole.

?¿No se arrepiente de lo que dijo contra Gorleri y Bergman?

?Me disculpé para mantener el quórum. Si alguien se sintió ofendido no fue mi intención, pero tampoco voy a cambiar mi opinión. La intervención de Bergman fue la que suscitó mi tuit, en el que reivindiqué la no intervención de las cuestiones religiosas en el Estado laico. El tuit que le mandé es un Chaski Boom en comparación con lo que él dijo. Habló sentado en la Torá como si nos catequizara a todos, su comportamiento fue extorsivo para todas las personas creyentes que sostienen la separación de la Iglesia y el Estado. Y los no creyentes están, para él, fuera del sistema de pensamiento. A diferencia de Bergman, otros fundamentalistas religiosos como Gorleri o Gabriela Michetti tienen una nueva estrategia: hoy la Iglesia ha sofisticado el discurso buscando trabas burocráticas, yendo en contra de lo que ordenó la Corte Suprema. No invocan la cuestión religiosa pero las barreras que ponen tienen el mismo efecto de no respetar los derechos de las mujeres. La denuncia es una operación para poner a los fundamentalistas religiosos que responden al patriarcado como víctimas y correr de ese lugar a las mujeres.

?¿Siente que su bloque le soltó la mano? Porque deslizan mucho enojo con usted y no solamente por este tema.

?No creo en radio pasillo. Todo lo que tengo que discutir lo hago en el ámbito que corresponde. El bloque me acompaña.

?Un medio publicó que usted amenazó con revelar secretos de Boudou si la obligaban a renunciar. ¿Es cierto?

?No, lo que dice esa nota es un disparate. Ni me tomé el trabajo de contestarla.

LOS PASOS TRAS LA DENUNCIA

Son varias las penas que la Legislatura puede imponer a uno de sus integrantes. Entre ellas, se cuentan el apercibimiento, sanciones pecuniarias, suspensión y hasta la destitución del cargo. Según el Reglamento Interno del Parlamento porteño, cualquier ciudadano puede, con fundamentos, iniciar allí una acción contra uno o más diputados de la Ciudad. La denuncia se gira a la Junta de Ética, que, a su vez, la debe trasladar al despacho del legislador imputado para que, en un plazo de cinco días corridos, haga su descargo. Luego, la Junta de Ética tiene 10 días corridos para resolver si admite la denuncia o archiva. Si la acepta, se abre un proceso similar al del juicio político establecido en la Constitución porteña con la diferencia que, en este caso, se prevén más penas que las de destitución e inhabilitación establecidas en la Carta Magna de la Ciudad.

Una vez admitida la denuncia por la Junta de Ética, la Secretaría Parlamentaria debe llamar a la Sala Acusadora, integrada por 45 legisladores elegidos cada dos años en la primera sesión ordinaria, y remitirle el expediente. Para eso, tiene 60 días hábiles, prorrogables por otros 60 más. De allí que el avance o detenimiento de una causa depende de la voluntad política de impulsarla.

La acusación prospera si es votada por dos tercios de la Sala (30 diputados). De ocurrir esto, la Sala Juzgadora, compuesta por los restantes 15 legisladores que integran el cuerpo, es la que debe resolver si condena o no al acusado. Para lo primero debe contar con el voto afirmativo de dos tercios de sus integrantes (10 sufragios). Según explicaron en la Junta de Ética de la Legislatura, la pena la impone la Sala Juzgadora.

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