Basura. En nuestra Ciudad, que no dispone de territorio propio para enterrar sus residuos, las dificultades habituales se ven agravadas, entre otras cosas, porque ya hubo que cerrar los centros de disposición final de Villa Domínico, González Catán y Ensenada por las protestas de los vecinos que argumentaban sufrir enfermedades, malos olores y contaminación de sus aguas a causa del defectuoso tratamiento de los residuos por parte de la Coordinación Ecológica del Área Metropolitana (Ceamse).
Entonces, es correcta la actitud del ministro de Ambiente y Espacio Público, Diego Santilli, de cambiar los lineamientos que trazó su antecesor en el cargo, Juan Pablo Piccardo, que quería retrotraer el espíritu del contrato a aquellos buenos tiempos ?para las empresas recolectoras? del cobro por tonelada y de los artículos oscuros, que eran interpretados arbitraria y positivamente ?para las empresas? por el funcionario a cargo de la concesión, cuando éstas le solicitaban mayores costos.
Más allá de estas mejoras, si bien los lineamientos que Santilli anunció la semana pasada son en algunos puntos una superación de las normas anteriores, no eludirán la polémica porque los plazos en los que entrarán en vigencia los nuevos parámetros ya están vencidos y lo estarán aún más el año que viene, cuando las nuevas empresas, que serán tres, comiencen a prestar servicios.
La nueva licitación
Se instalarán en toda la Ciudad contenedores de tres distintos tipos, según la clase de residuos: en seis mil cuadras los habrá de tapa naranja, para los residuos secos, y de tapa gris, para los húmedos u orgánicos (restos de comida). Cada cuatro cuadras existirán los llamados Puntos Blancos, que serán contenedores que se ubicarán además frente a los grandes generadores: edificios públicos, hospitales, colegios, CGPC y clubes.
Buenos Aires será dividida en tres zonas para la recolección de residuos húmedos y los que resultan del barrido y la limpieza, en tanto que no se licitará la recolección de los denominados ?residuos secos?, los que pueden ser reciclados, tarea que en el futuro estará a cargo de las cooperativas de recolectores urbanos. Los cartoneros que aún no están organizados serán invitados a hacerlo. Las cooperativas existentes continuarán trabajando y se dividirá el resto de la Ciudad en ocho zonas para el trabajo de las nuevas.
Al ?contenerizar? la Ciudad, se supone que no habrá más bolsas en la calle, porque deberán ser arrojadas en los contenedores. A su vez, el 27 se realizará la audiencia pública al respecto. El contrato va a seguir siendo evaluado por medio del sistema de ?área limpia? y no por tonelada, aunque éste será el parámetro para el pago de los residuos enterrados en los Centros de Disposición Final de la Ceamse. Asimismo, el contrato tendría una duración de cuatro años, más la posibilidad de uno de prórroga. Por último, el gobierno construirá tres nuevos centros verdes, que se sumarán a los tres que hay.
Por otra parte, el 19 de agosto vencerá la prórroga del contrato vigente, por el que se rigen las cinco empresas que recogen diariamente las cinco mil toneladas de basura que generan los porteños. Pero ese día recién estarán listos los pliegos de la nueva licitación. Santilli convocará a la nueva licitación el mes próximo y realizaría la adjudicación de las nuevas zonas en mayo o junio de 2011, por lo que difícilmente las nuevas empresas adjudicatarias estarán operando antes de septiembre u octubre del año próximo. Y aún este plazo depende de que no haya acciones judiciales motorizadas por las empresas no favorecidas en la licitación.
En esta ocasión, les serán adjudicadas a las empresas privadas la recolección de la basura húmeda y la proveniente del barrido y limpieza. La recolección de los residuos secos, en cambio, les será adjudicada a las cooperativas de cartoneros. Esto generará un proceso paralelo de organización en los recolectores urbanos, que deberán reunirse para formar cooperativas.
Otro cambio fuerte será el de sacar las bolsas de basura de la calle. En un plazo predeterminado a partir de la adjudicación de las zonas, en la Ciudad deberá haber contenedores, en los que se tendrán que depositar todas las bolsas de basura. Hasta hoy, sólo el 27 por ciento de la Ciudad está ?contenerizada?. Con la licitación, este porcentaje debería ser del ciento por ciento.
Para eso, los vecinos y los encargados de edificios deberán depositar sus residuos húmedos en los contenedores de tapa gris ubicados a no más de 50 metros de sus domicilios; disponer los residuos secos en contenedores de tapa naranja, o entregárselos en mano a un recuperador (cartonero) de la cooperativa del barrio. La alternativa, de lo contrario, será llevarlo a un punto blanco (contenedor de mayor capacidad, ubicado en la puerta de clubes, escuelas u hospitales). Además, quien desee hacerlo, podrá llamar a un 0800 para que la cooperativa de su zona se lleve sus residuos reciclables, si se trata de volúmenes importantes de basura para transportar.
No todas son rosas
El diputado de Diálogo por Buenos Aires Eduardo Epszteyn, ministro de Medio Ambiente en la era Ibarra, expresó a NU: ?El modelo de licitación que propuso Santilli se basó en nuestras propuestas?. Así, relató que ?la propuesta de la Ley Marco para los Residuos Sólidos Urbanos nació en la Legislatura ante la desconfianza de la oposición por los proyectos de Piccardo, quien les dio a las empresas la renovación automática del contrato, como se hizo en tiempos de Manliba, cuando la presidía Macri?.
Pero advierte que ?el problema de Santilli es el plazo. Si el contrato es por cuatro años, las empresas van a pedir más plata, en cambio , si fuera de al menos siete años, se abarataría el servicio?.