El 50 para Néstor Grancelli es su número de suerte. La larga fila de controladores que trabaja en el Mercado del Plata para el cobro de las multas fotográficas (ahora encarecidas por su enganche con el combustible) tiene en el estrado Nº 50 a Grancelli, que dictamina la culpabilidad o la inocencia de los infractores, todas las mañanas desde mitad de febrero de este año.
Pero lo insólito de esta historia es que Grancelli viene percibiendo su salario -de alrededor de 3.000 pesos por mes- desde septiembre del año pasado, sin haber trabajado los cinco meses y medio anteriores, ya que el puesto que ahora ocupa estaba vacante por estar sumariado un agente estatal.
Los controladores deben velar por la conducta de los ciudadanos y sus faltas, y Raúl Enrique Martín, el director de la Unidad Administrativa de Control de Faltas -UACF- debería controlar a los controladores. Pero en este caso parece que la realidad lo agarró -por lo menos- "distraído". Es el mismo funcionario que a principios de éste año firmó la famosa disposición Nº 8 que le permitió a Mac Donald’s solicitar la nulidad del procedimiento en el caso de los Mac Pollo en mal estado. En aquél momento Martín, a través del escrito, decía cumplir "instrucciones precisas" del subsecretario de Justicia Agustín Zbar, ayer y hoy su superior inmediato.