El propio Presidente, Néstor Kirchner, fue el hombre que decidió darle un punto final a la crónica de una muerte anunciada. NOTICIAS URBANAS había adelantado que el jefe de la Policía Federal, Carlos Eduardo Prados, no era un hombre querido dentro de la institución y que su único respaldo descansaba en el apoyo político que le daba su impulsor el ministro de Justicia, Gustavo Beliz. Un dato casi menor provocó su caída. Sin embargo, la misma, y según pudo averiguar esta agencia está lejos de calmar la inestabilidad y subsanar el malhumor reinante dentro de la Federal. "No respetan ni a los leales. A Prados lo puso el kirchnerismo porque era una figura, según su criterio, opuesta a la del ex jefe Jorge Giacomino, sin embargo, cuando lo tuvieron que echar no dudaron en poner la firma", le explicó a NOTICIAS URBANAS, un alto jefe policial mientras se enteraba por televisión de la salida de su ex jefe.
La salida de Prados no sólo vuelve a sumergir a la Federal en una profunda interna sino que deja muy debilitado a su mentor político, el ministro Beliz. En el kirchnerismo están cansados de los desaciertos del funcionario en relación al tema de la seguridad. Las sucesivas purgas que sufrió la fuerza en el corto tiempo en que K está sentado en el sillón de Rivadavia, sólo sirvieron para aumentar el malestar reinante en la estructura policial. Sin embargo, el más golpeado políticamente fue Beliz y en segundo lugar el secretario de Seguridad Interior, Norberto Quantín. En el momento de la salida de Prados, se rumoreo que no iba a ser el único echado, que lo seguiría en la lista el funcionario proveniente del Poder Judicial.
Una clara demostración de que tanto Beliz como Quantín perdieron poder lo demostró el acto piquetero que se realizó la tarde del jueves frente a la Legislatura. La seguridad estuvo diagramada y organizada por un alto integrante del Ministerio del Interior, que maneja Aníbal Fernández y por representantes del sector piquetero. En el acto no hubo incidentes. La lectura política le dio un triunfó a Fernández y una derrota a Beliz y a Quantín.
Luego de los incidentes en la Legislatura, la figura de Fernández fue la elegida casi en secreto para ser el nexo con los piqueteros, el quilmeño proviene del duhaldismo más puro y desde su lugar en la secretaría de Trabajo, de la por entonces gobernación bonaerense de Carlos Ruckauf, fue tejiendo una relación bastante cordial con cierto sector de los grupos piqueteros. Estos contactos, que de más está decir, Beliz no tiene, le sirvieron para manejar el diagrama de la nueva marcha que los manifestantes realizaron el jueves.
La versión oficial indicó que Kirchner echó a Prados porque se negó a que los policías que custodiaron la Legislatura vayan armados. Esta versión fue desmentida en parte, por las fuentes consultadas por NOTICIAS URBANAS. Sin embargo, las versiones no son concordantes. Por un lado, se habló de un nuevo gesto de autoridad del santacruceño. A pesar de ello otros, prefieren apostar por una lectura que indicaría que Kirchner envió varios a distintos frentes.
En un principio, fue un mensaje claro al echar al jefe de Policía elegido por el ministro. En segundo término, también fue un mensaje para la fuerza. Algunos creen que el próximo mandamás será un oficial más respetado por la tropa que Prados. "Él no era operativo, era un hombre de escritorio más cercano a lo que fue el ex jefe de Policía de la Alianza, Rubén Santos, que al histórico y operativo jefe de la Policía menemista Adrián Pelacchi, un hombre con gran predicamento, aún hoy, en la institución", volvió a comentar el jefe policial ante esta agencia.
Pelacchi es un hombre muy querido por los azules y siguió controlando a la institución mucho tiempo después de su partida. En este momento se prefirió ubicar en el primer lugar al segundo de la misma el comisario Néstor Valleca, aunque se descarta que en los próximos días se designe una nueva cúpula. Sin embargo, los postulantes no abundan. Luego de la purga realizada en mayo, donde más de cien jefes pasaron a retiro, los más capacitados y con mayor experiencia, perdieron su lugar, y varios de ellos por causas discutibles o de internas policiales.
El candidato de Beliz era el comisario Jorge "El Fino" Palacios, el poderoso ex jefe de Narcocriminalidad, un hombre reconocido por operativo que perdió su puesto por la causa Blumberg y por una vieja disputa que mantenía con la Primera Dama, la senadora Cristina Fernández.
El Gobierno está en su peor encrucijada con la Federal, no tiene hombres de confianza en su seno (no los puede exportar de Santa Cruz) y necesita tener la certeza de que se puede ordenar reprimir y que la Policía acatará la orden al pie de la letra, y que no matará un manifestante como creen los laderos de Kirchner. Otra de las posibilidades que se barajan es darle a la Ciudad policía propia para que los problemas los tenga que resolver otra administración y el costo político no lo pague K, al estilo de lo que ocurre en las provincias.
A pesar de las hipótesis, los resultados de la gestión en materia de seguridad parecen claros. Beliz y Quantín en baja, Aníbal Fernández en alza y los federales en llamas.