Más de 85 mil personas visitaron la edición 2002 de Arte BA, la megaferia de galerías de arte que se celebró hasta el domingo 21 en el Predio de la Sociedad Rural, superando así las expectativas de los organizadores. A pesar de los tiempos de crisis y de que este año ocupó dos mil metros cuadrados menos que la edición del año anterior, se vendieron un total de 760 obras de arte, una cifra record entre todas las ediciones del evento.
La Feria significó, de esta forma, un nuevo impulso para las galerías de arte, sobre todo por la concurrencia y por la cantidad de obras vendidas, más allá de la crisis argentina. Los organizadores destacaron estas cifras por sobre el monto total que sumaron las obras vendidas, que fue inferior al de otros años.
Aglutinados tras el lema del evento: "Resistencia cultural para el orgullo nacional", en los diez días que duró la feria los visitantes pudieron impregnarse del arte y de la estética que muestran las galerías tradicionales y también las emergentes en los 56 stands que se abrieron al público. Según revelaron los organizadores, el metro cuadrado del stand costó 140 pesos más IVA, exceptuando los stands de Nuevas Expresiones del Arte que costaron la mitad de esa suma.
El evento duró diez días. "No es poco si tenemos en cuenta que en el mundo, este tipo de eventos duran generalmente entre tres y cuatro días", explicaron los organizadores, que se mostraron satisfechos en cuanto a las expectativas para esta 11ª edición de Arte BA. Es que los tiempos de crisis acecharon, creando incertidumbres entre los miembros de la Fundación Arte BA antes de la realización de la feria. Pero la gente respondió. Y también compró.
La obra mejor vendida fue una pintura de Fabián Marcaccio, un argentino que vive en Nueva York, cedida en 220 mil dólares en el stand de Ruth Benzacar. Le siguieron una obra de arte madí de Arden Quin, vendida en el stand Del Infinito en 15 mil pesos y una fotografía digitalizada de Leonel Luna, por la que pagaron en el stand de Luisa Pedruzo la suma de 14 mil pesos.
Entre los stands institucionales estuvieron el de la Secretaría de Cultura porteña, en el que expusieron algunos artistas y el de la Dirección General de Museos de la Ciudad. Un caso llamativo fue el stand del Taller La Estampa, en el que mujeres artistas que cumplen condenas en el penal de Ezeiza expusieron pinturas, serigrafías y otras expresiones plásticas. El hecho fue promovido a través de un convenio celebrado entre el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación y el Gobierno porteño.
También hubo stands extranjeros. En el de Praxis Internacional de Chile, se expusieron obras de Andrés Labaké. En tanto, en el local de Sur, una galería uruguaya, se pudieron observar obras de célebres artistas como Antonio Berni, Joaquín Torres García, Pedro Fígari y Rafael Barradas.
En los stands más vinculados al arte under, por ejemplo, se realizaron numerosos remates de obras plásticas. Fue un ejemplo más de la diversidad que ofreció la Feria de las Galerías, ya que se podían comprar obras por 50 pesos, 500, o por miles de dólares, y especialistas de arte se mezclaban entre coleccionistas y multitudes que simplemente curioseaban y se paseaban tomando champagne en copitas de plástico. Quizá por eso mismo, y dejando a un lado la poderosa convocatoria y la cantidad significativa de ventas de obras, más allá del negocio, ganó el arte.
EVITA DIJO PRESENTE
A pocos días de cumplirse 50 años de la desaparición física de María Eva Duarte de Perón, también se exhibieron obras en su homenaje. Por ejemplo, Nora Iniesta presentó en el stand de Daniel Mamman fine arts, unos platos con el rostro de la "Abanderada de los Humildes". Daniel Santoro expuso en el local de Mercedes Pinto una serie de 21 pinturas sobre Evita, de las cuales vendió 16, algunas en 7 mil pesos. Por su parte, Alfredo Londaibere expuso un llamativo retrato de Evita plasmado en estilo de “pop art” sobre vidrio con lagrimitas en el stand Sonoridad Amarilla.
ARTE OBRERO EN ARTE BA
Los obreros del IMPA, la fábrica de aluminio en la que también funciona un centro cultural, se hicieron presentes en la feria. En su stand se exhibió una de las obras más singulares, la "Primera Bodega Jurisprudencial", de Jorge Catarbetti, que mostraba una enorme biblioteca que contenía, picados y envasados en botellas, los tomos de la Revista La Ley.
La obra costaba 15 mil dólares. "Transmite en un lenguaje artístico el espíritu del ‘que se vayan todos’ que pregona el pueblo argentino", decía uno de los directivos de la fábrica, que comunicaba al mismo tiempo la intención de exhibir la misma obra, que atrajo la atención de la gente frente a los Tribunales.
