Horacio Mario Aguilar, de 45 años, viene intentando infructuosamente cada año, desde 1997, ingresar a la carrera de música en el Conservatorio "Manuel de Falla" dependiente de la Secretaría de Cultura del Gobierno de la Ciudad. La negativa a inscribirlo por parte de las autoridades del conservatorio ha sido siempre la misma: "supera edad". Elisa Olga Necvetailenko, por su parte, también quiso inscribirse este año para cursar la carrera de música en el mencionado conservatorio, pero recibió una respuesta idéntica a la suministrada a Aguilar.
Ambos vecinos, vinculados a la música a lo largo de su vida, decidieron entonces denunciar esta situación ante la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires. Así, el defensor adjunto Gustavo Lesbegueris, inició una investigación para conocer las causas y los fundamentos de la sistemática negativa a inscribir alumnos que "superan edad".
Las respuestas de los funcionarios intervinientes, lejos de satisfacer los requerimientos formulados, no hicieron más que explicitar la existencia de cláusulas y normas de neto corte discriminador por razones de edad en el Reglamento Interno y en los Planes de Estudio del Conservatorio "Manuel de Falla", que establecen como límite etario para el ingreso al conservatorio los 35 años.
Según manifestó Lesbegueris, estos requisitos lesionan tanto el derecho a la educación previsto como las garantías de no discriminación consagrados en la Constitución de la Ciudad. Por tal motivo, la Defensoría del Pueblo dictó las Resoluciones Nº 5404/02 y 5460 /02, por las que recomendó al secretario de Cultura porteño Jorge Telerman que "disponga lo necesario a fin de que en las instituciones educativas dependientes de la Secretaría a su cargo se garantice el principio de igualdad ante la ley a los aspirantes al ingreso, y se adecuen sus reglamentos a la letra y al espíritu de la Carta Magna".
Acompañando el reclamo, la Defensoría del Pueblo porteña presentó un proyecto de ley en la Legislatura con el objetivo de que en forma explícita y taxativa se obligue a la administración a abstenerse de imponer limitaciones o restricciones basadas en razones de edad para el ingreso a los conservatorios de la Ciudad dependientes de la Secretaría de Cultura porteña.
Lesbegueris recordó que una iniciativa en igual sentido fue presentada por la Defensoría del Pueblo de la Ciudad en defensa del derecho de los maestros mayores de 40 años que no podían ingresar a la docencia porque una cláusula del Estatuto del Docente establecía ese límite de edad. El proyecto de ley fue analizado, consensuado en el ámbito de la Comisión de Educación, Ciencia y Tecnología con otras iniciativas similares presentadas por legisladores de distintas bancadas y aprobado por la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires. Así, a partir de la entrada en vigencia de la Ley 668, los docentes mayores de 40 años pudieron finalmente, y luego de muchos años de reclamar por ello, inscribirse este ciclo lectivo 2002 para concursar por cargos docentes en igualdad de condiciones que el resto de sus colegas.
