El peronismo porteño estudia la unidad entre múltiples vías de acción

El peronismo porteño estudia la unidad entre múltiples vías de acción

El triunfo de Néstor Kirchner en las elecciones presidenciales tendrá un inmediato efecto sobre la política en la Ciudad. Por de pronto, el presidente electo designó a dos candidatos a jefe de Gobierno como ministros de su gabinete, en tanto que algunos legisladores podrían seguir el mismo camino. Por su parte, el peronismo porteño negocia por vías diferentes su opción electoral, que hasta podría culminar en un candidato propio, si el camino de las alianzas se mostrara poco conveniente


Las designaciones que realizó Néstor Kirchner tendrán incidencia en la Legislatura porteña y en la política de la ciudad, ya que algunos legisladores podrían emigrar hacia el gobierno nacional y otros, que hasta hace pocos días eran candidatos, desistieron ya de su postulación para las elecciones del próximo 24 de agosto.

EL ÉXODO HACIA EL GOBIERNO NACIONAL

Rafael Bielsa y Gustavo Beliz continuaron por la senda abierta por Daniel Scioli, tal como preveían muchos analistas, serán ministros de Kirchner, por lo que sus candidaturas para jefes de Gobierno ya fueron dejadas de lado. El simple hecho de sus designaciones ya comenzó a generar especulaciones. Hay quienes abonan la teoría de que el presidente electo intenta alejar del difícil camino de Aníbal Ibarra a dos competidores que podrían quitarle posibilidades en su pelea por la reelección. De todos modos, esta especie parece poco probable -aunque en realidad de hecho lo es-, ya que los futuros ministros -jurarían el lunes próximo- hace ya tiempo que forman parte de los equipos del santacruceño.

Quienes también podrían partir hacia el nuevo gobierno son algunos de quienes formaban parte de las listas, tanto de Nueva Dirigencia -que responde a Beliz-, como de GESTA -los seguidores de Bielsa. Entre estos últimos podrían contarse el diputado Eduardo Valdés y la candidata a vicejefa de Gobierno, Patricia Vaca Narvaja. El primero podría acompañar a Bielsa al Ministerio de Relaciones Exteriores, en tanto que la presidenta de Consumidores Argentinos -a quien también se nomina como posible candidata a vicejefa de Aníbal Ibarra- preferiría ocuparse del área de defensa de los usuarios en la futura administración Kirchner.

El ofrecimiento para Vaca Narvaja forma parte de una operación mayor, que no es otra que la construcción de una alianza con Ibarra, que desde hace tiempo viene impulsando el ya designado jefe de Gabinete del ex mandatario patagónico y todavía legislador porteño, Alberto Fernández, que ahora tiene también tiene otros protagonistas.

LOS QUE SE QUEDAN EN LA CIUDAD TAMBIÉN OPERAN

También el peronismo porteño oficial,único que estructuralmente quedó de pie tras el anuncio del gabinete, que lleva como candidatos a jefe y vicejefe de Gobierno a Alicia Pierini y a Diego Santilli, negocia acuerdo con Ibarra, quizás desarrollando una política inclusiva que incluya en su propuesta a las "viudas" de la frustrada lista de GESTA y a algunos candidatos de la suya propia. En este caso, el PJ llevaría su propia tira de diputados y legisladores y "colgaría" a Ibarra como candidato a jefe de Gobierno, variante que no goza aún de consenso entre los peronistas, sabedores de la debilidad actual de Macri que ellos mismos provocaron con la postergación de los comicios.

Las negociaciones conel jefe de Gobierno están avanzadas, pero para que culminen con éxito deberán superar dos piedras en el camino: la resistencia de la jefa del ARI, "Lilita" Carrió, que no ve con buenos ojos la incorporación de los peronistas a su alianza de centroizquierda y el triunfalismo de algunos de los soldados de Ibarra, que creen que ganaron la guerra antes de pelear la primera batalla. De todos modos, desde el gobierno nacional la presión sobre el jefe de Gobierno será -cuando menos- equivalente a la que ejercerá sobre él la diputada chaqueña, por lo que la definición sobre este tema posiblemente no será indolora para el jefe de Gobierno porteño.

Entretanto, en el tercer círculo del universo peronista, que opera desde el cuartel general de Mauricio Macri, no cesan las operaciones para tratar de elevar el perfil de un candidato que por estos días no responde en las encuestas como al principio. Mientras Macri hizo "sombra" -durante el año pasado y gran parte de este año-, las encuestas lo daban cómodamente en el primer lugar, pero desde que otros contendientes se subieron al "ring" y comenzaron a devolverle golpe por golpe, la preocupación de sus colaboradores no ha cesado de crecer. Y el PJ también meterá la cola por aquí cuando lo considere más oportuno.

Tanta es la intranquilidad en el campamento del hijo del presidente de Correo Argentino, que esta semana corrió el rumor -desmentido por los asesores de ambos protagonistas- de que uno de sus principales operadores habría marcado el teléfono de su archirrival, la candidata de Unión para Recrear Buenos Aires, Patricia Bullrich, para intentar convencerla de que lo mejor es unir esfuerzos para seducir a la franja de los porteños que vota a la centroderecha.

Desde los campamentos peronistas, otros transitan el trance de una unidad cuyo puente podría ser el vicepresidente electo, Daniel Scioli, y están lanzando varios anzuelos con el objetivo de "repescar" a algunos de sus compañeros, que en el pasado se unieron a la boleta de Compromiso para el Cambio, cuando los números prometían el paraíso, que algunos creen que ahora está en otra parte.

Esta historia, de impredecible final, sólo podrá completarse cuando se definan algunos temas internos que atañen a todas las fuerzas en pugna, que operan y deshacen sus operaciones en cuestión de minutos. Incluso, dentro del peronismo hay quienes proponen que, si culminara con éxito el embrionario proceso de unidad, quizás lo mejor sería llegar al 24 de agosto con un candidato propio.

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