Desconcertante, el diputado nacional por Unión Celeste y Blanco, Francisco De Narváez, decidió romper el silencio tras el fracaso que le significaron las últimas elecciones, en las que casi es superado por el Partido Obrero en provincia de Buenos Aires, con el fin de posicionarse en la escena pública para pelear nuevamente por la gobernación bonaerense.
Si bien días atrás se había manifestado con moderación, tomando un discurso propio de Alberto Fernández, hablando de “corregir lo que está mal, continuar lo que se hizo bien”, para buscar un acercamiento programático con los tres candidatos presidenciales mejor posicionados (Sergio Massa, Daniel Scioli y Mauricio Macri), este jueves parece haber cambiado la estrategia. O al menos haber echado por tierra a una de sus posibles alianzas.
Con tono crítico, el empresario se diferenció del Frente para la Victoria, en el cual se especulaba que incluso participe de las PASO provinciales en 2015, al señalar que no está viendo “bien” al país y pronosticar que “los próximos 16 meses seguramente serán peor”.
En consecuencia, el diputado le sugirió a la presidente Cristina Kirchner “que cambie al ministro de Economía”, porque considera que “el rumbo del país es incorrecto. Me parece que hay que ir a lo central: los resultados son tremendamente negativos.”
“Todos los gobiernos del mundo tienen un Kicillof, la diferencia es que los países no le hacen caso y nosotros lo tenemos de súper ministro”, aseguró De Narváez. Para el legislador, las perspectivas no lucen bien. “Cuando hay incertidumbre el que tiene que invertir no lo hace”, dijo.
Con respecto a la cesación de pagos en la que entró la Argentina el mes pasado por la falta de arreglo con los fondos buitre, De Narváez consideró que “era preferible un mal arreglo que ir a un default”.
Por último, el diputado anticipó que votará en contra de los proyectos del oficialismo para modificar la Ley de Abastecimiento. “Esta ley crea mayor incertidumbre. No es un problema de estadísticas”, sino que “el rumbo es incorrecto”.
Con estos dichos, De Narváez parece empezar a despedirse de su alianza con el gobernador Daniel Scioli, quien incluso nombró a varios de sus hombres en la administración bonaerense, y le abre las puertas a Sergio Massa y Mauricio Macri. Desde el massismo, el propio Darío Giustozzi, aspirante a gobernar la Provincia, le abrió las puertas. Mientras que en el macrismo, si bien la relación entre el “colorado” y el jefe de Gobierno porteño es mala, ven al legislador como un “mal necesario”, considerando el magro porcentaje de adhesiones que reúnen en las encuestas, los referentes provinciales del PRO, María Eugenia Vidal y Jorge Macri.