El clima antes de las PASO era otro. Mucha presión mediática con el Metrobús, la obra emblemática de Mauricio Macri que quería Jaime Durán Barba y algunos otros logros de la gestión siempre matizado por la alegría y los globos amarillos.
Pero las PASO hablaron, habló la gente en la urnas y UNEN se impuso al PRO -por estrecha diferencia- pero lo desplazó. El discurso del gobierno fue que eran cuatro listas contra una. Eso en buen criollo habla de la democratización partidaria de cada alianza, en una el sabio dedo y en la otra cuatro opciones para el ciudadano.
Y ahí de nuevo el volantazo. El Metrobús no te lleva si tenés que viajar al 2015. La política es algo más compleja y necesita de expertos en la construcción de la misma. Los amarillos fracasaron en su armado bonaerense y en octubre el único de los presidenciables que no juega se llama Mauricio Macri. Y tampoco tiene fuerza propia en el distrito clave. Porque hasta Daniel Scioli logró jugar a pesar de no estar en ninguna boleta.
Entonces decidieron mover el tablero en charlas privadas entre el Jefe de Gobierno y sus consejeros de siempre. La campaña por la Ciudad pasa a segundo plano para todos, empezando por Marcos Peña. La campaña presidencial empezaba para todos con tres importantísimas notas en los principales diarios de la Argentina. Ya no se hace un River repleto de micros para ello, sino tres notas diciendo “soy el presidente del cambio” alcanzan para entrar en carrera. O al menos es lo que creen.
Y también creen que alguien conocido y de buena imagen pública puede aportar de manera significativa en la Provincia de Buenos Aires y hacia allá viaja María Eugenia Vidal, hoy vedada en su rol de vocera del gobierno para no opacar a Gabriela Michetti. Y la apuesta es a que en los próximos dos años la actual Vicejefa alterne el área metropolitana y el interior bonaerense. Sea cual sea el escenario que encuentre, Vidal tiene una chance que no era la esperada pero que realmente es de primer nivel si sale redonda. Marcos le prometió promocionarla desde la Ciudad a full apenas termine la campaña actual, cuando él esté de lleno (como ahora) en su nuevo objetivo: “Macri Presidente”. Claro, Vidal y la Provincia serán clave para ese premio.
Mientras tanto Horacio Rodríguez Larreta vive en el mejor de los mundos. Idos Diego Santilli (al Congreso) si es electo y Vidal a la Provincia ya no le quedan contendientes para aspirar a la Jefatura de Gobierno. Siempre y con todos en esta instancia, en contra de su gran amigo Sergio Massa, que llegado el caso nunca lo vetaría.
Mientras tanto Santilli podría convertirse en diciembre en unos de los “padres de la patria”. Desde allí coadyuvaría al intento presidencial de su actual jefe, de relacionarse y armar para el submarino amarillo una fuerza territorial federal que permita sustentar el sueño de Macri. Para ello estará en contacto con los senadores de todas las provincias y por su identidad peronista llega a los lugares que el expresidente de Boca no logra ni le gusta. Otro rol que quizás lo colisiones con otros armadores de alianzas. Pero es la especialidad del “Colo”.
Este nuevo experimento de lanzar la campaña en tres diarios y cambiar el eje del discurso en tres días es parte del fracaso de algunos y del acierto de otros. Todas las fichas grandes en juego, un sueño en marcha. Final abierto para este nuevo experimento Pro.