El Gobierno de la ciudad posee un parque automotor de protocolo para funcionarios que asciende a 82 automóviles. Los autos van desde Ford Falcon modelos 80 y 81, pasando por Renault 12, Vollkswagen 1500 y Gacel también de la década del 80 hasta algunos Renault Megane modelo 2000, un Clío modelo 2001 y del mismo año dos Peugeot 306.
El criterio definido fue que quedara en cada secretaría- habrá que ver cuántas quedan-, uno para el secretario o para el quien él disponga y otro coche operativo para cumplir con las funciones necesarias y que será volante. Se autorizó a la secretaría de Obras Públicas a tener alguno más por el estudio de la necesidad operativa de la dependencia.
El resto de los automóviles, que serían alrededor de 60 irán a subasta pública a través del Banco Ciudad. Si se tiene en cuenta que lo lógico sería dar de baja a los modelos más viejos, el ahorro estimado en este rubro orillaría los 200 mil pesos, obviamente por única vez. Definitivamente, es más gestual respecto de las comodidades del funcionario que de la disminución del gasto público.
Respecto de las camionetas, camiones y maquinarias se unificarán en la Dirección de Material Rodante y desde allí se organizará la salida de cada vehículo o máquina con turnos rotativos que abarcarán las 24 horas del día. Esta reorganización operativa de los recursos móviles según las prioridades y con conducción unificada, permitirá reducir -casi en su totalidad- el alquiler de maquinarias que le representaban al Estado de la Ciudad entre 5 y 6 millones de pesos.