Hay distintas variantes dentro del abanico que abre la noche. Los ?cazadores? más seguros son los que buscan boliches. Bailar, tomar, bailar y ver con qué se sale de la hoguera de la pista. Se sabe que la onda en estos lugares es más inmediata y cortoplacista.
La entrada a un boliche en Palermo no baja de los 30 pesos y le asegura al ?cazador? más o menos lo que se va a buscar: una jauría de chicas en busca de lo mismo. En otros casos asciende a los 40 pesos, y siempre incluye una consumición.
Hay opciones menos bolicheras como los pubs de la avenida Niceto, por ejemplo
Carnal, donde no se cobra entrada y la birra está a 10 mangos; el fernet, 18; el Cuba Libre, 20, y el champagne, 60, aproximadamente. ¿Pero es factible en un pub romper el hielo? ¿Atacar?
Para responder esto, vamos a situarnos en un lugar, digamos una esquina. Una esquina que queda cerca de la zona de oficinas, de bancos, de empresas multinacionales, de ministerios también, donde se puede salir de caza luego de un agobiante día de trabajo. La esquina de Marcelo T. de Alvear y Reconquista. Allí hay bares celtas e irlandeses donde se puede disfrutar de las mejores cervezas del mundo. El más famoso: el Kilkenny. Pero hay otros. La onda after office es increíblemente fértil: si pasaste el día ?juntando orín? con un jefe cuyo deporte es la humillación o en la competencia salvaje con tu propia sombra, no hay como relajar, desajustar la corbata y encarar una tarde que puede tornarse impredecible.
No es exclusivo de los porteños, claro, ya que por esos bares circula toda la fauna turística con ese raro atractivo que tiene para cualquier ciudadano del mundo descubrir bares y costumbres iguales a las de sus orígenes; hay veces que parece que la atracción turística de muchos europeos es descubrir el modo en que adaptamos su cultura en nuestras pampas. Turistas en busca de turistas. Y? porteños y porteñas en busca de turistas. Como lo que ocurre los 17 de marzo, día en que se celebra el tradicional St. Patrick?s Day. Esas noches, el bar Kilkenny, explota.
Veamos algunos precios semanales. Si sos fanático de la cerveza Warsteiner tenés durante la semana algunas opciones: los lunes y miércoles, de 18 a 22, paga dos por 18 pesos. Si te gusta la Heineken, los martes de 18 a 22, lo mismo: dos por 18. Los jueves el horario es hasta las 2:30. Y jueves y viernes también se sirve Heineken, y dos por 18 pesos. Pero ese consumo de dos vasos de cerveza deliciosa tiene horarios: de 18 a 02:30.
Vamos a los bifes: sacá la cuenta de cuánto te cuesta invitar a una dama a beber las mejores cervezas. No es caro y la promesa lo merece: ¿qué porteño de ley no sueña con hacerle el verso a alguna estudiante de antropología alemana o a alguna estudiante danesa que vino de ?intercambio??
Veamos un bar en Palermo, que fue reabierto hace no mucho más que un año. Se llama Quiroz. Queda en la esquina de Malabia y Gorriti. Allí se puede ir los jueves a escuchar al músico Juan Ponce de León junto a su banda, que toca parte de lo que será su nuevo disco.
Ojo a los inseguros: llevar una chica a oír buenas bandas, con buenos músicos, tipos pintones, puede jugar en contra. De cualquier manera, como el lugar es grande, uno se puede afincar en alguna mesita afuera (si el frío lo permite) o en un rincón adentro; pedir cualquier trago, que rondan los 20 pesos (a lo mejor la caipirinha se estira hasta los 25) y oír buena música sin perder el centro de la jugada. Cuando los músicos terminan de tocar y bajan a saludar, pedí la cuenta y rajá.
Y la verdad es que hay un recurso gasolero: yirar por la placita Serrano, dar vueltas e intentar hacer pie con algunos amigos cerca de algún grupo de chicas.
¿Qué te vamos a recomendar? ¿Kika? ¿Para que veas cómo se ocupa un living de cuatro personas? ¿Para que veas a Mike Amigorena? No, papá, nosotros apostamos a los que pisan la llanura.
(NOTA ORIGINALMENTE PUBLICADA EN EL SEMANARIO NOTICIAS URBANAS Nº 200, DEL 06/08/09).
