En el mes de noviembre del año pasado estalló un grave conflicto en el barrio de Palermo. La Policía Federal había decidido trasladar la última de las comisarías creadas, la número 53, desde su sede en la calle República Arabe Siria 2965, frente al Jardín Botánico, a la sede de la Policía Montada, en Cavia y Libertador, tan lejos del mundanal ruido. Los vecinos pusieron inmediatamente el grito en el cielo y las protestas se sucedieron mientras se buscaban alternativas.
El Día "D", el que la Policía Federal puso como límite, era el 31 de mayo. Ese día – tan cerca del la campana – se firmó el convenio por el que el propietario del local en el que funciona la comisaría, Jorge Grabenheimer, aceptaba cobrar la mitad del alquiler por tres meses, mientras el Gobierno de la Ciudad – a cargo ahora del pago – le buscaba un inmueble desocupado y se lo cedía en canje.
Los vecinos, nucleados principalmente en el FOPSEPAN (Foro para la Seguridad en Palermo Norte), respondieron al traslado movilizándose. Primero hablaron con los policías, con el propietario del local, con los comerciantes y con las autoridades nacionales. Luego buscaron propuestas. Una de las primeras alternativas que surgió fue la de pagar – todos los vecinos domiciliados en la jurisdicción de la comisaría – una contribución voluntaria junto con la factura de Alumbrado, Barrido y Limpieza, que finalmente no prosperó. A esta iniciativa le siguieron otras, como los abrazos a la comisaráia que se produjeron en abril y mayo pasados, en los que intervinieron alrededor de 500 vecinos preocupados.
A diferencia de Enrique Mathov – que se negó terminantemente a aceptar soluciones alternativas al traslado y dijo que la comisaría se iba el 31 de mayo, sí o sí -, en la Legislatura porteña los vecinos encontraron el eco que buscaban. El diputado Jorge Enríquez presentó el Proyecto de Declaración 26, por el que solicita que se evite el traslado y exhorta al Gobierno de la Ciudad a intervenir. El proyecto fue acompañado por todos los bloques.
El Presidente de FOPSEPAN, Baltasar Sanjurjo, manifestó que "La unión de los vecinos ayuda a los funcionarios a tomar mejores decisiones, a elegir las opciones que nos favorecen a todos. Nosotros pensamos que no toda la policía es mala. Cuando uno se acerca a ellos y conoce los problemas por los que pasan, la visión de uno cambia. En este momento, en el que muchos critican a la policía, nosotros estamos con ellos hombro a hombro".
También el Director del Centro de Gestión y Participación Nº 14 Este, Eduardo Molina, destacó la gestión de los vecinos y las autoridades. "Hemos apoyado el reclamo vecinal – dijo -. La permanencia de la comisaría fue un logro que había que mantener. Lo más destacable – agregó – es que se trabajó con los vecinos en base al respeto y a la búsqueda de propuestas. No hubo ni operaciones políticas ni malas intenciones de ninguna de las dos partes, y esto permitió llegar a una solución. Lo que hizo FOPSEPAN fue un ejemplo".