Empieza el calor y si bien, una dieta que ayude a desprenderse de algunos kilitos extras que se ganaron con el frío y se escondieron con el pulouver no está mal, echar mano de cualquier "milagro" que se publicite en busca del cuerpo ideal puede traer más de un riesgo para la salud. Atento a esa circunstancia, el diputado del PRO Helio Rebot presentó una iniciativa para prohibir la ?fabricación, manipulación, comercialización, prescripción y uso de medicamentos industrializados o preparados magistrales conteniendo sustancias ansiolíticas y otras que actúen sobre le sistema nerviosos central".
"Planteamos ir contra la venta indiscriminada, muchos remedios y preparados con determinadas drogas requieren supervisión médica y hay una innegable saturación publicitaria de combinaciones que contienen sustancias que no pueden tomarse como si fuesen de venta libre y se venden como soluciones mágicas", explicó el legislador a Noticias Urbanas.
Según un informe de las Naciones Unidas, la Argentina es el segundo país, después de Brasil, en el que se consumen más drogas para bajar de peso. La ingesta inadecuada y excesiva de sustancias anorexígenas pueden producir la muerte. En este sentido, hace un mes, la Anmat decidió sacar de la venta la droga sibutramina, por considerar que podía acarrear daños cardíacos.
Rebot quiere impedir que se vendan en la Ciudad pastillas que contengan sustancias ?ansiolíticas, diuréticas, hormonas, extractos hormonales, laxantes o también con cualquier otra sustancia medicamentosa?. Estos componentes, suelen encontrarse en preparados denominados "magistrales", que se venden sin receta y sin ningún tipo de supervisión. Además, el proyecto prevé multas de hasta 10 mil pesos para quien viole la norma.
"No es que nos estamos oponiendo a los tratamientos para bajar de peso, lo que queremos es que todo se haga con control médico, con recetas y no tan livianamente como sucede ahora", aclaró el diputado a NU.
?Debemos enfatizar dicho sentido, con base en trabajos científicos reconocidos internacionalmente que han comprobado que el uso de asociaciones de ansiolíticos causan grave riesgo a la salud humana al igual que el uso de asociaciones de anorexígenos con sustancias ansiolíticas, diuréticas, hormonas, extractos hormonales, laxantes u otra sustancia medicamentosa?, añadió Rebot.
Las anfetaminas o sus derivados actúan sobre el sistema nervioso central inhibiendo el apetito y aumentando el gasto calórico. El efecto parece mágico. Los pacientes no tienen hambre y además, queman más calorías sin hacer ejercicios físicos. Pero estas sustancias no son inocuas y en la mayoría de los casos aparecen síntomas como la irritabilidad, el insomnio, la sobreexcitación, palpitaciones y taquicardia. Además, muchos profesionales inescrupulosos, camuflan bajo la homeopatía preparados que no resisten la más mínima prueba de laboratorio.
?Es fundamental tener en cuenta que, los medicamentos para combatir la obesidad solo deberían usarse como ayuda y como monodrogas; y los tratamientos no deberían superar los seis meses. El prohibir el uso de anorexígenos en asociaciones con otras sustancias, se funda en el daño potencial a la salud, al combinarse con sustancias ansiolíticas, diuréticas, laxantes, extractos hormonales?, termina diciendo el proyecto.