La ley 400 de la ciudad es la que regula la actividad de los institutos de enseñanza privados. Hace algunos meses el diputado porteño Ricardo Busacca (Partido Popular Cristiano) propuso realizarle modificaciones para contemplar las situaciones particulares de los alumnos que no pueden pagar sus cuotas.
La semana pasada la Legislatura de la ciudad aprobó este proyecto que contempla que en el caso de que algunos de los padres del alumno fallezcan o pierdan el trabajo durante el año lectivo, y por lo tanto no puedan pagarse las cuotas correspondientes, el colegio privado debe permitir que el estudiante finalice el año. Tampoco se podrá expulsar a los alumnos que los padres tengan litigios legales por cuotas alimentarías a raíz de separaciones.
Busacca destacó que "a estas eventualidades (pérdida de trabajo de los padres, fallecimientos o separaciones) que implican una carga emocional muy fuerte para el niño, se le sumaría la pérdida de los amigos, de su grupo de pertenencia, o en definitiva, de un ámbito estable y de contención". El legislador interpreta "poco conveniente que se produzca un cambio de escuela sin que el alumno pueda hacer un cierre de su ciclo lectivo, posibilitando que el niño realice, en forma pausada, el duelo por la pérdida sufrirda".
