El aguardentoso songwriter andaluz al que le encanta conjugar el verbo fracasar en sus tristes baladas con sabor a despedida, un señor llamado Joaquín Sabina, suele definirse, cada vez que enfrenta a un periodista de correctos modales de centroderecha, como un "rojo". Y lo hace con cierto descaro, como desafiando. La verba inflamada del contador de historias urbanas llegó aún más lejos, cuando con placer de bravucón callejero aseguró que "ser de derechas es una infamia". Aunque jamás hayan oído la frase, los dirigentes porteños que militan en la izquierda más dura se sentirían totalmente representados por la misma. A pesar de que la palabra revolución ya no es pronunciada con tanta insistencia en sus discursos de barricada, los izquierdistas vernáculos todavía creen que algunos cambios de fondo pueden hacerse a través del sistema democrático. Y por eso se preparan para las elecciones legislativas del 2009, con la renovada esperanza de crecimiento electoral y obtención de alguna banca en la Legislatura. Ante ese desafío ya dejaron bien claro quiénes serán sus enemigos en la campaña proselitista que se viene: la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner, su marido, el ex primer mandatario Néstor Kirchner, y el jefe de Gobierno de la Ciudad, Mauricio Macri. Sin embargo, para los analistas más minuciosos, aquellos que se tomaron el trabajo de seguir el desempeño electoral de estas fuerzas desde el reinicio de la democracia en 1983, el principal obstáculo de las múltiples y variadas agrupaciones para seducir al electorado, ha sido su incapacidad para armar un frente común duradero que las represente ante la sociedad, al notarse claramente la coincidencia de las propuestas esgrimidas. Relacionado con ese problema se suma otro, también de vieja data, que se centra en las constantes rencillas de vocabulario altisonante, que mantienen partidos que reconocen un tronco ideológico común como son los trotskistas, cuya dificultad para unirse en una sola agrupación parrece una condena divina, vade retro. Noticias Urbanas dialogó con representantes de esa izquierda que se diferencia de los políticos que se llaman de centroizquierda. Estos dirigentes representan a la Nueva Izquierda (que incluye al Movimiento Socialista de los Trabajadores, la Orientación Socialista, el Movimiento del Pueblo Libre, sectores piqueteros e independientes), el Partido Socialista de los Trabajadores (PTS), el Movimiento al Socialismo (MAS), el Partido Obrero (PO) y el Partido Comunista (PC). Las preguntas básicas se centraron en cómo encarar la campaña para las legislativas que se vienen y si se considera la posibilidad de alianzas electorales. Para no aburrir con oraciones repetidas, se adelanta al lector que la segunda fue respondida afirmativamente por casi la totalidad de los consultados.
PARECIDOS PERO DIFERENTES
La dama vuelve a la Ciudad. Hecho que dejó sobradamente probado el sábado pasado por la tarde, cuando realizó un acto en el Parque Rivadavia, ubicado en el corazón de Caballito, para lanzar oficialmente su candidatura a legisladora porteña por la Nueva Izquierda. Con ese round, Vilma Ripoll, una de las principales dirigentes del trotkista MST, regresó a un terreno político que conoce bien, ya que a comienzos del 2000 ocupó una banca en la Legislatura, por la coalición Izquierda Unida (IU), para luego abandonarla y probar suerte como candidata en la Provincia de Buenos Aires. Luego de un discurso que no ahorró críticas contra el kirchnerismo y el macrismo, la flamante candidata conversó con este semanario. "Creemos que los comicios en la Capital Federal serán desdoblados y de esa manera, los de legisladores se convertirán en el primer test electoral del año, con todo lo que ello implica; por la importancia que tiene la Ciudad en el mapa político del país y por ser una caja de resonancia que repercute en todos lados. Por eso decidimos jugar fuerte en la metrópolis", detalló Ripoll. Al tocar el tema de las alianzas con agrupaciones cercanas, la dirigente señaló que para la Nueva Izquierda, éstas deben ser aún más amplias e incluyó en el listado al partido del cineasta Fernando "Pino" Solanas, Movimiento Proyecto Sur. "Nosotros ya mantuvimos encuentros con partidos cercanos como el MAS y el PTS e inclusive con la gente de Solanas, para manifestar nuestra intención de unir fuerzas, que también deben incluir a los independientes, pero hasta ahora no se llegó a un arreglo. Igual falta mucho para los comicios y hay tiempo para lograr un frente común", se esperanzó Ripoll ante el futuro de esas reuniones políticas.
Por su parte, las fuentes interrogadas del PO, el MAS y el PTS, también coincidieron en la necesidad de buscar una alianza, aunque marcando claramente los límites.
"Estamos de acuerdo en aliarnos con los partidos de izquierda, pero no con los que propician la conciliación de clases como es el caso de la Nueva Izquierda, cuya posición en el tema del campo, al apoyar a los pequeños productores, no compartimos para nada", marcó la cancha de manera tajante el vocero del PTS entrevistado por este medio.
La incógnita parece reservada al futuro político del comunismo local, luego de su apoyo al candidato K, el sociólogo y ex ministro de Educación de la Nación, Daniel Filmus, en la segunda vuelta electoral de los comicios para elegir jefe comunal, que terminaron dándole la victoria al crédito del PRO, Macri. Las fuentes rojas entrevistadas por NU expresaron la intención de construir alianzas amplias que superen el sectarismo y que ayuden a construir políticas comunes. Acaso sea lo que se dice siempre, más un deseo que una realidad. Ante ese abanico de agrupaciones la revolución sigue pareciendo un sueño eterno.
(PUBLICADO ORIGINALMENTE EN EL SEMANARIO NOTICIAS URBANAS Nº 167, DEL 18/12/08)