Una noticia comenzó a circular este viernes por la mañana. No se sabe bien quién la inicio, pero una conocida radio porteña le dedico tres programas. Y otras agencias y medios levantaron la información. La información decía que parte del Puente Uriburu o Alsina, que une la Ciudad con la Provincia de Buenos Aires, se había "derrumbado". Que se había "desmoronado" parte del piso del puente, produciendo un "cráter de casi cinco metros de largo por uno de ancho" desde el que se podía "ver el Riachuelo". Que era algo que "se veía venir"…
En realidad, de todo, lo único cierto fue eso último. Se sabía que iba a pasar… porque se trató de una obra programada por el Gobierno de la Ciudad, que consistió en el reemplazo de un tramo del piso del puente que estaba rajado por una chapa sobre la que se colocó una capa asfáltica. Para hacerlo, tuvieron que cortar el piso y, por ese motivo, apareció el famoso "cráter".
"Ojalá los desprendimientos se produjeran con la precisión que tiene un corte hecho con una moladora. Tendríamos la medida exacta para repararlos", señaló, entre risas, el Director de Obras Públicas del Gobierno porteño, Pedro López, a NOTICIAS URBANAS. "A las ocho de la mañana -explicó- empezamos con las tareas, se le había dado previo aviso a la policía para que montara el sistema de seguridad y cortara el tránsito. A las 12 terminamos de soldar la parrillla metálica. El municipio de Lanús proveyó el asfalto. Esperamos tres horas para que se enfriara y el puente se habilitó a las 15:30". Así de simple, nomás.
