El presidente Alberto Fernández intentará esta semana elevar al Congreso el acuerdo alcanzado con la dirección técnica del Fondo Monetario Internacional (FMI) para renegociar 44 mil millones de dólares, pero la novedad es que no habrá dólares “frescos” , sino que solo para pagar lo que se debe.
La idea del ministro de Economía, Martín Guzmán, de contar este año con US$ 11 mil millones de financiamiento, tal como lo escribió en el fallido proyecto de Ley de Presupuesto del 2020 quedó en el olvido. Ahora se supo que el Fondo solo “devolverá” los US$ 4.400 millones que otorgó el año pasado como ampliación de capital, con el que ayudó a todos los países, para combatir la pandemia.
Según adelantaron fuentes de la negociación al diario Perfil, esto le permitirá pagar los US$ 2.800 que vencen el 23 de febrero, y cada desembolso que haga el organismo estará supeditado al cumplimiento de las metas trimestrales que pacto con el organismo.
Los giros no serán “en efectivo”, como pasó con los Derechos Especiales de Giro (DEG) la moneda que emite el Fondo, el año pasado, sino que será “asientos contables”, porque el directorio del Fondo tiene en claro que éste es un acuerdo “transitorio” por dos años y medio, hasta que asuma el nuevo gobierno, que será el que realmente tenga que hacer “caja” para poder pagar esta deuda, y la que Argentina mantiene con los acreedores privados, locales y del extranjero.
La pregunta del millón es ¿cómo hará el Banco Central para conseguir los dólares y vendérselos a los importadores para que no haya problemas en la compra de insumos? Según los economistas consultados por el diario Perfil, hasta ahora se ven dos caminos, el primero, acelerar el nivel de devaluación diaria de la moneda, que el año pasado (electoral) fue de solo el 2,5% y desde diciembre corre al 3%, para cerrar la brecha y confiar en que haya más liquidaciones de los exportadores.
El segundo, es seguir restringiendo las importaciones por todos los medios posibles. Las trabas a las importaciones comenzaron con el inicio de enero. Desde entonces la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) redujo el índice de Capacidad Económica Financiera (CEF) de las empresas. Este indicador muestra si la operatoria de una firma es acorde con la cantidad de dólares que demanda para importar.
Con ello, se procura evitar que se inventen “sellos de goma” para comprar dólares baratos al precio oficial. Todo es producto de la brecha. Si no hubiera brecha, no habría nadie tratando de comprar dólares baratos, porque habría un único mercado.
Los funcionarios de la AFIP que atendieron a los dirigentes de la Cámara de Importadores de la República Argentina (CIRA) el miércoles solo se comprometieron a revisar casos urgentes.
Esto pone en “jaque” la tan ansiada recuperación porque el 80% de las compras de Argentina son insumos, partes y piezas para máquinas. Solo una porción del 10% son bienes de consumo final.