El martes último, los principales referentes del PRO decidieron que, a lo sumo en 15 días, deben definir sus opciones electorales para julio y octubre o, de lo contrario, el tren de la historia los atropellará antes de que puedan subir a él.
En la reunión hubo una extraña y llamativa ausencia: Gabriela Michetti no fue de la partida. Quizás esto sea un anticipo de que aquella pulseada de febrero, en la que compitió mano a mano con Horacio Rodríguez Larreta frente a casi todos los mismos del martes, tuvo un solo ganador hacia el interior del PRO? y fue de sexo masculino.
Lo mismo, los presentes tomaron nota de que la buena imagen de la diputada le daría al oficialismo mejores resultados en una eventual segunda vuelta que los que alcanzarían con los propios Macri y Rodríguez Larreta encabezando sus listas (ver ?Michetti sería mejor candidata…? en esta misma página).
El tema central de la reunión fue la contradicción interna que desvela a los PRO: competir en julio o en octubre. En una palabra, definir si irá por la presidencia ?con escasas posibilidades de ganar- o buscar la renovación de su mandato en la ciudad.
La primera opción fue defendida por algunos dirigentes de peso del PRO, como Humberto Schiavoni ?el jefe de campaña de Macri-; Jorge Triaca (h); Jorge Macri; Federico Pinedo; Pablo Walter; Cristian Ritondo; Emilio Monzó y Horacio Rodríguez Larreta.
Los que sostienen que el domicilio político de Macri debe seguir siendo Bolívar 1 fueron Jaime Durán Barba; Nicky Caputo; Jorge Torello; Marcos Peña y Daniel Angelici, que coinciden en esta punto con la ausente Gabriela Michetti.
Quienes sostienen esta última variante plantean que las alianzas a nivel nacional para enfrentar a la poderosa opción que encarna la presidenta Cristina Fernández de Kirchner son insuficientes y que la única opción segura para retener el gobierno municipal es que Macri vaya por la reelección.
Cuando le fue planteado esto último, Macri se mostró algo molesto. Dijo que si tiene que ir a perder en la presidencial, lo hará, pero que espera que su tropa esté a la altura de las circunstancias y que sus soldados deben estar dispuestos a poner el cuerpo en la pelea, porque en esta ocasión no hay espacio para el ?animémonos y vayan?. Después de la reunión, inclusive, deslizó en el oído de uno de sus colaboradores que "estoy rodeado de cagones".
Lo que el jefe de Gobierno dejó flotando en el aire es que hay quienes, instalados confortablemente bajo su paraguas, defienden pequeños negocios políticos personales, disfrazando sus opciones con la emblemática frase del párrafo anterior. Por eso, Macri les exigió a todos ?inspirado quizás en la filosofía de Carlos Bianchi- que transpiren la camiseta.
Los PRO no dejaron de evaluar también su esperanza de que la bancada de diputados nacionales crezca sustancialmente, en especial si hay buenas elecciones en Capital y en Provincia de Buenos Aires. Esto podría aparejar el crecimiento de su fuerza hasta llegar a ser la segunda opción nacional, superando a los radicales.
De todos modos, Macri les recordó que debió esperar cuatro años para llegar a Bolívar 1, aunque reconoció luego que ve el final del ciclo kirchnerista recién en 2015.
Al final, Macri le pidió a su tropa y a sus equipos técnicos que trabajen en la elaboración de las opciones que encarnan él mismo, Gabriela Michetti y Horacio Rodríguez Larreta, para evaluar en su momento ?con los números en la mano- cuál será la mejor.
Lo que quedó claro al final son unas pocas premisas. La primera, que Macri aún no definió si su destino se juega en julio o en octubre. La segunda, que Gabriela Michetti concita más adhesiones afuera que adentro del PRO. La tercera, es que el medio ambiente más amigable para el PRO es, hasta ahora, la ciudad, pero que si no van por más es posible que lo pierdan todo.