La Facultad de Psicología de la UBA decidió estudiar uno de los fenómenos que más afecta a la sociedad argentina, que es la “grieta” politica, analizando emociones, el comportamiento de la sociedad ante cada líder y cada problemática.
El estudio detectó una “polarización” cada vez más acentuada que dificulta la unidad nacional, incluso para abordar problemas que “no necesitan politizarse”, como el caso de la pandemia del Covid-19.
El trabajo comenzó relatando el conflicto con el campo del 2008, cuando el gobierno de Cristina Kirchner impuso retenciones y dio nacimiento a la grieta ”kirchnerismo-antikirchnerismo”, que a partir del 2015 mutó a “kirchnerismo-macrismo”.
Para semejante análisis se estudiaron un total de 10.774 casos, en grandes conglomerados urbanos del país, mayores de 16 años.
“Los resultados muestran con meridiana claridad que la grieta argentina fuertemente emocional que comenzó a gestarse a partir del 2008 con la instalación de la ‘guerra con el campo’ que lideró Cristina Kirchner y que se profundizó a partir del 2015 con la presidencia de Mauricio Macri, ha tenido repercusiones también a nivel de creencias, valores y apoyo o rechazo a diferentes temáticas sensibles para nuestra vida en sociedad”, relataron los expertos.
Los problemas predominantes
Una de las aristas del informe nace en los problemas predominantes del país entre el 2020 y el 2022 que detectan votantes del Frente de Todos y los que detectan votantes de Juntos por el Cambio, donde se encontró una sustancial diferencia.
Los problemas predominantes para el Frente de Todos fueron (FdT): el endeudamiento externo (72%), la inflación (81%) y el funcionamiento de la Justicia (71%).
En el caso de Juntos por el Cambio (JxC), el endeudamiento externo fue elegida sólo en un 19%, y el funcionamiento de la justicia en un 31%, sólo que en ese caso la cuestionan por su “garantismo”, y en el otro por una persecución política.
Los problemas predominantes para Juntos por el Cambio son: corrupción (86%), delincuencia/robo/inseguridad (79%) e inflación (88%).
Los líderes
La pasión que despiertan los líderes de estos espacios en sus votantes también mostró una sustancial diferencia. “Entre los votantes de JxC, los sentimientos predominantes presentan un perfil de menor intensidad en los extremos emocionales. Ni amor ni odio. Parecería que Macri genera menos pasiones que Cristina. El vínculo que la gente ha construido sobre su figura combina evaluaciones cognitivas con emocionales y presenta tantas positivas como negativas: decepción-esperanza; respeto-desilusión; admiración-lástima”.
En el caso de la Vicepresidenta, “genera amor, admiración, agradecimiento, respeto y cariño”, se detalla en el informe.
Los efectos de la polarización
“A modo de conclusión, si bien los investigadores coincidieron en que es de esperar, e incluso deseable, cierto grado de debate ideológico y separación partidista para asegurar que las voces de los ciudadanos estén bien representadas por las élites políticas, un conflicto político intenso y aparentemente intratable a lo largo de múltiples líneas de divergencia podría amenazar la unidad nacional y las oportunidades constructivas de compromiso”, alertaron.
Una consecuencia claramente perjudicial de la polarización política es que “los asuntos urgentes que no necesitan politizarse -como abordar la crisis de salud pública instigada por el Covid-19 y las decisiones individuales sobre el uso de mascarillas y la vacunación- se vuelven extremadamente polémicos, lo que lleva a graves fallas en la cooperación social”, agregaron.
Por último indicaron: “Además, pueden llevar a los ciudadanos a entender la política y la sociedad en términos de ‘nosotros contra ellos’, con consecuencias potencialmente perjudiciales para las relaciones intergrupales al interior de un país y un consecuente debilitamiento del sistema democrático en múltiples dominios: deteriora la cooperación entre ciudadanos, afecta a la confianza en las instituciones, reduce la legitimidad de los gobiernos y contribuye a parálisis o bloqueos de las instituciones de gobierno”.