El presidente de la Nación, Alberto Fernández, encabezó este lunes 1° de marzo la apertura del 139° Período de Sesiones Ordinarias en el Congreso de la Nación y en su discursó lanzó duros cuestionamientos a la Justicia: “El Poder Judicial está en crisis, parece vivir en los márgenes del sistema republicano”. Además, el líder del Frente de Todos, anunció la creación de un Tribunal Federal de Garantías que busca limitar el poder de la Corte Suprema.
Al dar comienzo en su discurso, el presidente sostuvo que se presenta ante el Congreso nacional con sus “convicciones intactas” y con “la humildad de quien puede reconocer errores y logros compartidos”.
“También con la certeza de que unidos pudimos dar pasos históricos para mitigar los efectos negativos de la pandemia que aún nos asola”, añadió.
Fernández anunció que impulsará una “querella criminal” para identificar a los autores y participes del endeudamiento asumido durante el gobierno de Mauricio Macri, por unos US$55.000 millones, al que calificó como “la mayor administración fraudulenta y la mayor malversación de caudales que nuestra memoria registra”.
“Para que pongamos fin a las aventuras de hipotecar al país, es necesario que endeudarse no sea gratis y que los responsables rindan cuentas de sus actos y dejen de circular impunes dando clases de economía en el país y en el mundo”, expresó Fernández al promediar su extenso discurso.
“He instruido a las autoridades pertinentes para que formalmente inicien querella criminal tendiente a determinar quienes han sido los autores y partícipes de la mayor administración fraudulenta y de la mayor malversación de caudales que nuestra memoria registra”, continuó el mandatario.
“Ya en 2018 la Argentina fue sumergida en una nueva y profunda crisis en la balanza de pagos, en una grave recesión, en una caída de los niveles de actividad y de los ingresos reales y en un aumento notorio del desempleo, la pobreza y la indigencia. Como si esto fuera poco, cuando el país perdió el acceso al financiamiento internacional, el Gobierno anterior solicitó el préstamo más grande de la historia del Fondo Monetario Internacional”, dijo el Presidente.
“Los U$S 44.000 millones de dólares recibidos por Argentina se esfumaron antes que asumamos nuestras funciones en diciembre de 2019”, recalcó luego.
“A una Argentina en absoluto default, el Fondo Monetario Internacional le adjudicó un préstamo de 55.000 millones de dólares. De esa cifra se desembolsaron 44.000 millones de dólares que solo sirvieron para facilitar la salida del mercado financiero argentino de capitales especulativos con la absoluta anuencia de las autoridades de entonces”, resumió el jefe del Estado.
“Una deuda tomada por un gobierno irresponsable que obtuvo un crédito otorgado en su favor por motivos absolutamente políticos, merece una revisión y un tratamiento adecuado a la hora de su renegociación”, agregó.
En lo que respecta a las conversaciones en curso para alcanzar un nuevo programa de financiamiento, Fernández dijo: “Seguiremos nuestras negociaciones con total conciencia y con la firmeza que siempre hemos demostrado. No queremos apresurarnos. Apuro por acordar tienen los pícaros de siempre”.
“Nuestro gobierno el único apuro que tiene es el de poner de pie a la producción y al trabajo para poder mejorar la situación de millones de familias argentinas que han quedado sumidas en el pozo de la pobreza”, agregó el Presidente.
Vacunatorio VIP: críticas a la oposición
Cuando promediaba el discurso de apertura de sesiones, el Presidente reconoció como “un error” del Gobierno al escándalo por el vacunagate que terminó con el pedido de renuncia del ex ministro de Salud, Ginés González García, y prometió que “vamos a avanzar semana a semana con el plan de vacunación”.
“Las reglas se deben cumplir, si se cometen errores, la voluntad de este Presidente es reconocerlos y corregirlos de inmediato. Cuando se dijo las reglas se habían revertido, causando mucho dolor, tomé la decisión que corresponde”, dijo sobre el pedido de renuncia de Ginés, y admitió que “ningún gobierno de la tierra se puede arrogar el privilegio de no cometer errores”.
“Pero todo gobierno sensible tiene la obligación de corregir esos errores para desterrar cualquier indicio de privilegio o falta de solidaridad”, agregó y apuntó contra la oposición: “No llegué a la presidencia para ser sordo o dejarme llevar por críticas maliciosas inconfesables de poderes económicos concentrados que lo único que hacen es seguir profundizando las heridas que como sociedad cargamos”.
Precios
En cuestión de precios y salarios, Fernández sostuvo el “diálogo va a contribuir en el proceso de desinflación” y, en ese marco, ponderó las mesas puestas en marcha con sindicalistas y empresarios sobre precios y salarios.
“Cada sector debe estar dispuesto a contribuir. Nadie se salva solo. Es central coordinar esfuerzos para que el salario le gane a la inflación”, dijo.
En esta línea, resaltó que “durante 2020 se redujo en 18 puntos la inflación que heredamos en 2019”,y destacó que el Estado recuperó “la capacidades de fiscalización que habían mermado durante la gestión que nos precedió”.
Tras avanzar con la Ley de Abastecimiento para garantizar que “los alimentos y artículos esenciales estén en la mesa de los argentinos”, Fernández cuestionó a los sectores que “amasan fortunas especulando con los precios”, por lo que ratificó el objetivo de “hacer que los salarios crezcan y los precios se estabilicen”.
A su vez apeló a “una economía ética” de desarrollo social y territorial en función de un “equilibrio” que lleve prosperidad a todas las regiones del país, y no sólo al centro. Ymencionó un plan de diez medidas a futuro que incluyen la continuidad del plan Gas y el desarrollo de fuentes de energía hídrica y solar.
El mandatario les pidió “reflexión colectiva” a las “fuerzas políticas y a la sociedad” en “circunstancias tan excepcionales” como las que se están viviendo en Argentina y en el mundo por la pandemia de coronavirus.
A propósito, el jefe de Estado recordó su anterior mensaje ante la Asamblea Legislativa, el año pasado, diez días antes que se declarara la pandemia, cuando llegó con la “voluntad inquebrantable de poner de pie un país que había quedado de rodillas” por la política de la gestión anterior.
En esta línea, destacó la labor de empresarios, movimientos populares, iglesias, organizaciones sociales, científicos, fuerzas armadas y de seguridad, diplomáticos, universidades, equipos docentes y directivos en el marco de la pandemia por el coronavirus.
Y manifestó: “Puede resultar difícil valorar aquello que no sucedió, las consecuencias más graves que evitamos no se ven. Para todos estos argentinos que han desplegado su corazón al servicio de los demás, por favor pongamos de pie y brindemos un sostenido aplauso”.
Justicia
Alberto Fernández volvió a cuestionara la Justicia y anunció la creación de un Tribunal Federal de Garantías que busca limitar el poder de la Corte Suprema. “El Poder Judicial está en crisis, parece vivir en los márgenes del sistema republicano”, aseguró el mandatario.
Y agregó: “Sus miembros disfrutan de privilegios de los que no goza ningún miembro de la sociedad. Ningún magistrado ni funcionario judicial paga hoy el impuesto a las ganancias que sí tributan millones de trabajadores y funcionarios del sector público y privado. En el caso de los miembros de la Corte Suprema, acceder a la declaración jurada de sus bienes es virtualmente imposible”.
Según Alberto Fernández, el Tribunal Federal de Garantías tendrá competencia exclusivamente en cuestiones de arbitrariedad y al que se podrá llegar por vía del recurso extraordinario. “De ese modo, la Corte Suprema de Justicia de la Nación podría circunscribir su competencia a aquella temática que la Constitución Nacional expresamente le ha dado”, indicó.
También le pidió al Congreso que cumpla un rol de control del Poder Judicial. “Institucionalmente, alguien debe ocuparse de ver lo que ha ocurrido y ver lo que está ocurriendo en la administración de justicia de nuestra república”, aseguró el Presidente.
Durante su discurso, el mandatario enumeró “desvíos” en los que incurren los funcionarios judiciales como, entre otros, “los femicidios que se consuman sin que muchos jueces y fiscales hagan lo necesario para impedirlos”, las “excarcelaciones improcedentes” y “las detenciones preventivas innecesarias”. También incluyó dentro de las críticas el “per saltum que le asignó extrema gravedad” al traslado de los jueces Bruglia, Bertuzzi y Castelli.
Vivimos tiempos de judicialización de la política y politización de la Justicia, que terminan dañando a la democracia y a la confianza ciudadana porque todo se trastoca. Asistimos a condenas mediáticas instantáneas y sin posibilidades serias de revisión. Sufrimos la discrecionalidad de los jueces expresada en demoras inadmisibles de procesos judiciales que afianzan el clima de impunidad. Padecemos la manipulación de decisiones jurisdiccionales en función de intereses económicos o partidarios que conducen a medir los hechos con distintas varas”, criticó Alberto Fernández.
Otro apartado tuvo como destinatario el fiscal Carlos Stornelli. “En la Argentina de hoy, hay un fiscal procesado por delitos tan severos como el espionaje ilegal de ciudadanos o el de extorsión que sigue en funciones como si nada de esto lo afectara. A él no se le aplica aquella doctrina que recomendaba la detención preventiva de personas cuando su poder residual pudiera afectar la investigación”, señaló.
Además, le pidió al Senado que debata y apruebe la ley que reformula el funcionamiento del fuero federal, y que Diputados haga lo mismo con la reforma a la ley que reglamenta aspectos vinculados a la selección del titular del Ministerio Público. También anunció que el Gobierno propiciará el establecimiento del juicio por jurados para la sanción de aquellos delitos graves que se cometan en el ámbito federal.
En tanto, los ministros del gabinete nacional participaron de la Asamblea Legislativa desde palcos dispuestos con no más de cuatro asientos, con el objetivo de respetar el distanciamiento social, de acuerdo al protocolo en prevención del coronavirus.
Los palcos asignados para los miembros del Gabinete son los de la primera bandeja del hemiciclo de la Cámara baja, ubicados enfrente del estrado desde donde el primer mandatario dirigirá su mensaje, escoltado por la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Desde las 11.30, se ubicaron en un mismo palco los ministros Gabriel Katopodis, de Obras Públicas, la vicejefa de Gabinete, Cecilia Todesca, y Eduardo “Wado” De Pedro, ministro del Interior.
En otro de los palcos, se sentaron el ministro de Economía, Martín Guzmán; el ministro de Defensa, Agustín Rossi, y el de Transporte, Mario Meoni.
El ministro de Educación, Nicolás Trotta, y el de Medio Ambiente, Juan Cabandié, comparten el balcón del primer piso, desde el que escucharán el tercer mensaje de Alberto Fernández ante la Asamblea Legislativa.