Si a algún encuestador le pedían a mediados del 2020 que pronosticara la aprobación que tendría la gestión de Alberto Fernández sobre el final de su mandato, lo más probable hubiera sido que errara como nunca antes. Se recuerda: en aquellos tiempos en los que la pandemia de coronavirus copaba la escena pública en el país, el Presidente había alcanzado un inédito apoyo popular, sólo comparable desde la vuelta de la democracia con algunos momentos de Raúl Alfonsín, Carlos Menem o Néstor Kirchner.
Pero el deterioro de la figura presidencial, la mirada sobre su administración y el derrumbe de las expectativas de su gobierno parecen no tener fin. Cada mes que pasa, cada termómetro de la opinión pública que se conoce, va socavando aún más su tabla de apoyo.
Ahora se conoció un estudio de la Universidad de San Andrés, que publica bimestralmente una encuesta nacional, de 1.000 casos. En marzo, relevó entre el 22 y el 30 del mes y presentó los resultados con +/- 3,15% de margen de error.
Allí, entre otras cosas, la desaprobación de la gestión del Presidente alcanza un nuevo récord negativo, al superar los 80 puntos de rechazo. Y la imagen de Fernández se mueve en un rojo igual de profundo: 13% de positiva y 81% de negativa. Es el peor diferencial (- 68 puntos) entre una veintena de políticos evaluados.
Estas son algunas de las principales conclusiones del estudio:
• El nivel de satisfacción con la marcha general de las cosas es del 9%, mientras que el 89% se encuentra insatisfecho. Respecto a la orientación política, los encuestados que se posicionan en la derecha (98%) son los más insatisfechos con la situación actual; mientras que los encuestados de izquierda son los más satisfechos (29%). En lo que respecta a las generaciones y segmentación por niveles socio-económicos, todas las categorías tienen una insatisfacción mayor o igual al 80%. Finalmente, cuando segmentamos por el voto en las últimas elecciones (2021), los más satisfechos son los votantes del Frente de Todos (23%), mientras que los más insatisfechos son los votantes de Juntos por el Cambio con el 97% y los Libertarios con un 98% de insatisfacción.
• La satisfacción con el Poder Judicial es del 19%, seguida por la satisfacción con el Senado (12%), el Poder Ejecutivo (11%) y la Cámara de Diputados (9%). Todos los poderes muestran niveles similares de desaprobación de su desempeño. El nivel de insatisfacción con la Cámara de Senadores es del 83% mientras que con la Cámara de Diputados es del 85%. En lo que respecta al Poder Ejecutivo, éste es del 85%. El nivel de insatisfacción con el desempeño del Poder Judicial es el más bajo (75%). El nivel de satisfacción con el desempeño de todos los poderes se mantuvo por debajo del 20% durante todo el año, al igual que en 2022.
• La aprobación de la gestión del presidente Alberto Fernández es del 17%, mientras que la desaprobación es del 81%. En términos ideológicos, los encuestados de izquierda (37%) y centro izquierda (44%) son los que más aprueban la gestión, mientras que un 96% de los votantes de centro derecha desaprueban su gestión. Los millennials son los que más aprueban al gobierno (20%). Los votantes de Juntos por el Cambio y los Libertarios son los que muestran mayores niveles de rechazo (98%).
• En cuanto a la satisfacción con las distintas políticas del gobierno, se observa que la política científica encabeza la lista de las más valoradas entre los encuestados, con un 30% de satisfacción. Le sigue la política de salud, con un 29%. La política de obras públicas pasa al tercer puesto, con un 25% de satisfacción. En el otro extremo, el mayor nivel de insatisfacción lo presentan la política económica y la política de seguridad, alcanzando el 92% y el 89% respectivamente. Les siguen la política social y la política educativa, cuyos niveles de insatisfacción total son del 79% y el 78%. En todos los casos, la insatisfacción supera el 57%.
• Los encuestados consideran que el principal problema que afecta al país actualmente es la inflación (59%), seguida de la delincuencia, robos e inseguridad (36%) y la corrupción (35%). Además, éstas fueron la primera mención del 21%, 10% y 14% de los encuestados, respectivamente. Se observa que la preocupación por la inflación continúa en ascenso desde Junio del 2020.
• Segmentando según el voto en 2021, se observa que tanto los votantes del FdT (59%) como los votantes de JxC (67%) valoran a la inflación como el principal problema que afecta al país. Para los del FdT, le siguen la pobreza (con un 31%) y la delincuencia, robos e inseguridad (31%). Para los votantes de JxC, el segundo principal problema es la corrupción (50%), seguida por la delincuencia, robos e inseguridad (44%). Hay una diferencia de 32 puntos porcentuales entre los que consideran a la corrupción como principal problema de los votantes de JxC (50%) y los votantes del Frente de Todos que consideran que la corrupción es el principal problema (18%). Además, un 24% de los votantes de JxC mencionaron primero a la corrupción. Lo mismo sucede con la pobreza, que es mencionada como principal problema por el 31% de los votantes del Frente de Todos y solo por el 17% de los votantes de JxC.
• La percepción negativa del país supera al 55%, tanto en retrospectiva como en prospectiva. En retrospectiva, el 79% de los encuestados opina que la situación nacional está peor en comparación con la situación hace un año, mientras que un 4% considera que está mejor. Respecto a la situación personal de los encuestados, 8% considera estar mejor y el 55% dice estar peor. Prospectivamente, es decir, considerando las expectativas respecto a la situación dentro de un año, el 55% considera que la situación del país empeorará, mientras que el 11% considera que mejorará.
• En cuanto a la situación personal de los encuestados, un 36% opina que estará peor, mientras que un 17% considera que su situación mejorará.
Los números, como los de toda encuesta digital, deberán ser ajustados en el futuro para corregir inexactitudes, pero muestran una tendencia que augura buenas noticias para la oposición. De todos modos, nada es seguro aún, a tres meses del cierre de listas.
Las sorpresas suelen suceder en la política, aunque por ahora no haya ninguna a la vista.