El Presidente Alberto Fernández buscará recuperar la centralidad perdida por el ruido de las declaraciones polémicas y algunos desajustes en la estrategia de campaña.
Pasó el escándalo de Olivos por la foto de cumpleaños de Fabiola Yáñez. También pasó el capítulo judicial que derivó de la fiesta de su mujer en plena cuarentena y el polémico apoyo a la profesora K que intentó adoctrinar a un alumno sobre lo hecho en el gobierno de los Kirchner y en el de Macri.
Pasó la desafortunada frase de Sabina Frederic, asegurando que “Suiza es más tranquilo, pero aburrido”, al referirse a la decisión de algunos argentinos de emigrar debido a la inseguridad. Pasó la respuesta de Sergio Berni indicando que la ministra “se la pasó de joda durante la pandemia”. Pasó, finalmente, Victoria Tolosa Paz diciendo que en “el peronismo siempre se garchó”.
En ese contexto, a doce días de las PASO, el Presidente volverá a pararse en el centro del ring político.
Según publica Infobae, en la Casa Rosada asumen con resignación que uno de los objetivos es reconstruir la relación del Presidente con el electorado. “Es como un jarrón que se rompió. Hay que pegar pieza por pieza. Es un proceso lento, no será de un día para el otro”, reflexionó un dirigente que tiene trato frecuente con el Presidente.
“El tema Olivos pegó en la imagen del Presidente. Él absorbe todo. Pero eso no pega de igual manera en el Frente de Todos. Porque fue una cuestión en la que él quedó en el centro de la escena”, reconocieron en el entorno del jefe de Estado en los últimos días. De fondo se ve la intencionalidad discursiva de la estrategia. Que el impacto se lo lleve Fernández y no la boleta azul del peronismo.
Según las encuestas que manejan en el oficialismo, la imagen presidencial tuvo una caída de entre 4 y 6 puntos. Aún así el piso sigue siendo de 40 puntos de imagen positiva. “¿Hay alguien que mida mejor que Alberto en el peronismo?”, se preguntó un ministro en las últimas horas. Automáticamente se autorespondió: “No”.
Esa disminución, que más allá del escándalo de Olivos, se viene dando progresivamente desde mitad del año pasado, no tiene un correlato idéntico en la intención de voto. De ahí se agarran en el oficialismo para asegurar que la boleta del Frente de Todos será la más elegida el domingo 12 de septiembre.
En el Gobierno creen que llegó el momento en que el Presidente se meta de lleno en la campaña, se empape de toda la rosca electoral y deje de lados las polémicas que lo llevan a las portadas de todos los medios.
De acuerdo a lo publicado por Infobae, buscarán que aplique el manual más simple de la campaña: resaltar lo positivo de la gestión, esconder lo negativo bajo el silencio, confrontar a la oposición y mostrar, con los pocos argumentos que tenga a mano, que la recuperación económica se está viendo en la producción de las pymes, la generación de empleo y los bares llenos de gente.