El presidente Alberto Fernández definía con su núcleo íntimo en la noche de este miércoles si resistía o no a las presiones internas después de que un grupo de ministros y secretarios de Estado del kirchnerismo presentaran sus renuncias tras la derrota del domingo, y lo dejaran frente a la más grave crisis institucional desde que asumió el Gobierno.
En las reuniones que mantuvo con sus colaboradores cercanos varios de ellos, según reconstruyó Clarín, le aconsejaron romper con el kirchnerismo. Fernández se fue solo, en helicóptero, seis minutos después de las nueve y media de la noche. Lo notaron “pensativo”, y consciente de que deberá dar definiciones en los próximos días.
Los gobernadores por su parte, algunos mantuvieron silencio y otros se comunicaron por la tarde con Fernández para darle su apoyo. Lo mismo hicieron sindicalistas y dirigentes del PJ, y referentes de los movimientos sociales. La CGT sacó un comunicado.
También legisladores, ministros y mandatarios provinciales salieron a respaldar a la figura presidencial en las redes sociales.
El Movimiento Evita fue el más osado: llamó a marchar este jueves a media tarde, en Plaza de Mayo, “por la unidad del Frente de Todos”. “¡Fuerza Alberto!”, remarcaron en la convocatoria.
Mientras, dice Clarín, desde La Cámpora y el cristinismo hubo un sonoro hermetismo. La vicepresidenta recibió en su oficina a Máximo Kirchner y a De Pedro.
Las últimas 48 horas tras la debacle electoral del domingo fueron un polvorín.
El Presidente, Cristina Kirchner, su hijo Máximo, Massa y Axel Kicillof tuvieron la primera reunión la noche de la elección, en el complejo C, antes de que Fernández saliera a aceptar la derrota en buena parte del país y en la provincia de Buenos Aires.
El kirchnerismo insistió esa misma noche en que había que avanzar con cambios de funcionarios y acelerar medidas destinadas a inyectar recursos en los sectores medios y bajos, un reclamo en el que se insiste desde ese sector de la coalición desde hace meses -también desde el massismo- y que incluye la salida de Cafiero y, al menos, los ministros Martín Guzmán y Matías Kulfas.
Por lo pronto, los anuncios que el Gobierno tenía agendado oficializar este jueves como el primer paso de una serie de medidas destinadas a tratar de descontar en la elección de noviembre, habían quedado en suspenso.
Massa, que el miércoles por la tarde se encontró con el jefe de bloque del FDT en Diputados y después reunió a su tropa en sus oficinas de avenida del Libertador, había sonado como posible reemplazo del jefe de ministros. También se mencionó a Martín Insaurralde, e incluso sonó Aníbal Fernández, que pasó también durante el día a conversar con el mandatario y que buscó minimizar el caos político: “No hay crisis”, aseveró.