El candidato presidencial del Frente de Todos, Alberto Fernández, convocó el lunes siete de octubre pasado, desde la Facultad de Agronomía y Veterinaria, a poner en marcha una política de Estado “para terminar con su mayor vergüenza, que es el hambre”.
Fue durante la presentación de la campaña Argentina contra el Hambre, adonde concurrieron para acompañarlo distintos líderes empresarios, de opinión pública, sindicales, de organismos de derechos humanos y de las organizaciones sociales y religiosas, entre otros.
Con su estilo enfático, Fernández exclamó que “no me importa de dónde vienen, no me importa cómo piensan: no podemos vivir en paz con semejante flagelo. Hagamos la batalla más sensata que podemos hacer, que es hacer que los argentinos dejen de padecer el hambre”, tras lo cual agregó que también trabajará para “garantizarles el agua” a todos los argentinos.
Fernández afirmó a continuación que “lo primero que vamos a reperfilar son los precios de la canasta básica argentina”, en alusión al “reperfilamiento” de la deuda externa que Macri le propuso al Congreso y que en este recinto no sería tratado, al menos por ahora.
Finalmente, el candidato del Frente de Todos pidió que “por una vez demos la batalla que moralmente nos va a hacer una gran sociedad. Vamos a ser una gran sociedad si lo hacemos”.
Antes de Fernández, el diputado Daniel Arroyo –cuyo nombre suena para encabezar el ministerio de Desarrollo Social- presentó los ejes centrales de la propuesta, que incluyen la creación de un consejo que dependa de la Presidencia de la Nación, que elabore informes periódicos; y la implementación de un Observatorio Nacional Argentina contra el Hambre.
“De todos los problemas sociales hay dos que son más graves y se han consolidado: el costo de los alimentos y el endeudamiento de las familias, que se endeudaron para poder pagar alimentos y tarifas”, precisó.