El presidente Alberto Fernández encabezó un almuerzo en la Casa Rosada con la cúpula de la CGT, en medio de las conversaciones entre los “gordos” y el moyanismo por la conducción de la central obrera.
El Gobierno nacional no quiere dejar de lado a estos aliados de cara a la elección general del 14 de noviembre, y se espera que en las próximas semanas desembolse los cuatro mil millones de pesos que restan para las obras sociales.
En el encuentro de este viernes también participó el jefe de Gabinete, Juan Manzur, y los ministros de Trabajo, Claudio Moroni y de Interior, Eduardo “Wado” de Pedro. Por parte de los gremialistas estuvieron presente Héctor Daer, Carlos Acuña, Gerardo Martínez, Andrés Rodríguez, Armando Cavalieri, José Luis Lingieri, Antonio Caló y Rodolfo Daer.
“Es una presentación formal de la central obrera con el nuevo funcionario (Juan Manzur), y un gesto de apoyo a la gestión”, explicó uno de los participantes al diario Perfil.
Sin embargo, más allá de esto, el tema que más interesa a los gremialistas son los 11 mil millones de pesos que la administración de Alberto Fernández les prometió a los sindicatos para las obras sociales.
Con el secretario General de la CGT @hectordaer acordamos acciones conjuntas para generar más y mejores puestos de trabajo porque esa es la manera de seguir impulsando la reconstrucción de la Argentina. pic.twitter.com/ru5xWuoOCv
— Juan Manzur (@JuanManzurOK) September 27, 2021
El Gobierno lo prometió a principios de septiembre, semanas antes de la elección primaria, bajo la gestión del actual canciller Santiago Cafiero en la Jefatura de Gabinete. Lo hizo con el argumento del gasto extra que tuvieron las obras sociales en medio de la pandemia de coronavirus.
La propuesta no tardó demasiado en entusiasmar a los sindicalistas, que la recibieron con los brazos abiertos. La primera transferencia llegó el 21 de septiembre por 7.390 millones de pesos. Restan todavía otros cuatro mil millones de pesos.
Hacia adentro de la CGT, dice el diario Perfil, el encuentro de este viernes se da también en un contexto en particular. El moyanismo y “los gordos” de la CGT buscan dejar atrás sus históricas diferencias y avanzan en lo que será la nueva conducción después del 11 de noviembre. Se espera que Pablo Moyano (Camioneros) y Héctor Daer (Sanidad) conduzcan a la organización obrera. Aunque todos advierten que “es con final abierto” y “todo se puede resolver media hora antes”.
Los llamados “gordos” de la CGT advierten que la vuelta de los Moyano a la Confederación General del Trabajo “va a generar debate y discusiones”. Pero entienden que no pueden “seguir con pavadas. Los que están enfrente vienen por todo, no nos van a dejar ni las vacaciones”, señaló una fuente gremial al diario Perfil para referirse a la oposición.
El operativo unidad en la CGT venía gestándose desde antes de las elecciones. Pero tras el cachetazo electoral que recibió el Frente de Todos en las PASO, los distintos sectores coincidieron que era necesario un sólido respaldo del movimiento obrero a la Casa Rosada.
Desde el día siguiente a la elección, los llamados entre los distintos dirigentes son a diario, y al menos una vez por semana se reúnen de forma presencial.
La primera demostración en público de esta nueva alianza del moyanismo con la CGT será el próximo 18 de octubre, el día siguiente del histórico 17. Para ese día organizan una movilización en respaldo al Gobierno del Frente de Todos con un acto central. Se espera participen de la convocatoria los distintos sectores del movimiento obrero, que en varios momentos marcaron sus diferencias con la conducción. Entre ellos estarían Pablo Biró (Pilotos), Sergio Palazzo (Bancaria) y Roberto Pignanelli (SMATA).