El presidente Alberto Fernández quedó recluido en la quinta de Olivos luego de que diera positivo de Covid-19 una moza del staff de la residencia, que atiende al mandatario todos los días y se lo considerara “contacto estrecho”. El jefe de Estado seguirá su agenda desde allí, pero canceló sus actividades públicas.
La información fue dada a conocer en la tarde de este miércoles a los acreditados de Casa Rosada por la portavoz del Gobierno, Gabriela Cerruti, quien recalcó que debido a las nuevas disposiciones del Ministerio de Salud, y de acuerdo a que tiene dadas tres dosis de vacunas, Fernández “no está aislado” sino bajo la modalidad de “cuidados extremos”.
Según la nueva normativa, en el caso de los contactos estrechos asintomáticos con esquema de vacunación completo y refuerzo con más de 14 días de la última aplicación -como es el caso del Presidente-, existe la opción de flexibilizar el aislamiento.
Pero se deben maximizar medidas preventivas (como el uso adecuado de barbijo y la permanencia en ambientes con ventilación cruzada permanente); evitar concurrir a reuniones sociales o eventos masivos; y realizar un automonitoreo de síntomas de forma diaria.
La empleada que dio positivo comenzó con síntomas el martes en tanto que su diagnóstico se confirmó en las últimas horas, por lo que se decidió cómo avanzar con esta nueva modalidad para Fernández, que podría prorrogarse por los próximos cinco días. Por lo pronto el mandatario será evaluado, para determinar su situación.
Fernández tiene el esquema completo de vacunas tras haber recibido en diciembre pasado la tercera dosis de Sputnik V, luego de ser inoculado con la primera dosis en enero pasado y con la segunda, en febrero.
El mandatario tuvo Covid-19 en abril pasado, cuando presentó leves síntomas de la enfermedad, que fueron monitoreados por la Unidad Médica Presidencial, en tanto también estuvo aislado en dos oportunidades por contactos estrechos.
En este contexto, dice el diario Infobae, en el Gobierno prestan atención al proyecto presentado por el bloque oficialista en el Congreso para que la vacuna contra el coronavirus sea obligatoria. Pero por el momento se desligan y señalan que, aunque los legisladores “pueden hacer lo que quieran”, no es una medida del Ejecutivo.