El gobernador de San Luis, Alberto Rodríguez Saá fue el segundo invitado del Grupo Oleiros en asistir -y ser entrevistado por casi ochenta periodistas- al reducto ubicado en Piedras 484.
Los presentadores designados, Rolando Baró y Juan José Salinas, lo definieron como “el más juvenil de los candidatos”, un calificativo que alude a su manera dinámica de enfrentar al público y a una forma de ser desacartonada y sincera.
En su exposición, el mandatario puntano definió el clima de entrada, al agradecerle a su asesor Miguel “Pancho” Talento por la concreción del encuentro, evocando que en los ’70, éste “fue fundador de la Juventud Universitaria Peronista (JUP)”, que dominó la representación estudiantil en los claustros por esa época.
Al hablar de su vida, Rodríguez Saá relató que “nací en 1949, en el mismo año que la Constitución del peronismo”. A continuación reveló su afición por el ajedrez, en el transcurso de cuya práctica conoció a algunos miembros de la mítica Resistencia Peronista.
“Gilberto Sosa era un laburante y jugaba muy bien al ajedrez. Era de la Resistencia y en un momento empezó a hablar de esos temas con sus compañeros, delante de mí. Pero su lenguaje no era abierto, había que aprender a escuchar”, acotó el mandatario.
“En una ocasión –continuó-, comenzó a explicar la Apertura Peón Dama en la variante Ortodoxa. Hablaba con los otros, pero se dirigía a mí y me enumeraba las ventajas de ser ortodoxo, en alusión a la práctica ajedrecística y a la puesta en marcha de la doctrina peronista”.
Luego Rodríguez Saá explicó que “la Resistencia es parte de mi ADN, me siento parte de ella. Más, cuando en aquel tiempo surgieron los programas de La Falda, en 1957 y de Huerta Grande, en 1962, que le dieron origen a la CGT de los Argentinos, en 1968. Yo me quedo con esas glorias”, remató.
Anticipándose a la pregunta que seguramente que iba a surgir de sus interlocutores, el mandatario puntano explicó su posición con respecto al proceso que culminó con la aprobación del Presupuesto nacional, votado días atrás. “Negociar es perder algo y ganar algo, pero negociar en las condiciones de hoy es negociar los principios. No quiero hablar del Presidente, porque hablar de Macri no es mérito”, agregó, para terminar cuestionando a los diputados de su provincia que fueron cómplices de la jugada del Gobierno: “todo el curso de lo que ocurrió fue desafortunado”, cerró el tema.
Para referirse a las acciones de un Gobierno al que suele cuestionar con dureza, el jefe de Estado puso como ejemplo a la votación por la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo. “Yo soy pañuelo verde –definió-, pero entiendo a quienes defienden el pañuelo celeste. Lo grave es que en esa controversia Macri envió el tema al Congreso y su tratamiento fue tan falaz que nos dividió sin resolver el problema. Eso fue de una mediocridad terrible”.
Pero Rodríguez Saá contrapuso esta actitud con la adoptada por el presidente Arturo Frondizi en 1958, cuando “para ocultar el Plan Conintes, la represión y el desguace de los ferrocarriles, lanzó la opción Laica o Libre, referida a la educación religiosa en las escuelas, que más allá de todo, quedó sintetizada en una ley que aún se encuentra vigente”.
Otra definición contundente del mandatario puntano tuvo que ver con la intervención del presidente Mauricio Macri en las instancias del partido Boca-River. “Llamó ‘culón’ al técnico de River, abogó por la presencia de público visitante en los dos partidos y, finalmente, el partido decisivo terminó jugándose fuera del país. Fue una maniobra perversa, un desastre por donde se lo mire”, sentenció.
Luego, Rodríguez Saá se refirió al proyecto económico que lleva adelante el Gobierno de Cambiemos. “Macri no tiene plan, se apropió de la Argentina para poner las áreas más rentables en manos de sus amigos”, definió.
En este sentido, advirtió sobre el peso futuro de la deuda externa contraída por el Gobierno, a la que calificó como “esclavizante”, agregando que ya se deben 300 mil millones de dólares, agravando la situación que “con ese dinero no se construyeron escuelas, no se hizo ni siquiera un estadio nuevo. En resumen, no se hizo ni un metro de cordón cuneta”, graficó.
Como no podía ser de otra manera –Rodríguez Saá es un jugador nacional del peronismo-, el dirigente se refirió a la realidad partidaria. “Nosotros sabemos que somos el 60 por ciento –ofendió- y también que Macri no es más que el 40 por ciento. Sabemos, además, que si vamos unidos, ganamos en 2019. Si no, podemos perder, porque ellos solidificaron su opción inculcando el odio y así una parte del electorado los va a votar. Para peor, existen compañeros nuestros que aseguran que ‘Macri tiene la vaca atada y va a ganar en 2019, en 2023 y más’. Bueno, eso es mentira, Macri no tiene ninguna vaca atada, pero para eso debemos armar un frente electoral. ¿Con quiénes? Con todos. Es difícil, pero lo vamos a hacer”.
La manera es, para Rodríguez Saá, “llamar a internas con sistema D’Hont sin piso. De esta manera, todos ganan algo, inclusive los más chicos, que suelen tener un vozarrón cuando llegan a las cámaras”.
Luego, el gobernador de San Luis se preguntó: “¿cómo se hace para estar todos juntos? Muy sencillo -se respondió-, hay que poner reglas de juego y la primera de ellas es que se deben hacer elecciones internas. Esta es una tradición peronista, porque ¿qué le pidió Perón a Farrell aquella noche del 17 de octubre, cuando lo trajeron desde el Hospital Militar a la Casa Rosada, en medio de una movilización masiva? Elecciones –respondió. Ese día nació el peronismo”, expresó.
“Lo siguiente –continuó el mandatario- es elaborar un programa, porque es necesario evitar que los diputados –incluidos los de San Luis- voten un Presupuesto como el del año que viene, elaborado por el FMI”, se quejó.
“¿Cómo se arma un programa? –volvió a preguntarse. Es muy sencillo –respondió nuevamente-, el procedimiento es el habitual: copiar y pegar. ¿De dónde se debe copiar? De las paredes: ¿qué dicen las paredes? Libertad a Milagro Sala, pues copiamos. Paritarias ya, volvemos a copiar. Y así con todo. En las paredes está la historia social de la Argentina”, refirió.
Luego, insistió en que “el 2019 será un año aún más complicado que el que despedimos. Por eso necesitamos la unidad de las fuerzas de la oposición. Debemos poner en marcha el Frente Patriótico sin demoras. No podemos seguir esperando, porque la gestión del presidente Macri es muy mala y mientras crece y aumenta la pobreza, hay chicos que a la noche se van a dormir con la panza vacía. Eso es lo que más duele, y es lo que no podemos seguir permitiendo”, volvió a proponer.
La estrategia electoral es muy sencilla, para el invitado de Oleiros. “Tenemos que ser sembradores de esperanza”, propuso.
Las preguntas fueron filosas. Se le preguntó al precandidato a presidente por el peronismo –en ese carácter asistió a Oleiros- por los polos que se van delimitando en el partido, por un lado él mismo, Felipe Solá y Agustín Rossi y, en la vereda de enfrente, el semillero que conforman Juan Schiaretti, Juan Manuel Urtubey, Miguel Ángel Pichetto y Sergio Massa, sobrevolados por la figura de Eduardo Duhalde.
La respuesta de Rodríguez Saá fue, en tono de alarma, plantear que “estamos boludeando. Hay que armar ya el programa, hay que hacer ya el frente. No nos podemos dormir, porque el tiempo apremia”.
Por lo demás, aseguró que las puertas están abiertas para todos, incluidos los nombrados en el párrafo anterior. “No le cerramos la puerta a nadie –aclaró-, no vamos a ser nosotros los que echemos a alguien”, dejando planteada la duda acerca de la voluntad de los integrantes del semillero de formar un frente en el que todos estén incluidos.
Entonces fue el turno de la periodista Stella Calloni, que planteó que “la Argentina es un bocado de cardenal que el imperio no quiere perder” y que hará cualquier cosa para que no gane el peronismo.
En este punto, Rodríguez Saá –lápiz afilado- respondió que “en este país no existe un ministro de Economía. Tenemos un ministro del dólar. Sabemos más del dólar que de la producción del vino o del algodón. Macri pierde la gobernabilidad y busca al FMI, que no viene solo. Por si fuera poco, tenemos papeles que no vemos y sirven para que paguemos una deuda terrible con sangre, sudor y lágrimas. Existe lo que se llama la ‘deuda odiosa’, que es la que es contraída por una dictadura y que tiene la característica de que se debería utilizar con un fin para el cual no se utiliza. Este argumento lo usó Néstor Kirchner y existe además ‘el caso Olmos’, que estudió la legitimidad de la deuda de la dictadura y propuso enviar sus conclusiones al Congreso. Algo así se podría hacer en el futuro”.
Luego, Rodríguez Saá regresó al método inquisitivo y preguntó: “¿Qué se hace cuando se tiene una ‘deuda odiosa’?”, para responder que “se emiten bonos, como en el caso del Plan Brady, que aunque era deuda odiosa se pagó lo mismo”.
Finalmente, aseguró que “vamos a participar en la interna peronista y, si ganamos, vamos a hacer un gobierno de la duramadre”, finalizó, en medio de aplausos.
Estuvieron presentes en la cena-conferencia los periodistas Stella Caloni, Luis Bruchstein, Luis Lázzaro, Rolando “Roli” Baró, Ricardo Morini, Martín García, Juan José Salinas, Lorena García, Miguel Núñez, Fernando Aguinaga, Milcíades Peña, Rosaura Audi, Gabriel Russo, Horacio del Prado, Leonardo Greco, Marcelo Duhalde, Néstor Piccone, Antonio Domínguez, Oscar Tafetani y Gabriel Mariotto, entre otros, ya la concurrencia sumó a casi ochenta comunicadores.