Luego de dialogar el domingo por más de 55 minutos donde consensuaron que Silvina Batakis sea la reemplazante de Martín Guzmán al frente del ministerio de Economía, el presidente Alberto Fernández y la vicepresidenta, Cristina Kirchner acordaron encontrarse este lunes en algún momento del día posiblemente en la residencia de Olivos.
Alberto dejó de hablar con CFK hace varios meses. Primero fue ella que no le contestó. Después él que mandó a hacer ese dato público para mediados de marzo a través de su portavoz, Gabriela Cerruti cuando el Presidente intentó en vano hablar con Cristina después del atentado a su despacho. Pero con el correr de los días esa incomunicación se terminó haciendo costumbre. Y de golpe percibió que hasta podía ser su fortaleza. Alberto estaba obstinado en seguir gobernando sin necesidad de hablar con Cristina.
El sábado la renuncia de Guzmán no encontró a Alberto en Olivos sino en la zona de Zárate en la casa de un empresario de medios. A la residencia llegó pasada las ocho de la noche cuando, con lógica, la crisis ya era un incendio mediático.
Desde el minuto uno que sus colaboradores más estrechos aconsejaron llamar a la vicepresidenta. Según las fuentes consultadas por Infobae, Alberto estaba tan empacado que los operadores de ambos bandos que intentaban acercar posiciones terminaron intentando al revés. Es decir tantearon el terreno para convencer a Cristina de que llamara ella.
Pero finalmente el llamado de la abuela de Plaza de Mayo Estela de Carlotto al Presidente pudo destrabar la cabeza presidencial del atolladero en el que estaba sumido por obcecado.
Está claro que el llamado fue el primer paso. El anuncio de Batakis hasta acá solo descomprimió a la política. El gran tema es cómo se sigue. La renuncia de Guzmán dejó a Alberto desnudo. El daño que le provocó el ministro en su salida termina potenciando en la interna la postura del kirchnerismo y de la propia Cristina que siempre desconfió del ex ministro. Hoy Alberto no puede más que mirar para adelante. Porque el pasado duele y quema.
En ese contexto, si bien aún no se programó el horario del encuentro, el domingo antes de despedirse, el Presidente y la vice quedaron en verse este lunes. Quedan muchos cambios por decidir. Está claro que si a Batakis no la rodean de mayor poder político y le dan coordinación de las áreas su ministerio va destino al fracaso. Lo demás cambios se vienen inexorablemente.