El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), el uruguayo Luis Almagro, de 59 años, viajó al menos 34 veces en dos años en desplazamientos de trabajo con una asesora con la que mantenía una relación sentimental.
Almagro, que llegó al cargo en 2015, es sujeto de una investigación encargada por la OEA a un bufete externo de abogados para determinar si la relación entre el secretario general y la empleada de la organización tuvo carácter indebido y la asesora fue promocionada dentro de la institución como trato de favor. Está previsto que la pesquisa concluya a finales de este mes.
El secretario general de la OEA, que ha reconocido públicamente la relación -que era un secreto a voces dentro de la institución-, siempre ha sostenido que no incurrió en ningún tipo de conducta indebida.
Los detalles de los viajes, adelantados por la agencia Associated Press y que tuvieron lugar entre 2018 y diciembre de 2019, aparecen en una serie de informes que el secretario general presenta sobre sus actividades fuera de la sede de la institución en Washington a la presidencia del Consejo Permanente. Aunque son públicos, se encuentran enterrados en la página web de la institución. En algunos de ellos, la comitiva que enumeran los documentos incluyen a otros asesores. En otros -quince ocasiones- solo aparece esta empleada como acompañante del secretario general.
En algunos casos, el coste del viaje de la asesora aparece cubierto por los organizadores de los eventos, como ocurre en un desplazamiento a Cartagena para una reunión de la Asociación de Prensa Interamericana, en marzo de 2019. En otros, como una visita organizada por la Universidad de Pamplona, se precisa que los costes del secretario general fueron cubiertos por los organizadores, y los de los asesores, por la Secretaría General.
Entre los viajes figuran una visita a las Bahamas en octubre de 2019 para reunirse con el primer ministro del archipiélago, una participación en un seminario en Buenos Aires sobre populismo en marzo de ese año o una intervención en un conversatorio con jóvenes en la universidad EAFIT en Medellín (Colombia).
En noviembre, después de que el Consejo General de la OEA aprobara abrir la investigación, Almagro quiso “confirmar y superconfirmar” la existencia del vínculo amoroso, conocido por “prácticamente todos”. Esa relación duró cerca de tres años -”personalmente, quizá los mejores de mi vida”, según el alto funcionario- y había finalizado varios meses antes de esas declaraciones.
El código ético de la OEA estipula que sus trabajadores “no deberían consentir que ninguna relación íntima con otro miembro del personal o colaborador interfiera en el ejercicio de sus funciones ni represente un obstáculo para otros en el puesto de trabajo”.
Almagro también es investigado por sospechas de que no protegió adecuadamente y despidió a una exempleada doméstica que trabajaba en la residencia oficial de la OEA y que había sido agredida por la exesposa del secretario general. La pesquisa debe determinar si Almagro tenía conocimiento de esos supuestos abusos y la causa del despido de la trabajadora.
La investigación sobre la relación sentimental de Almagro
La firma que investiga a Almagro, el bufete Miller & Chevalier, con sede en Washington D.C, debe entregar el 31 de marzo un informe final con sus hallazgos al Consejo Permanente.
La investigación, que le costará más de 100.000 dólares a la organización, está centrada en si, en el marco de la relación sentimental, Almagro infringió varios reglamentos de la OEA. En concreto, las normativas en relación a las funciones de supervisión, los aumentos salariales e intimidación.
El uruguayo, quien lidera la OEA desde 2015, confirmó el pasado noviembre que sostuvo esta relación por tres años, defendió su actuación y dijo que espera que la investigación “de el mejor resultado”.
Los nombres para la sucesión
El canciller mexicano, Marcelo Ebrard, tiene a la OEA en la mira de su futuro político en el caso de no poder imponerse como candidato de AMLO en las elecciones presidenciales de 2024.
Actualmente, Brasil ostenta la conducción del BID y la OPS, y es una fija que Lula querrá ser parte de la discusión. Algunos mencionan al asesor especial de Lula para la Política Exterior, Celso Amorin que ejerce una suerte de Canciller de facto, aunque no descartan que sea un perfil alto como el de Dilma Rousseff que está a punto de asumir en la dirección de Banco de los Brics.
Por el lado de Estados Unidos, Blinken ve con buenos ojos alguien que pueda venir del gobierno de Gabriel Boric. Chile acaba de confirmar al exministro de Michele Bachelet, Rodrigo Valdés, en el Departamento para el Hemisferio Occidental del FMI y al parecer, el presidente chileno propondría a una mujer cuyo nombre no fue confirmado pero entre las postulante aparecen Antonia Urrejola, que acaba de dejar el cargo de Canciller pero tiene excelentes relaciones con Blinken por su trabajo en la CIDH o Paula Narváez, actual embajadora en la ONU.