Alquilar en la Ciudad pareciera ser tarea difícil para los porteños. Según un informe de la Defensoría del Pueblo de la Ciudad, cuatro de cada diez inquilinos tiene inconvenientes para afrontar el pago de sus viviendas alquiladas. El estudio fue basados en las últimas semanas, donde se registró un incremento de personas que denunciaron no llegar a cubrir el valor total, entre alquiler y las expensas, cuyos monto aumentó en promedio un 55% interanual.
Según el estudio de la Defensoría, esta dificultad viene desde hace un año y medio. “Mientras en marzo de 2018 dos de cada diez inquilinos se presentaban para consultar por este tema, en agosto de este año esa cifra creció a cuatro de cada diez (41,22 por ciento)”, explican a Página 12 desde el Programa de Atención a Inquilinos de la Defensoría del Pueblo.
“El formato más común que toma esta preocupación es la rescisión anticipada del contrato. La necesidad de rescindir tiene que ver con situaciones inesperadas como la pérdida del empleo o con el deterioro del poder adquisitivo que, sumado al aumento del alquiler, les impide mantener niveles elementales de consumo”, manifestó Fernando Muñoz, director del Programa de Atención a Inquilinos.
“Quienes están en esta situación buscan una salida cambiando comodidad por precio ya que se mudan a departamentos más chicos o alejados, o alquilan una habitación en una vivienda familiar o en un hotel”, señaló Muñoz. También hay una tendencia al hacinamiento, familiares o amigos que acuerdan vivir juntos, jóvenes que regresan a la casa de los padres o jubilados que se mudan a la casa de sus hijos”, agregó.
Otra situación frecuente es la de las dificultades económicas cuando culmina el último mes del contrato y los inquilinos reciben propuestas que no pueden afrontar (del orden del 40 al 70% de aumento con ajustes semestrales del 18%), se acercan a consultar cómo extender el contrato y ganar algo de tiempo para mudarse.
“Generalmente los propietarios y las inmobiliarias informan el precio de la renovación a último momento, lo que genera una angustia en los inquilinos que no esperan un aumento tan drástico y se dan cuenta -de un momento para el siguiente- que tienen que salir a buscar un lugar donde vivir”, afirmó Muñoz.
La dificultad para pagar las expensas se convirtió en otra de las principales causas para finalizar anticipadamente el contrato. “Las expensas extraordinarias desaparecieron de las liquidaciones, lo que implica un traslado de todos los gastos del edificio al bolsillo del inquilino que, a pesar de tener un contrato por solo 24 meses, se hace cargo del cambio de la caldera, la renovación de las cañerías o la pintura exterior del edificio”, finalizó Muñoz.