Este martes se transformó en una jornada histórica para el campo de la salud tras la firma de un acta entre el Ministerio de Salud de la Ciudad y la Asociación de Médicos Municipales. El objetivo es refuncionalizar los hospitales neuropsiquiátricos y evitar el cierre propuesto por la Ley de Salud Mental en el 2020, que traería consecuencias para la salud pública y los pacientes, que no tendrían adónde ir.
El Acta Acuerdo sobre el Plan de Refuncionalización de la Salud Mental en la CABA expone que la atención en esta materia durante los próximos 50 años recaerá sobre “las influencias ambientales y hormonales en el ser humano”, “vejez y enfermedades neurodegenerativas”, “bases moleculares de la conducta y de las enfermedades mentales” y “terapia génica del sistema nervioso”.
El acuerdo en cuestión, rubricado por el presidente de la AMM, Jorge Gilardi, y la ministra de Salud de la Ciudad, Ana María Bou Pérez, describe las áreas de la salud mental y las neurociencias que se van a ocupar de la atención durante los siguientes 50 años.
Según consta, se procederá a refuncionalizar el sistema de atención de la salud mental a través de cuatro etapas. En primer lugar, a partir de la provisión de dispositivos intermedios necesarios en calidad y cantidad (viviendas asistidas, hogares geronto-psiquiátricos, talleres de rehabilitación, hospitales de día y noche, dispositivos de tratamiento para adicción, etcétera).
Por otro lado, se implementará la refuncionalización de hospitales monovalentes y polivalentes especializados en salud mental, psiquiatría y neurociencia, a través de un proceso de reformulación edilicia, renovación tecnológica y adecuación de recursos humanos.
La tercera etapa consiste en adecuar y crear, según el caso, sectores para la atención de pacientes afectados en su salud mental con patologías de baja y mediana complejidad en los hospitales generales de Agudos que no dispongan de esa prestación y que integren una red prestacional común con los hospitales especializados.
Por último, se coordinarán acciones de referencia y contrarreferencia entre los efectores ambulatorios del primer nivel de atención (Cesac y Cemar) y las instituciones del segundo nivel (ambulatorio e internación) para dar respuestas adecuadas a estas problemáticas.
