Fue una derrota inesperada para el oficialismo, que anticipa controversias futuras. El peronismo metió el dedo en la llaga y desató una nueva interna dentro de Cambiemos, al arrebatarle dos de las tres bancas que estaban en disputa en el Consejo de la Magistratura para los diputados nacionales.
Los radicales acusaron en público al kirchnerismo y al massismo, pero también a sus aliados, sin dar nombres propios, pese a que en privado se envalentonan furiosos contra los negociadores del oficialismo. Con el grabador apagado, apuntan contra Rogelio Frigerio, Emilio Monzó y Nicolás Massot. Los jefes parlamentarios de la UCR, Luis Naidenoff y Mario Negri, dejaron visibles las heridas cuando decidieron dejar plantado al presidente Mauricio Macri y a su gabinete nacional en la Casa Rosada, en una reunión que había sido convocada para contenerlos y dar explicaciones por la jugada opositora que derivó en un acuerdo desfavorable para Cambiemos y luego en un duro comunicado de la UCR en el que se hablaba de “impericia” por parte del oficialismo y de “pacto de impunidad” para los justicialistas.
Apenas una semana antes, Monzó les había asegurado delante de Mauricio Macri que estaba todo “cocinado” a favor de la UCR. Al lunes siguiente, los radicales, que venían masticando veneno durante todo el fin de semana, no dejaron títere con cabeza y apuntaron contra todos. “El proceso de reformas en la Justicia y especialmente el avance en la investigación de hechos de corrupción han sufrido un duro golpe. Está por verse en el futuro inmediato si ello además no es un retroceso definitivo”, cuestionaron.
“Así lo anuncian las primeras declaraciones de los referentes de las numerosas vertientes del PJ, que dejaron por un momento sus diferencias, sus insultos y agravios mutuos, para celebrar un verdadero pacto de impunidad”, apuntaron.
“La UCR no está sorprendida por ello. Sería pecar de ingenuidad creer que la lucha por la verdad, las sanciones y el recupero del patrimonio robado tendría como auxiliares a los mismos que compartieron de un modo u otro la gestión kirchnerista.” En el párrafo siguiente del texto que lleva la firma del gobernador mendocino Alfredo Cornejo y también de Naidenoff y Negri, al que le arrebataron su futuro como consejero, expresan con sinceridad su “sorpresa” y su “profundo malestar” por la “impericia en las filas del oficialismo” y agregan: “Fruto de ello, se ha afectado una banca en el Consejo de la Magistratura que representábamos desde su fundación, allá por 1998”.
Sin nombrarlos, hablaron del “enorme esfuerzo político y esencialmente fiscal para negociar con la oposición los apoyos necesarios” para lograr la sanción del Presupuesto (teléfono para Frigerio, Monzó y Massot, que negociaron, casi en soledad, por la ley de leyes). Cuentan algunos que, incluso durante su tratamiento en Diputados, absolutamente nadie dentro del Gobierno fue capaz de “levantar el teléfono” en plena madrugada para chequear cómo caminaba la sesión.
“Estaban todos durmiendo”, señaló un funcionario del riñón frigerista a Noticias Urbanas. En su descargo furibundo, el radicalismo asegura no poder entender cómo “a esa agenda económica no se le agregan los temas de la agenda institucional que manejan, sobre la economía real, tanto o más impacto que un presupuesto o una ley tributaria. Ya nadie discute en este país que cualquier decisión vinculada con la economía mira primero las variables institucionales como condición previa a esa decisión. Y tener Justicia es quizás uno de los principales factores”.
De todos modos, para despejar dudas acerca de la permanencia de la UCR dentro de la alianza Cambiemos, aseguraron: “Desde nuestro lugar, seguiremos aportando y apostando a una Argentina capaz de alejarse de cualquier vestigio de populismo. Lo que no impide que señalemos errores y pidamos su corrección; es nuestro deber”.
Dentro del radicalismo hay distintos matices. Están los que señalan que a Monzó y Massot los “durmió” el peronismo, consagrando la mala praxis del cálculo político, pero también están los que desconfían de Frigerio por sus “vínculos” con el peronismo. En esa vertiente milita el propio Alfredo Cornejo, aunque estas versiones no salen desde su entorno, sino desde el Congreso de la Nación, donde le reconocen el “liderazgo” al gobernador pero le cuestionan su “autoritarismo”.
“Negri y Naidenoff saben que el peronismo los charló a Emilio y a Massot. En la reunión del martes pasado, Monzó dio la certeza de que las dos bancas quedaban para Cambiemos. Él no sabía que lo iban a acostar y recién se enteraron el jueves, cuando ya era tarde.” Frigerio, por su parte, salió a dar la cara y a bajar los decibeles. “Hoy hablé con Cornejo, Naidenoff y Ricardo Colombi. Quedó claro que el tema del Consejo de la Magistratura es un tema que vamos a conversar y a superar. Hay que sentarse, dialogar y resolver las discrepancias, como siempre lo hemos hecho en estos tres años y medio de vida de Cambiemos”, sostuvo en diálogo con LN+.
El ministro también explicó que a él en particular no le tocó participar en la mesa de negociaciones por el Consejo de la Magistratura y que recién lo llamaron el jueves por la tarde, “cuando había poco para hacer, por la dinámica y la estrategia opositora”.
“Estuvimos negociando cuatro meses para sacar el Presupuesto. La búsqueda de consensos y acuerdos requiere de mucho trabajo y dedicación”, señaló. En el Ministerio del Interior redoblaron la apuesta: aseguraron que el único que despotrica es Negri y rechazan que haya desconfianzas mutuas con el titular del partido radical. Del otro lado, aseguran que “no hay desconfianzas” sobre Monzó y Massot, pero insisten con que la “relación” con Frigerio es “mala” desde hace rato.
“No es mala por el trato, porque los condes aristocráticos no tratan mal a nadie, pero hay desconfianza del partido de larga data, por sus armados territoriales a espaldas del radicalismo en muchos distritos, como Entre Ríos, Tucumán y La Rioja”, dijeron los heridos.
“Ahora, con este error político, que no es producto ni de la mala leche ni de la conspiración, se la están facturando. Todo el sábado y el domingo esperamos una especie de autocrítica o un llamado de la Rosada para llegar a una reflexión de porqué el peronismo nos terminó cagando, a nosotros y a Macri, y al contrario de eso, Frigerio se la pasó operando, no solamente contra los radicales, sino también contra Elisa Carrió, que había cuestionado el nombre de Angelici para el Consejo, pero que de ningún modo se involucró más allá de eso en todo esto, al igual que tampoco lo hicieron ni José Torello ni Pepín Rodríguez Simón”.
“Al radicalismo no le tocó operar los votos, pese a que algunos en el Gobierno solamente apuntan contra nosotros”, señalaron. El origen de la desconfianza data del acercamiento de Frigerio con Sergio Massa y Miguel Ángel Pichetto, producido en los últimos tiempos.
Para acercar a las partes, Marcos Peña estaría organizando una cena de camaradería, a la que asistirían los radicales y el Presidente de la Nación, aunque habrá que esperar a que pase la Cumbre del G20.
“El bloque radical le va a pedir a Macri que defina qué va a hacer en 2019 con Cambiemos, porque no vamos a permitir que Frigerio arme el mapa electoral a espaldas del radicalismo. Haremos ese llamado de atención para que se dé cuenta adónde lo están queriendo llevar los que lo dan por muerto políticamente.”
En Diputados, por los picos de tensión interna, Monzó tomó la sabia decisión de levantar la sesión prevista para esta semana y postergó así la agenda parlamentaria para la próxima semana, en la que se deben tratar cuestiones como las de Bienes Personales por el acuerdo entre el Gobierno y Pichetto, entre otros proyectos.
En el Palacio de Tribunales, el titular de la Corte Suprema de Justicia ya les tomó juramento a los nuevos consejeros, el kirchnerista Eduardo “Wado” de Pedro y la massista Graciela Camaño (en lugar del cristinista Rodolfo Tailhade y el radical Mario Negri), que con el macrista Pablo Tonelli completan la representación por la Cámara de Diputados.
Por el Senado, juraron el rionegrino Miguel Ángel Pichetto y Ada Itúrrez de Cappellini (que reemplazaron a Mario Pais y a Rodolfo Urtubey) y la senadora riojana del radicalismo Olga Inés Brizuela y Doria (que reemplaza a su correligionario Ángel Rozas). También asumieron el resto de los nuevos representantes en el Consejo de la Magistratura: los jueces Juan Manuel Culotta, Ricardo Recondo y Alberto Lugones, en representación del Poder Judicial de la Nación; Juan Pablo Mas Vélez y Marina Sánchez Herrero, por los abogados matriculados; Juan Bautista Mahiques, por el Poder Ejecutivo Nacional, y Diego Molea, por el sector académico y científico. Solo resta definir la distribución de cargos dentro del Consejo de la Magistratura y si prosperará o no la maniobra del abogado y exconsejero Alejandro Fargosi, hombre del Pro, que pidió a la Corte que se anule la designación de Eduardo de Pedro, con el argumento de que la ley impide su reelección.