Finalmente, la Argentina presentó ante la Security Exchange Commission (SEC) de Estados Unidos su propuesta de canje de bonos de su deuda externa, que estará vigente hasta las 17:00 del cuatro de agosto próximo.
El Valor Presente Neto que propuso Argentina es de 53,3 dólares por cada 100, un 37 por ciento mayor a la oferta inicial.
La semana pasada, los tenedores agrupados en Gramercy Funds Management y Fintech Advisory Incorporated se habían apresurado a aceptar la propuesta, que tiene varios puntos de seducción y algún “apriete”. También el asesor senior de Pimco, Mohamed El-Erian, se mostró optimista ante la propuesta argentina. Es una “sólida oportunidad de anclar una de las mayores reestructuraciones de deuda soberana en la historia de los mercados emergentes”, señaló el economista.
De esta manera, el Gobierno especula con que los tenedores de deuda que entren en el canje “arrastren” a los más remisos e intransigentes –siempre se incluye en este grupo a BlackRock-, para lo cual incluyó una cláusula envenenada: Argentina exige, para que su propuesta siga siendo válida a partir del cuatro de agosto, que adhieran a ella el 60 por ciento de sus acreedores. De lo contrario, se cae la oferta. Los bonistas minoritarios suman el 60 por ciento de las acreencias y ellos serán el núcleo de los que aceptarán la propuesta y presionarían sobre el resto.
El Ministerio de Economía prometió además que va a enviar al Congreso un proyecto de ley para que los bonos en dólares bajo legislación argentina se sostengan en “condiciones equitativas” al canje propuesto para la deuda externa en moneda norteamericana bajo ley extranjera.
Argentina prometió reconocer los intereses con un título a 2030, que sería pagado semestralmente. Serían cinco series de bonos en dólares y otros cinco en euros, que vencerán entre el 2030 y 2046 con una quita de capital del tres por ciento e intereses pagaderos cada seis meses, que oscilan entre el 0,125 y el 4,125 por ciento.
Sorprendentemente, se manifestaron favorables a la propuesta el exministro de Finanzas de Macri, Luis “Toto” Caputo y el exsecretario de Política Económica de Roque Fernández, Carlos Rodríguez, mientras que Guzmán apretaba: “es el máximo y último esfuerzo” que el país puede hacer, dijo.
Lo que viene después de agosto, que se podría caracterizar como la primera fase de la negociación, es una segunda etapa, que implica el canje de deuda bajo legislación local, con idénticas cláusulas que la negociación hoy en curso. Luego llegará la tercera fase, que incluye la negociación directa con el Fondo Monetario Internacional, ya que en 2021 comienzan los vencimientos de capital del préstamo otorgado por la inefable Christine Lagarde. En algún momento, entre la segunda y tercera fase, Argentina se sentará a negociar con el Club de París, que implica las deudas por préstamos directos entre estados, cuyos montos resultan apreciablemente menos voluminosos.
Argentina exige, para que su propuesta siga siendo válida a partir del cuatro de agosto, que adhieran a ella el 60 por
Otros apoyos internacionales de última hora
En las horas previas al cierre de esta publicación, se realizó la reunión ministerial de alto nivel del G20 y el Club París titulada “Enfrentando a la crisis del COVID-19”, organizada por Arabia Saudita, de la que participó el ministro de Economía, Martín Guzmán.
En el cónclave, que se realizó vía streaming, el ministro de Economía de Arabia Saudita, Mohammed Al Jadaan, se convirtió en uno de los más firmes defensores del proceso de reestructuración de la deuda argentina. “En algunos países existe la necesidad de un proceso de reestructuración ordenado y sostenible de la deuda soberana, con la participación de acreedores del sector privado. Un ejemplo de esto es el caso de Argentina, por el cual alentamos a los tenedores privados de la deuda a considerar la iniciativa de Argentina de una manera positiva”.
A continuación, el ministro saudí señaló que el actual contexto de crisis global por el COVID 19, “también es un buen momento para alentar a los acreedores del sector privado, en general, a participar en estos esfuerzos llevados a cabo por los países más vulnerables”
La directora del Fondo Monetario Internacional, la búlgara Kristalina Georgieva, apoyó las palabras del suadí. “Mohammed, estoy muy de acuerdo contigo en lo que respecta a Argentina: el acreedor privado debe ver éste como un momento de acción, en el cual tanto acreedores como el país puedan unirse y es por eso que tenemos que esforzarnos para lograr la colaboración mutua entre acreedores y deudores, de una manera racional y respetuosa. El Banco Mundial y nosotros haremos nuestra parte para garantizar la transparencia de la deuda y la reestructuración”.
A su turno, el presidente del Banco Mundial, David Malpass, afirmó que “los acreedores privados del sector público también deben involucrarse”. Por su parte, Arturo Herrera Gutiérrez, ministro de Economía de México, se sumó a los que consideran crucial la negociación entre Argentina y sus acreedores privados, que sentará precedente ante procesos similares que a están en curso por estos días o que lo estarán en un tiempo cercano. “Me uno tanto a Mohammed como a Kristalina, deseando un rápido y sensible acuerdo entre Argentina y sus acreedores”, manifestó el funcionario del país norteamericano.