En los últimos días, nuevas voces se sumaron a la preocupación que reina entre los electores acerca de los peligros de adoptar el Voto Electrónico para dirimir las elecciones presidenciales.
Los primeros de los días inmediatamente anteriores a hoy fueron los investigadores y expertos que trabajan en las universidades de Buenos Aires; Rosario; Córdoba; Comahue, Río Cuarto y en el CONICET, que publicaron una solicitada titulada #NoAlVotoElectronico.
En ella, los firmantes declaran que “como expertos en informática, como docentes e investigadores que dedican su tiempo, su pasión y su energía a esta disciplina creemos que la tecnología tiene mucho para aportar a la sociedad. Sin embargo, también conocemos sus limitaciones y por eso somos conscientes de que es prácticamente imposible construir sistemas que brinden máximas garantías de inviolabilidad como las que requiere un sistema de votación”.
A continuación, los expertos se quejan de que “el proyecto de ley actualmente en debate en el Congreso de la Nación pena con años de cárcel el estudio o análisis de estos sistemas para encontrar vulnerabilidades, paso sin el cual no es posible mejorar ninguna implementación. De ser aprobada esta ley no tendremos posibilidad de investigar su funcionamiento y podríamos llegar a ser tratados como criminales sólo por hacer nuestro trabajo”.
Inmediatamente reapareció en la memoria el caso de Joaquín Sorianello, que penetró en el sistema de emisión del voto electrónico que se utilizó en la ciudad de Buenos Aires sin hackearlo y fue allanado, maltratado y advertido por la Justicia, que inclusive incautó sus equipos para, al cabo de un año, ser sobreseído porque su accionar no constituyó delito.
Sobre los sistemas de seguridad, los informáticos también advirtieron sus dificultades. “Aún los sistemas más auditados del mundo tienen fallas que permanecen sin detectar durante muchos años. En un sistema de votación, estas fallas podrían permitir adulterar los resultados (especialmente en elecciones reñidas) o identificar a los votantes. Una auditoría de seguridad del software y del hardware involucrados en un sistema electoral requiere largos períodos de tiempo a manos de un grupo de expertos y luego algún mecanismo electrónico que permita verificar que en cada cuarto oscuro tanto el software como el hardware se corresponden exactamente con el que ha sido auditado, ya que cualquier pequeño cambio podría alterar su comportamiento de forma maliciosa. Este tipo de verificación resulta inviable en la práctica”, volvieron a advertir los profesionales.
Abundando sobre sus advertencias, los firmantes de la solicitada explicaron que “cualquier máquina de votación, incluso una simple impresora, es un dispositivo programable que cuenta con memoria, lo que podría permitir múltiples mecanismos de identificación de votantes o adulteración de resultados, algo sobre lo que hay sobrada evidencia internacional”.
Finalmente, la solución que sugieren los mejores expertos con que cuenta la Argentina, teniendo en cuenta los antecedentes enumerados, es que “por estos motivos son sólo una minoría los países del mundo que utilizan dispositivos electrónicos en su sistema de votación, ya que la complejidad que tiene la tecnología por sí misma elimina la posibilidad de control que debería poder ejercer cualquier ciudadano. En consecuencia, solicitamos al Congreso de la Nación que no autorice la utilización de equipamiento informático para emitir los sufragios”.
Firmaron la solicitada la Sección de Computación, FaMAF, Universidad Nacional de Córdoba; Depto de Computación, FCEyN, Universidad de Buenos Aires; Departamento de Ciencias de la Computación, Facultad de Ciencias Exactas, Ingeniería y Agrimensura, Universidad Nacional de Rosario; Departamento de Computación, Facultad de Ciencias Exactas, Físico-Químicas y Naturales, Universidad Nacional de Río Cuarto; Instituto UBA/CONICET de Investigación en Ciencias de la Computación; Facultad de Informática, Universidad Nacional del Comahue; Centro Internacional Franco Argentino de Ciencias de la Información y de Sistemas (CONICET/UNR).
Assange: “Locura” y “Suicidio”
Por su parte, el promotor de Wikileaks, el programador australiano Julian Assange sostuvo que el uso de la Boleta Única Electrónica -que ya tiene media sanción de la Cámara de Diputados- en las elecciones nacionales es “una locura absoluta, ya que es muy fácil de manipular” y calificó “como experto en seguridad, el voto electrónico es un suicidio para elecciones nacionales. La criptografía es fácilmente modificable”.
En una videoconferencia que en nuestro país fue transmitida en la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo, el experto australiano que se encuentra refugiado en le Embajada de Ecuador en Londres, planteó que “además la gente que votará en los comicios no puede saber si los controles que supuestamente existen, realmente se establecerán. Para una votación presidencial, es una locura absoluta establecer el voto electrónico”.