El lunes por la noche, en Berlín, mientras alemanes y turistas disfrutaban de la previa a las fiestas y de las compras navideñas, un hombre que manejaba un camión irrumpió en uno de los mercados más concurridos y atropelló a decenas de personas. Doce personas murieron, más de cincuenta resultaron heridas.
A menos de 24 horas del ataque, la canciller alemana brindó una conferencia de prensa en la que no pudo brindar muchas certezas pero en la que aclaró que lo ocurrido se trató de un “atentado terrorista”.
La policía dijo en principio que había capturado al supuesto sospechoso del ataque, pero horas más tarde aclararon que se trató de un error. En los primeros interrogatorios, el detenido había negado cualquier vínculo con el atentado.
El joven paquistaní, que fue detenido por el testimonio de un transeúnte, entró en Alemania el 31 de diciembre de 2015 y su petición de asilo todavía estaba siendo analizada, explicó el ministro del Interior, Thomas de Maizière. “Él niega el acto”, agregó el funcionario.
Tras reconocer que el verdadero autor todavía estaría libre, la policía advirtió que todavía estaría en posesión del arma con la que mató al conductor del camión. “Tenemos al hombre equivocado”, afirmaron fuentes policiales, según reportó Die Welt.
“Es incierto si él es el conductor. La evidencia inicial fue limitada”, admitió el jefe policial Klaus Kandt. En ese sentido, se informó que el arma que se usó durante el secuestro del camión no ha sido encontrada.