El Código Urbanístico (CUR) de Buenos Aires modificó en 2019 las posibilidades constructivas en pequeñas parcelas. Actualmente hay más de 50.000 viviendas en el proceso. Sin embargo, el crecimiento suscitó críticas vecinales. La Secretaría de Desarrollo Urbano, junto a constructores privados y representantes barriales, colabora en la formulación de un proyecto de reforma normativa. Este se espera que sea sometido a consideración legislativa en 2024.
Con la asunción del nuevo jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, la reforma del Código Urbanístico (CUR) parece un hecho ya que el líder del Pro dijo durasnte la campaña que el Código debía modificarse. La Secretaría de Desarrollo Urbano, bajo la dirección de Álvaro García Resta (ya fue confirmado para continuar al frente de este organismo), está inmersa en la recopilación de opiniones de vecinos, asociaciones, consejeros del plan urbano ambiental e instituciones, marcando el inicio de un proceso clave en la planificación urbana de Buenos Aires. De esas reuniones saldrían las modificaciones al Código.
Tras años de esfuerzos, organizaciones vecinales lograron implementar cambios en el código en áreas específicas de la ciudad, incluyendo Bajo Belgrano, Altos de Núñez y el Barrio River. En la Legislatura, se estableció una mesa de diálogo que cuenta con la participación activa de la Secretaría de Desarrollo Urbano, marcando un proceso colaborativo en la definición de las políticas urbanísticas.
Cuáles son los reclamos
Desde la agrupación “Palermo Resiste” exigen la suspensión de construcciones en zonas de casas bajas de este barrio que infringen derechos adquiridos, irrumpen en áreas consolidadas, afectan la circulación de aire y sol, descuidan la infraestructura y espacios verdes, y desconsideran la calidad de vida de los habitantes. La falta de planificación urbana con participación ciudadana es evidente.
A partir del relevamiento que realizaron los vecinos detectaron 180 nuevas edificaciones, más de 80 viviendas demolidas y 150 casas en venta y siguen en aumento.
Se busca la suspensión de permisos para la construcción de edificios de más de 9 metros de altura y la demolición de construcciones de alto valor patrimonial mediante la presión constante a los propietarios. Además, se aboga por cesar la emisión de Certificados Urbanísticos y la aceptación de prórrogas para proyectos similares ya autorizados.
Tratamiento en la Legislatura
La inactividad legislativa en un año electoral, tanto en la Legislatura como en el Congreso y Senado, afectaron la atención a estos problemas. Además, la configuración de la Legislatura presenta un desafío, ya que el oficialismo, con mayoría, y La Libertad Avanza (LLA), con 9 legisladores, tienen enfoques divergentes.
La legisladora Claudia Neira (Unión por la Patria) demandó una planificación armoniosa en la Ciudad, destacando el Distrito del Vino como ejemplo. Criticó la incentivación estatal de más actividad económica en barrios saturados, impulsando construcciones en altura y mixtura de usos según el nuevo código. En respuesta, los vecinos reclaman autenticidad: detener la saturación urbanística.
En 2024 se seguirá tratando en la legislatura la modificación del CUR, entre otras cuestiones. Desde Villa Santa Rita, el descontento de los residentes del barrio se originó en los años 80, cuando el terreno de la antigua fábrica de cigarrillos Particulares (ubicado en Beláustegui, Terrada, Condarco y Remedios de Escalada de San Martín) se destinó a la construcción de edificios en lugar de la solicitada plaza. Posteriormente, en 2010, los vecinos del Pasaje Granville fueron los primeros en pedir una plaza en el terreno de Álvarez Jonte al 3200, alzando sus voces contra la falta de espacios verdes.