La diputada nacional Brenda Austin (UCR-Juntos por el Cambio) defendió la decisión del jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, de judicializar su cuestionamiento al Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) que buscó frenar las clases presenciales en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) y planteó el “diálogo con escucha” de parte de la Casa Rosada con los gobernadores y las autoridades de la Ciudad Autónoma.
¿Cómo evalúa las medidas de mayor restricción que planea implementar la Casa Rosada en los próximos días?
Es difícil hablar de medidas que no se conocen, sobre todo porque antes de los últimos anuncios del Presidente se dijeron cosas que no circulaban en trascendidos, como el cierre de escuelas. Hay que ver las decisiones que se van a tomar. Celebro que se priorice la instancia de escucha con los gobernadores y el jefe de gobierno de la Ciudad. Hay que mantener ese ámbito de discusión, de búsqueda de acuerdos. Es imprescindible, porque la situación epidemiológica del país no es igual en todos lados. En Córdoba hay indicadores de contagio más preocupantes en algunas localidades y menos en otras. El mayor error que pueden cometer el Gobierno y los gobernadores es tomar medidas homogéneas para realidades que no lo son. Hay que localizar y temporalizar las medidas, para que tengan el menor impacto posible en el resto de las actividades.
¿Por qué cree que el Gobierno actuó de manera unilateral con respecto a la decisión sobre el freno a la educación presencial en el AMBA?
Creo que el Presidente se equivoca cuando convoca al diálogo y no escucha. Hay que escuchar lo que tienen para decir los dirigentes sobre los aprendizajes que hubo en cada región. Sobre todo, después del impacto que tuvieron en la ciudadanía las decisiones que se tomaron el año pasado. Creo que hubo una clara conciencia de que la dicotomía entre la salud y la economía es un error de simplificación de la realidad. Lo mismo pienso sobre la salud y la educación. A mi juicio, quedó en evidencia que necesitamos mirar integralmente el mapa. Y en parte, esto tiene que ver con sumar no sólo las voces de las autoridades de cada jurisdicción, sino diversificar las voces. Sumar especialistas que miren las otras dimensiones de la vida pública, para que la respuesta a la crisis pueda ser integral. El presidente tiene que tomar una decisión, elegir con qué libro va a gobernar. Esto de querer convocar al diálogo y usar la agresión, incluso con descalificaciones, daña la figura de la institución presidencial y no permite, en un momento tan crítico, construir una base de legitimidad para las decisiones. Si convoca, tiene que estar dispuesto a escuchar y construir una decisión de manera integral.
¿Cree que este modelo de toma de decisiones inconsultas o con cambios entre el diálogo y la descalificación, como plantea usted, se relaciona con presiones al interior de la coalición de gobierno?
La verdad es que hemos visto al presidente en distintas posiciones. En su discurso de apertura de sesiones legislativas, de sus propias palabras surgieron posiciones que evidencian que quiere poner un huevo en cada canasta. Las marchas y contramarchas y la falta de fundamentos para tomar las decisiones son una muestra. No está mal que alguien corrija algo. Pero debe aclarar los motivos. Desconozco si estos cambios obedecen a presiones internas, aunque da la sensación de que es así. Si miramos su último anuncio, cuando decidió el cierre de las escuelas en todo el AMBA, aun cuando pocas horas antes su Ministro de Educación y su Ministra de Salud se habían manifestado en favor de las escuelas abiertas, lo único que queda por interpretar es que fue una concesión al gobernador de la provincia de Buenos Aires. Da la sensación, mirando estas decisiones, de que hay un juego de poder interior del Gobierno y lo lamentable es que el Presidente termina siendo un botín de guerra que se mueve sin dejar claro que piensa.
En Córdoba hay indicadores de contagio más preocupantes en algunas localidades y menos en otras. El mayor error que pueden cometer el Gobierno y los gobernadores es tomar medidas homogéneas para realidades que no lo son. Hay que localizar y temporalizar las medidas, para que tengan el menor impacto posible en el resto de las actividades.
¿Cómo evalúa la decisión de Rodríguez Larreta de judicializar su planteo ante el último DNU?
Me parece perfecto lo que hizo el jefe de gobierno porteño al acudir a la Corte. Nuestra Constitución prevé que cuando hay un conflicto entre autoridades de una provincia o una ciudad autónoma con el Estado nacional se pueda acudir a una vía de acceso rápida a la Corte en materia de su competencia originaria. En especial si es una situación de gravedad institucional. Acá se cuestionan dos aspectos importantes, que son la vulneración de la autonomía de la Ciudad y un argumento central, que tiene que ver con los límites en los cuales se ejercen las restricciones de derechos y el análisis sobre la razonabilidad de las medidas. La Constitución dice que en situaciones de emergencia se pueden establecer restricciones. Pero hay un límite, porque las decisiones tienen que estar basadas en una proporcionalidad y una razonabilidad. No se entiende la relación estrecha entre la medida que se toma, la finalidad que se persigue y el medio que se elige para hacerlo. Me parece importante no poner blanco sobre negro sino abrazar la idea de que las escuelas tienen que ser lo último en cerrarse y lo primero en abrirse. Esto no quiere decir que en una situación de aumento inusitado de los contagios no se puedan cerrar. Pero tiene que ser el último sector que elijamos tocar, por la importancia estratégica en el presente de los niños y por el futuro de la Argentina. Por esto se habilita ir a la Corte, el resorte institucional que tiene disponible la Ciudad para pedir que se analice el caso.