La ciudad de Buenos Aires sigue adelante con su plan de protección de los espacios verdes a través del equipo de guardaparques porteños. La cifra de agentes se duplicó en los últimos años y el rol de estos cuidadores en las áreas de convivencia es celebrado por vecinos y vecinas.
Lejos de perderse, este oficio se consolida en el mapa porteño, a través de la incorporación y capacitación del personal, que fue integrado al sistema de seguridad con la sanción de la Ley 5688, que los califica como agentes de calle de la Ciudad. Este domingo 27 de febrero se celebra en la Ciudad el Día del Guardaparques.
Los agentes son anfitriones y protagonistas de las historias de las plazas. Atentos al respeto de las normas de convivencia y en comunicación permanente con el Sistema Integral de Seguridad, estos servidores públicos trabajan para que los espacios verdes sean ámbitos seguros, amigables y accesibles para los ciudadanos.
“Los guardaparques verifican el uso responsable de todos los espacios como así también el normal funcionamiento de los juegos y toda la infraestructura puesta para el disfrute de los vecinos”. afirmó Julia Domeniconi, secretaria de Atención Ciudadana y Gestión Comunal. “La tarea que realizan es fundamental, no sólo porque cuidan los espacios verdes sino también porque están pendientes de la seguridad de nuestros vecinos” concluyó Domeniconi.
La Subsecretaría de Gestión Comunal coordina con las comunas el funcionamiento de este servicio a la comunidad.
“Mensualmente se asiste a los guardaparques en sus espacios, se valoran las aptitudes de servicio, se realizan relevamientos oculares, se coordinan y acompañan diferentes eventos que se realizan en el espacio, y se promueven capacitaciones”, agregó Máximo Da Rocha, supervisor general del conjunto de las tareas.
Los agentes trabajan en horarios rotativos a lo largo de la semana, de mañana y de tarde. Valeria Derrico, de 51 años, lleva cuatro como guardaparques. Se mueve por cinco espacios verdes del barrio de San Cristóbal, en la Comuna 3: las plazoletas Brontes, Elizalde y Canaro, el canil de Rincón y Cochabamba y el interbloque de edificios ubicado en Pavón y Sarandí. Por su experiencia, afirma: “Si bien nos movemos por los mismos lugares, cada día es diferente. La gente se acerca mucho a hablar y a contarnos sus inquietudes, y los chicos que frecuentan la plaza son muy cariñosos”.
Muchos de los cuidadores pasan a desempeñar una labor social en el intercambio diario con los vecinos. “En muchos casos, conocen los nombres de quienes frecuentan las plazas y hasta se los hace partícipes cuando algunos fallecen. En muchos casos son reconocidos por los familiares e invitados a despedir al difunto. Eso es algo que viven muy seguido”, cuenta el supervisor. Y destaca: “Esto es muy particular, puesto que no muchas veces se logra este tipo de vínculo entre un servidor público y el vecino”.
A sus 30 años, Germán Baragiola lleva cinco como guardaparques y se encarga de inspeccionar los espacios verdes de la Comuna 7 distribuidos entre Flores y Parque Chacabuco. “Me gusta esta posibilidad de poder estar al aire libre, conocer diferentes plazas que quizás nunca habría visitado, el contacto con las personas y resolver sus inquietudes. Muchas anécdotas me han sucedido en estos años, algunas con situaciones de riesgo, pero en las que pude asistir a los vecinos. Y eso es algo que te llena muchísimo”, expresa el joven agente.
“Los guardaparques tienen la responsabilidad de dar aviso inmediato cada vez que se produce una situación de riesgo, por ejemplo si existe una rama con peligro de caída o un cable fuera de lugar. También aportan ideas y reciben las sugerencias de los vecinos para mejorar la limpieza o dar aviso a alguien si lleva su perro suelto. La finalidad es lograr que se respeten las normas en armonía y concientizar a la gente”, destacó Florencia Valia, directora general de Espacios Verdes de la Ciudad.
La Ciudad desarrolla un plan que tiene como objetivo cubrir la mayor cantidad de plazas con este servicio que cuida tanto a los espacios como así también a los vecinos, puesto que los guardaparques representan una de las principales figuras a las que recurren los porteños en un espacio verde. Son un nexo directo indispensable entre las necesidades del vecino y las autoridades comunales.
Los guardaparques disponen de telefonía móvil que les permite estar conectados en tiempo real a través de los sistemas de geolocalización (GPS) y geogestión (AGPS). Con esta herramienta, envían alarmas que registran de manera inmediata su ubicación y reclamo, y permiten que el personal autorizado les brinde una respuesta o eleve el pedido al 911 en los casos en que sea necesario. Bajo este esquema se articula la labor de los guardaparques con el resto de las fuerzas de seguridad.