“La política debe producir bienestar”

“La política debe producir bienestar”

Esta nota se realizó bajo los rayos impiadosos del Sol veraniego en el espacio situado entre la Facultad de Derecho y la Floralis Genérica. Como para que quede claro que el lugar preferido del nuevo funcionario es la calle.


En el proyecto que encabeza Mauricio Macri, los roles se definieron inicialmente de esta manera: a cargo del discurso público, Gabriela Michetti ?en la actualidad, un poco más alejada del centro neurálgico del poder que le otorgaba ser la vicejefa porteña?; del impulso de la gestión, Horacio Rodríguez Larreta, y al frente de las decisiones finales, como no podía ser de otra manera, el propio Macri, quien además es el encargado de fijar la posición de PRO frente a los grandes temas nacionales. Pero, hasta ahora, la política quedaba en las manos de Dios ?o mejor dicho, en las de Satán?, y esta circunstancia hizo que muchas veces el PRO avanzara a los tropezones o, directamente, retrocediera. Para sostener esto, basta señalar los recordados affaires de Abel Posse, Jorge ?el Fino? Palacios y Ciro James y las numerosas ocasiones en las que diferentes acciones gubernamentales debieron ser desmentidas, rectificadas o, directamente, derogadas.

Finalmente, tras una larga serie de sinsabores para el Gobieno porteño, todo parece apuntar a que el rol de la política quedará en las manos de Diego Santilli, un hombre que desde su antigua función al frente de la Legislatura porteña supo forjar una imagen de político dispuesto a lograr acuerdos y salidas consensuadas a los problemas. Ahora, con sólo un mes de gestión al frente del Ministerio de Ambiente y Espacio Público, Santilli ya amaga con instalarse en el papel del funcionario que habla con la gente, que lleva la gestión a los barrios o que sale a ocuparse del espacio público, al contrario de la mayoría de sus colegas, que se encierran en sus oficinas, devenidas así en búnkeres inexpugnables. Incluso ?cosas del fútbol de verano? entre tantos xeneizes que proliferan en el gabinete de la Ciudad, Santilli se permite por estos días una sonrisa de felicidad riverplatense que, desde una franca minoría, lo enfrenta hasta con el Jefe de Gobierno.

?¿Su ingreso al gabinete significa una vuelta a la política y un cuestionamiento al gerenciamiento?

?Yo no me quiero parar en lo político versus los administradores, yo creo que la política es cambiar, es resolver, es producir bienestar. Es ayudar al vecino en los temas que le importan y eso es lo que trato de hacer ?arguye el ministro, sin temor al autobombo?. Si todo eso es la política, estoy contento, porque eso es lo que yo pretendo. Creo que se puede tener una buena conjunción: ser eficiente, eficaz, resolver los problemas de la gente y cumplir el rol de estar con ellos, de sentirse parte, de poner el oído para que los porteños sepan que los tenemos en cuenta. La gente quiere sentir que toma parte en la decisión sobre las cosas que se hacen, sobre los problemas que se resuelven. Yo sé que no puedo hablar con los tres millones de habitantes de la Ciudad, pero hablando de uno por uno, intento que ése sea el espíritu.

?La pregunta venía a cuenta de que una de las principales críticas al gobierno de Macri es que muchas veces no puede cristalizar sus proyectos o debe dar marcha atrás porque le falta alguien que camine el terreno, que dialogue con la gente.

?Si ésa es la política, la estoy revalorizando desde ese ángulo. Soy un ser humano con errores y virtudes, pero lo importante es que uno lo hace de buena fe, con honestidad, dialogando con el vecino, explicándole por qué algo se puede o no se puede hacer, tratando de explicar muchos de los temas que pasan en la Ciudad. Ayer, en un programa de televisión, dije que ésta es la única ciudad del mundo en la que se recogen los residuos seis veces a la semana, se barren entre tres y cinco veces a la semana los barrios y se limpia el microcentro entre tres y cinco veces al día. Y eso significa que no estamos bien del todo, estamos mejor, pero no estamos bien. Si no nos comprometemos entre todos, no cambiamos. Es el caso de los controles de alcoholemia, por los que se ha logrado reducir un 50 por ciento las muertes por accidentes automovilísticos en la Ciudad de Buenos Aires. Eso es porque nos comprometimos, nos concientizamos. De eso se trata, de entender que la vereda, por ejemplo, es responsabilidad del frentista, aunque el Gobierno tiene una política de hacer veredas a aquellos que tienen necesidades. Si un jubilado no puede hacer la vereda, estamos nosotros para acompañarlo. Ése es el esquema sobre el que uno tiene que trabajar: concientizar, educar, resolver los problemas entre todos.

?Dicen que está poco en su oficina…

?Eso es verdad. Cuando fui convocado le propuse al Jefe de Gobierno, y Macri coincidió conmigo en forma contundente, ponerme a resolverle los problemas a la gente, a ver los problemas de las veredas, de las plazas, de los parques, de luminarias, que son temas que al vecino le preocupan y le importan. Por eso estamos en la calle, en contacto con el vecino y, por fuera de algunas sensaciones térmicas que se pretenden instalar, el diálogo es muy bueno. Claro que tenemos temas por superar, pero de eso se trata, al fin y al cabo, la gestión. Estando en la calle y mirando los temas, uno se puede acercar. Además, logré que todos mis funcionarios tengan la misma actitud, por eso el Ministerio está de cara a la calle. Yo no creo en la palabra ?no se puede?, creo que sí se puede. La actitud ayuda mucho, logra cambios, logra el contagio para cambiar, para resolver los problemas, aunque, obviamente, dentro de las limitaciones que imponen los recursos. Pero la actitud es un principio básico que hace girar la rueda de otra manera. No tenemos plata para resolver todo, pero si uno analiza y mira les va encontrando la vuelta a los temas. Por eso hace 40 días que estoy en la calle, con un despacho móvil.

Basura acumulada

La licitación para otorgar el servicio de recolección de residuos urbanos, que es el principal contrato de la Ciudad, es un déficit que arrastra la gestión de PRO. Debió haberse realizado a mediados de 2008 para que los nuevos operadores comenzaran a trabajar desde el 19 de febrero de 2009. Pero aún está en veremos.

?¿Qué se puede esperar de su gestión en relación a la política de recolección de residuos?

?Esto tiene que ver con una política de Estado, más que con un gobierno, por eso estoy tratando de lograr un consenso mucho más amplio aun del que existe hasta ahora, hablando con las ONG y con todos los sectores interesados. El contrato va a ser por cinco años, que es el máximo plazo que podemos otorgar desde el Ejecutivo. La licitación debe hacerse antes de los 180 días, que empiezan a correr a partir del 19 de febrero próximo.

?Su presencia en la calle y todo lo que está haciendo, ¿demuestran que la UCEP fue una idea equivocada?

?Yo no creo en la UCEP, lo dije desde el primer día. Yo no funciono como la UCEP. Creo que el problema de la calle es algo mucho más grande. Yo me pasé recorriendo los canteros centrales de la avenida 9 de Julio, hablando con las familias que viven ahí y hay algunos problemas que son psiquiátricos y otros que son de adicciones. Eso se resuelve desde Desarrollo Social o desde Salud, atendiendo los casos particulares. Lo que yo trato de hacerle entender a la gente de la calle con la que hablé es que existe un parador al que pueden ir a pasar la noche, donde pueden ducharse y al que tienen acceso.

Una defensa de cara a 2011

Santilli se permite fijar la posición geográfica de su espacio político: ?El PRO está construyendo su proyecto político para 2011. Al mismo tiempo está gobernando y entendemos que ésa es nuestra prioridad?. Y frente a los cuestionamientos que desde la oposición arrecian contra la gestión PRO, el funcionario intenta una defensa: ?Todos sabemos que es más fácil ser candidato cuando no se tienen responsabilidades de gobierno. Por eso somos el blanco favorito de las críticas y es en ese marco de campaña en el que se inscribe esta nueva moda de decir que nuestra gestión es mala. Por el contrario, nuestra gestión, en la opinión de la gente, es muy buena a pesar de los palos en la rueda que nos ponen. Y vamos a seguir concentrados en que sea cada vez mejor. En dos años, ya habrá tiempo de hablar de candidaturas locales y nacionales?.

El hombre que quiere imitar a Al Gore

Diego César Santilli nació en esta ciudad el 6 de abril de 1967, tiene tres hijos y está casado con la periodista Nancy Pazos. A los 23 años se recibió de contador público nacional en la Universidad de Buenos Aires. Completó su formación en EE.UU. ?donde estudió Marketing en la Universidad de Berkeley y Mercados Futuros y Opciones en la Universidad de Washington? y posteriormente en Francia, en cuya Escuela Europea de Administración se especializó en Administración y Gestión Pública.

Fue diputado nacional, legislador porteño y director del Banco de la Ciudad de Buenos Aires. También fue director de Planeamiento Estratégico en la Municipalidad de Buenos Aires, director de Administración y Recursos Humanos de la Dirección Nacional de Migraciones, coordinador de la Dirección General Administrativa del Ministerio del Interior y vicepresidente del Instituto de Previsión Social de la Provincia de Buenos Aires.

A veces, el actual ministro de Ambiente y Espacio Público tiene definiciones curiosas, como cuando dijo: ?Quiero ser el Al Gore de Macri?, en alusión a la campaña de concientización ecológica que lleva adelante el ex vicepresidente norteamericano, que acompañó la gestión de Bill Clinton en sus dos mandatos, entre 1993 y 2001, perdiendo en el final de su segundo mandato como vice, la elección a presidente frente al ascendente George W. Bush.

Entretanto, en la Legislatura, algunos diputados opositores reconocieron ante este cronista ?off the record, por supuesto? que extrañarán la capacidad de diálogo y de negociación política ?de muñeca, como se le dice en la calle? de las que hizo gala Santilli en los años en los que fue vicepresidente primero del cuerpo, una tarea que se vio potenciada con la poca presencia que tuvo en el área Gabriela Michetti, a la que, desde que asumió en 2007, Macri absorbió para que colaborara con él en tareas ligadas al Poder Ejecutivo y a la que luego eyectó a la Cámara de Diputados de la Nación, en una curiosa muestra de alquimia política.

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