El Puerto de Buenos Aires, tan cerca y tan lejos

El Puerto de Buenos Aires, tan cerca y tan lejos

Ibarra intenta apurar la entrega del puerto a la ciudad, pero - como con la justicia, la policía y los transportes - el gobierno nacional no define las cosas, lo que alarga innecesariamente los plazos para que la ciudad consiga su plena soberanía. ¿Existirá realmente una conspiración antiporteña, como empiezan a creer algunos funcionarios cercanos a Ibarra?


El Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Aníbal Ibarra, está gestionando ante las autoridades nacionales el traspaso a la órbita porteña del Puerto de Buenos Aires, el único que quedó dentro de la jurisdicción de la Administración General de Puertos cuando la Nación se desprendió de todos los demás en 1992.

Pablo Ciccolella, Coordinador del Programa de Desarrollo Económico de la Secretaría de Desarrollo Económico, se entrevistó ya en diversas oportunidades con el actual Administrador de Puertos, Ricardo del Valle, y se muestra optimista en cuanto a los resultados. Por su parte, la diputada María Laura Leguizamón, del bloque de Encuentro por la Ciudad, se reunió en dos ocasiones con el Ministro de Infraestructura y Vivienda, Carlos Bastos, en busca de acortar los plazos de cumplimiento del proyecto que presentó en la Legislatura – que también propone el traspaso – .De todos modos, parecería que las ansias de los porteños se verán frustradas por el momento. El influyente Secretario General de la Presidencia de la Nación, Nicolás Gallo, se opondría al traspaso y hasta ahora ha logrado frenarlo, apoyado en su cercana relación con de la Rúa.

Los orígenes del Puerto de Buenos Aires

En marzo de 1887 comenzaron las obras del puerto, bajo el mando de Eduardo Madero, que ganó la concesión después de muchas controversias. Las obras, que culminaron casi dos años más tarde, le dieron – por fin – un puerto a una ciudad-puerto que nunca lo tuvo antes. Claro que primero tuvo que superar la negativa de un parlamento que desde 1882 se negaba a autorizar a que una obra tan importante la efectuase un particular. Luego de conseguido el contrato, Madero se asoció con algunas empresas británicas, que fueron las que hicieron el asesoramiento técnico.

Cómo será el traspaso

Los porteños plantean que la Administración General de Puertos debería ceder el control del puerto a una Sociedad Administradora de Puertos (SAP), en la que estarán representadas la nación, la ciudad y los representantes de la actividad privada. La SAP, luego de cumplir su misión, se disolverá y traspasará a la órbita de la ciudad las instalaciones portuarias. En donde no se ponen de acuerdo las partes es en el plazo que durará la Sociedad. El gobierno porteño plantea que deben ser dos años, a contar desde el segundo semestre de este año. Los funcionarios de la Nación – que carecen de la urgencia de sus pares de la capital – no se plantean plazos y siguen pateando la pelota para adelante, bien adelante.

Mientras tanto, El sector de la ribera del río que abarca desde el Aeroparque hasta el Riachuelo sigue siendo tributario de la ciudad que lo contiene, pero sin coordinar con esa ciudad ni sus políticas de desarrollo ni su actividad comercial ni la riqueza que ésta genera. En una palabra, la demora es un buen negocio para todos menos para la Ciudad de Buenos Aires, que es la única que no se beneficia con una actividad económica que se genera dentro de su propio territorio. Mientras tanto, muchos funcionarios se quejan – en voz baja, por ahora – de que, entre otras cosas, las roturas en el pavimento que generan los pesados camiones que salen del puerto, deben ser reparadas por los porteños.

Te puede interesar

Qué se dice del tema...