Aníbal Ibarra se puso las pilas y decidió finalmente los nombres para los puestos clave que le faltaban definir en el nuevo organigrama del Ejecutivo porteño.
Así, la publicista Marcela Cuesta será la nueva subsecretaria de Turismo; el ex legislador radical Daniel Bravo tendrá a su cargo las políticas deportivas de la Ciudad, en tanto que el periodista Carlos Campolongo será el nuevo titular del Ente Único Regulador de los Servicios Públicos.
Después de varios destinos que no fueron, el hijo del socialista Alfredo Bravo sucederá en la Dirección General de Deportes al entrenador de voley Waldo Kantor. En ese espacio será su adjunto Alejandro Rodríguez, ligado políticamente a la hermana del jefe porteño, la senadora Vilma Ibarra.
En los tiempos en que se estaba definiendo el gabinete, rondó la idea de unir el turismo con el deporte. Y al parecer, un lugar con ese perfil sería el nuevo destino de Kantor, a quien Aníbal no dejaría sin trabajo en el Ejecutivo porteño.
En la antigua Dirección General de Deportes, que ahora timoneará Bravo, revistaba como segundo Jorge Rapaport, quien ahora será coequiper de Cuesta en Turismo.
Bravo se acercó mucho a Ibarra en estos días, aunque por cuestiones extra deportivas. El ex legislador radical fue el nexo entre el jefe porteño y Mario Pontaquarto, el "arrepentido" que confesó la trama secreta del affaire de las coimas en el Senado.
Con todo, las designaciones de Bravo y Cuesta generaron resistencias. Por ejemplo, el nombramiento de la publicista no cayó bien en el sector turismo que, según definió Ibarra, será clave para la economía porteña. A la nueva funcionaria, que hasta hace unos días tenía a su cargo la venta de publicidad de Ladevi –una revista turística- le cuestionan falta de preparación y de experiencia para hacerse cargo del área.
En el ámbito del deporte también hubo voces que se levantaron contra el desplazamiento de Kantor. Una de ellas fue la de Antonio Pérez, titular de la Confederación Argentina de Deportes, quien lamentó la decisión de Ibarra de correrlo de su puesto.
El nombramiento de Campolongo al frente del contralor de los servicios públicos de la Ciudad fue quizá el más inesperado. Ocurre que el periodista fue jefe de campaña de Ibarra, por lo que todos imaginaban -sobre todo el propio Campolongo-un destino de mayor brillo en el nuevo organigrama porteño.
"Me habían ofrecido comunicación, pero la verdad es que eso hubiera sido volver a hacer de periodista, que para mí es una etapa superada. Yo quiero hacer una carrera en la política", confiaba Campologo a sus íntimos en los días en que esperaba ser nombrado al frente de la Secretaría de Cultura de la Ciudad, el lugar que le había pedido a Ibarra.
Por alguna razón, Aníbal desoyó sus deseos, y finalmente terminó nombrándolo al frente de un ente cuyas capacidades reales de gestión son muy pocas. El lugar que quería Campolongo quedó en manos del radical Gustavo López, ex interventor en el Comfer durante el gobierno de la Alianza y actual responsable de la Cultura porteña.
El esquema terminó de completarse con el nombramiento de los representantes macristas en los directorios del Banco Ciudad y de Autopistas Urbanas (AUSA). Los nuevos funcionarios son Grasso y Néstor Grindetti en el Ciudad y Fabián Valle, en AUSA, cuyo director seguirá siendo Felipe Nogués, ex compañero de Ibarra del Colegio Nacional Buenos Aires. Por su parte, el ex legislador Enrique Rodríguez se hará cargo de la Corporación del Sur.
Los nuevos nombramientos se suman al organigrama ya definido, integrado por Raúl Fernández (jefe de Gabinete), Marta Albamonte (secretaria de Hacienda), Eduardo Epszteyn (Producción), Roberto Feletti (Infraestructura y Planeamiento), Eduardo Hecker (propuesto para el Banco Ciudad), Juan Carlos López (Justicia y Seguridad), Daniel Rosso (Comunicación) y Débora Cohen (Legal y Técnica).
Por último, el gabinete de Ibarra se completa con Roxana Perazza (Educación), Alfredo Stern (Salud), Rafael Romá (Desarrollo Social), Héctor "Tom" Costanzo (subsecretario de Hacienda) y López (Cultura).