El boleto estudiantil fue y es un tema central para todos los estudiantes que viajan para llegar a las escuelas. Especialmente en este tiempo de una alta tasa de desocupación y de pobreza. Por eso este tema se convirtió en una de las principales banderas de la Federacion de Estudiantes Secundarios. Las empresas de transportes de la ciudad no quieren ceder un mínimo de su ganancia, por eso tratan de mantenerse reservados con la prensa y activos con los funcionarios.
Desde el despacho del diputado porteño, Marcelo Vensentini (Alianza), esgrimieron que "en la reglamentacion dela ley 350, que data de 1989, se estableció la potestad de la por entonces Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires, en cuanto a la reglamentación operativa de las prestaciones que realizaba la Empresa Subterráneos de Buenos Aires. Nosotros decimos que, no habiendo ninguna novedad con respecto a este tema, la Ciudad puede reglamentar el boleto estudiantil. Nos parece bien que acuerden entre la Secretaría de Educación de la Ciudad y la de Transportes de la Nación un boleto estudiantil que satisfaga las necesidades de los estudiantes, pero según la información que manejo, Metrovías no cedería a estos reclamos".
Muy por el contrario, en esferas oficiales de Nación se cree que la Legislatura porteña no puede legislar sobre estos aspectos, que son de jurisdicción nacional. A raíz de esto, comenzaron las tratativas entre la Secretaría de Educación porteña y la Secretaría de Transportes de la Nación para llegar a un acuerdo que contenga las peticiones de los alumnos de escuelas medias de la ciudad. En ese sentido, desde el despacho del legislador de la ciudad y presidente de la Comisión de Educación, Daniel Bravo (Alianza) se muestran esperanzados en que entre en vigencia a partir del año que viene.
Un grupo de legisladores integrado por Eduardo Valdés y Alicia Pierini (del Frente Justicialista), Vilma Ripoll y Patricio Echegaray (de Izquierda Unida), Jorge Altamira (del Partido Obrero), Abel Latendorf (del Partido Socialista Auténtico), Lía Méndez (del Partido Humanista), Juliana Marino (de Generación Intermedia) y Cristian Caram (de la Alianza), se hizo cargo de un proyecto de declaración presentado por estudiantes de diversas escuelas para promover la modificación del reglamento para el otorgamiento y uso del boleto estudiantil secundario. La propuesta es crear una credencial única, que permita a quienes la posean, abonar cinco centavos en los distintos medios de transporte urbano de pasajeros (automotor, ferroviario y subterráneo), de lunes a domingo, durante las veinticuatro horas, incluidos los feriados.
Existe también otro proyecto, firmado por los diputados Yelicic (Alianza) y Vensentini, que prevé que Metrovías les conceda gratuitamente 48 viajes en subte por mes – entre el 1º de marzo y el 30 de diciembre – a aquellos alumnos que logren acreditar ser estudiantes de enseñanza media, que asisten a instituciones o colegios públicos de la Ciudad. Esta iniciativa no prevé tampoco las actividades a contra turno de los alumnos, ya que en este caso deberán comprar los boletos al valor normal.
Julio Vitobello, legislador y presidente de la Comision de Transito y Transporte, le dijo a NOTICIAS URBANAS que "es una verguenza que la ciudad no controle ni siquiera las líneas de colectivos que empiezan y terminan en su territorio. El gobierno debe asumir la potestad – como lo asumieron todas las ciudades del mundo – sobre los problemas de transporte, además en el caso de que lo hiciera, estoy seguro que todas las fuerzas politicas – tanto de la derecha como de la izquierda – lo apoyaríamos en esta decision. Pese que hay superávit presupuestario, el gobierno tomó la decision política de no controlar".
Según los datos del Anuario Estadístico de la Ciudad de Buenos Aires de 1999, algo más de 121 mil estudiantes concurren a las 222 unidades educativas de nivel medio del sector público de la ciudad y, tal como lo demuestra esta misma publicación, el 18,4 por ciento de la población porteña se encuentra desocupada o subocupada. Evidentemente, luego de la recesión que aqueja al país desde entonces, esta situacion debiera haber empeorado notablemente.
En esta lucha, la FES se enfrenta, posiblemente, a la opción más difícil, que el Ejecutivo porteño, a poco de concretar la faraónica obra de los subterráneos asuma la responsabilidad política de regular el transporte de la ciudad.