CEAMSE: ¿Crónica de un final anunciado?

CEAMSE: ¿Crónica de un final anunciado?

Tras una serie de conflictos que por el momento aparecen como imposibles de solucionar, el modelo de empresa que es la Coordinación Ecológica Área Metropolitana - Sociedad del Estado está entrando en crisis. A la oposición de los intendentes del Gran Buenos Aires -que no intervienen en la conducción- se le suma un esquema empresarial que prioriza las respuestas técnicas por sobre los intereses de los ciudadanos. El intendente de Avellaneda planteó como solución al pasivo ambiental el enfrentamiento físico para que no se entierre más basura en su distrito. Desde el 1º de mayo, la Ciudad de Buenos Aires dispone sus residuos en Bancalari, pagando el astronómico precio de 41,70 pesos la tonelada


La Ciudad de Buenos Aires siempre enterró sus residuos -junto con otros ocho municipios de la zona sur del Gran Buenos Aires- en el centro de disposición final de Villa Dominico. Pero, en los últimos años, arreciaron las protestas. La contaminación, la sordera de los funcionarios de la CEAMSE y también la aparición de graves enfermedades entre los pobladores de la zona motivaron una creciente oposición de los vecinos a la continuación de los trabajos de enterramiento en el lugar.

LA SITUACIÓN EN AVELLANEDA

El intendente de Avellaneda, Oscar Laborde, viene clamando desde hace mucho tiempo por el cierre del centro de disposición final de residuos que posee la Coordinación Ecológica Área Metropolitana Sociedad del Estado (CEAMSE). En principio, la respuesta de la empresa fue de que a partir del 11 de mayo iba a ser suspendido el transporte y el enterramiento de residuos en Villa Dominico.

Pero llegó el 11 de mayo y la CEAMSE no dejó de enviar camiones al centro de disposición final, por lo que el intendente le envió un ultimátum al directorio de la empresa estatal, reclamando que a partir del lunes próximo dejen de operar el conflictivo relleno sanitario y, paralelamente, que le envíen instrucciones al municipio para enviar sus propios residuos a otra parte.

En el centro de disposición final de Villa Dominico se entierran diariamente unas 5.500 toneladas provinientes de la Capital Federal, a los que habría que sumarles 2.000 toneladas que se originan en otros ocho municipios de la zona sur del conurbano.

Un disgustado Oscar Laborde le manifestó a NOTICIAS URBANAS que "el lunes, a las ocho de la mañana vamos a estar en Las Flores 1800 -a la entrada del relleno sanitario- para impedir que sigan ingresando camiones al lugar. Ya le hemos pedido al directorio de la CEAMSE que no nos vuelquen más basura en Avellaneda".

"Para peor -prosiguió el intendente-, los municipios no tenemos ninguna ingerencia en las decisiones que toma la empresa estatal. Tenemos una relación de esclavos, hasta tal punto que en enero de este año CEAMSE nos comunicó un aumento de la tarifa desde 10,46 pesos a 15,63 pesos la tonelada, sin que nosotros pudiéramos hacer otra cosa que escucharlos".

"De todos modos -terminó el funcionario-, a partir de ahora, nuestro problema principal será lograr que el gobierno provincial nos reconozca que en Avellaneda existe un gigantesco pasivo ambiental, a la vez que le vamos a exigir a la CEAMSE que efectúe un muy preciso tratamiento de los gases y de los líquidos lixiviales, que contaminan y generan graves problemas de salud entre la población".

LA POSICIÓN DE LA CIUDAD DE BUENOS AIRES

Tal como habían prometido los funcionarios de la Ciudad, desde el 1º de mayo de este año, los residuos sólidos urbanos se entierran en el centro de disposición final de Bancalari, conocido como Norte III.

A pesar de que no hay quejas de los funcionarios -al fin y al cabo, el vicepresidente primero de la CEAMSE es un representante de la Ciudad-, también La Reina del Plata sufrió la furia tarifaria de la sociedad estatal. La Ciudad paga por cada tonelada que es transportada por SYUSA -concesionaria de la CEAMSE- hasta el relleno sanitario, un total de 41,70 pesos. Si, en cambio, los residuos son transportados directamente por la empresa recolectora hasta el centro de disposición final, la tarifa baja a 18,29 pesos. Estos precios significan un aumento similar al que sufrió Avellaneda, del orden del 50 por ciento, ya que hasta el año pasado la Ciudad pagaba 12,40 y 28,28 pesos por el mismo concepto.

Tras el conflicto que desataron la declaraciones del gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Felipe Solá, que se manifestó contrario a la misma existencia de la CEAMSE, el futuro de la empresa es, cuando menos, incierto. Quizás sea éste el momento en que los actores deberían comenzar a discutir un nuevo modelo de empresa sanitaria, puesto que parecería que la estructura actual está agotada, aunque muy pocos son los que se atreven a plantearlo con claridad.

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