En la carrera de cualquier banda es indispensable ?si no es mediante un boom mediático- trabajar disco a disco para ir in crescendo y lograr un reconocimiento que permita sumar mayor número de fans.
En el pasado inmediato de Ojas se encuentra Naranja, un disco que cumplía con creces las expectativas de quien lo escuchaba. Efecto, su sucesor, lleva el potencial contenido en el primer disco, un poco más allá, explotándolo, sacándole el jugo a la banda.
Lo musical de lado, Pablo Retameto, guitarrista de la banda, afirma que entre ambos discos algunas cosas siguen igual: "somos los mismos músicos, seguimos viajando en el Sarmiento y seguimos siendo pobres". También cambió "la forma de composición. Nos aburre hacer lo mismo, entonces disco a disco buscamos una variante que el de un color nuevo".
"Naranja fue un disco que compositivamente nos ocupamos muchísimo, en la canción en sí. En Efecto se trabajó mucho más en la sala de ensayo, en cuanto a zapar. Metíamos un riff y le dábamos hasta que llegue a un lugar que nos guste o no, se grababa y al otro ensayo se escuchaba y nos fijábamos si quedaba o no. En Naranja se trabajó más como laboratorio de canción", diferencia el guitarrista entre ambos trabajos.
En lo sonoro, Efecto le resulta a Retamero "más mugroso, sucio. Es 100 por ciento visceral". Para lograrlo, ensayaron desde principio de 2009 hasta marzo. En ese proceso de grabación, lo último en aparecer fue el nombre. ?Efecto es una circunstancia del nombre de un tema ?Perfección- que habla de los efectos y nos parece un disco efectista, por decirlo de alguna manera. Tiene su causa y su efecto?, relata Retamero.
"Lo habíamos tirado como nombre antes y gustó, pero quedó ahí. Después seguimos buscando y dos días antes que se mande a imprimir, ya estaba el arte entero y faltaba el nombre, hablamos y nos pareció bueno. No necesariamente tiene que ser ilustrativo con el disco, pero el CD habla mucho de los efectos, de manera inconciente", continúa relatando Álvaro "Duende" Gil Mariño, a cargo del violín y otros instrumentos dentro de Ojas. Complementa la idea Retamero: "el efecto que te genera el disco no se repite mucho. A cada uno le genera un distinto efecto".
Otro de los cambios que se sucedieron entre discos fue el cambio de productor. De Pablo Romero pasaron a trabajar con los hermanos Matías y Martín Méndez. "En un principio íbamos a trabajar con Daniel Melero, pero después no se pudo", luego apareció la posibilidad del dúo Méndez. "La banda ya tiene una personalidad y se planta. Queremos que el productor lo que haga sea potenciar al mango lo que es la banda. Ojas ya tiene una búsqueda, un sonido, una estética. Lo que queremos es que el productor escuche, registre y potencie eso", analiza el Duende.
El muro sonoro con que uno se topa al escuchar un disco de Ojas no obliga a relegar la lírica. Ambos aspectos, por lo contrario, se complementan de forma simbiótica. En vista del guitarrista, las letras son "más directas, aunque se escribe de una forma ambigua. Para una persona significan una cosa y para otra tienen otro significado. De todas formas son más direccionales que en Naranja, donde eran muy abstractas".
"Viaje" y "acelerador" son las palabras con que Retamero define la esencia de Efecto e imagina un viaje a Tucumán como el momento perfecto para escucharlo.
"Si se relacionan las letras con la droga está bien o no. Nosotros no damos nada digerido, si se quieren entender para ese lado, está perfecto", asume Retamero, respecto de la sucesiva referencia a "viajes", "efectos", "aceleradores" que se dan en la charla. Pero agrega que no se le cierra la puerta a nadie: "a algunos les gusta fumar o tomar cosas, y lo pueden disfrutar. A otra gente no le gusta y lo puede disfrutar también". Aclara, de todas formas "el viaje como algo interno. Me lleva a lugares, por las letras, por los cambios?".
Ojas tiene firmado contrato con Sony por medio del sello Iguana Records, lo que lleva a la banda una tranquilidad, ya que "no estamos pendientes de la venta de los discos". "La mayoría de las personas consiguen la música como pueden y es algo que ya está", analiza en relación a las descargas desde la web o las ventas ilegales. "A mi me interesa que se compren el disco por el arte, que de otra forma te lo perdes. Hay detalles finos que son importantes y te dicen algo más que la música sobre la banda. Yo tomo los discos como algo conceptual, me gusta enterarme de todo. Es una obra entera. Si lo bajas desaprovechas todo eso", reclama Retameto.
Del futuro, los años venideros y los próximos trabajos discográficos esperan poder tocar en el interior del país y en el exterior. "Sentimos que vamos creciendo pasito a pasito, queremos seguir manifestando algo, ánimos, ideas, peleas, lo que sea", auguran.
"Nos sentimos seguros de la música que hacemos, damos lo mejor que podemos", esgrime el Duende, que espeta "si después una banda la recontrapega y le va buenísimo está bien? una banda de rocanrol puede que lleve 20 mil personas, pero si sos como nosotros, algo más alternativo o no tan barrial, puede que no las lleves. Pero igual trabajamos para que lleguen a ser 20 mil? millones".
La alusión, claro está, es al emergente rock barrial o rock chabón. "Me da lastima por Calamaro, ya no le pueden robar más. Es una fotocopia, de la fotocopia, de la fotocopia de él", pero no queda ahí el enojo: "me rompe las pelotas, por que tenés gente que te sigue, esforzate y aprende dos acordes nuevos", reclaman.