Luis Barrionuevo continuó este domingo empeñado en desafiar a la lógica política. A la fuga del viernes le siguió otra hábil evasión, producida este domingo. El viernes, poco antes o poco después de la enorme concentración de las cuatro centrales sindicales, el líder gastronómico anunció, no sólo su ausencia en el acto central realizado frente al Monumento al Trabajo, sino su intención de almorzar con el presidente de la Nación el tradicional locro que se cocina habitualmente en el Día del Trabajador.
Pues bien, una inoportuna -o quizás muy oportuna- influenza lo apartó de su idea del viernes. “No voy, estoy en cama, engripado”, le anunció al periodista de un portal. De esta manera, no desairó sólo a sus colegas, sino que también hizo lo propio con el mismísimo presidente de la Nación, Mauricio Macri.
Por esta razón, Barrionuevo se convirtió en el principal émulo del gran Johann Sebastian Bach, el genial músico fallecido en Leipzig en 1750, que cultivó como ningún otro el arte de la fuga, una idea musical relacionada con la técnica del contrapunto.
Hablando de contrapunto, Barrionuevo se mostró como un talentoso intérprete de este tipo de so(a)nata el viernes, cuando para explicar su ausencia en el acto convocado por sus colegas sindicalistas, alegó que “algunos de los que están hablando en el otro palco, hasta ayer aplaudían la desocupación, el saqueo y el robo que nos hicieron todos estos años”, disparando desde la cadera contra algunos políticos ligados al kirchnerismo que se hicieron presentes en el acto.
En cuanto a su especialización en el arte de la fuga, el gastronómicoo se convirtió en la principal amenaza en la consideración de los grandes maestros hacia Johann Sebastian Bach, que fue considerado por ellos como el número uno, aunque sólo hasta ahora.
Los maestros evaluaron siempre a Bach como el primero, pero en poco tiempos más se disponen a reunirse para revisar su concepción. Barrionuevo, entretanto, se mostraría feliz si esto ocurriera. El único obstáculo para que su felicidad sea total es un pequeño detalle, que hasta ahora a todos se les pasó por alto, pero que descubrió este perspicaz periodista: todas las fugas de Bach “están basadas en el mismo tono o sujeto -afirman los maestros- este tono es Re Menor”, incluso una de sus obras más destacadas, la Tocata y Fuga en Re Menor está basada precisamente en ese tono: el tono re menor. ¿Una definición involuntaria, para estos tiempos que corren en la Argentina, en los albores del tercer milenio?
