Cientos de indignados hinchas de River se comunicaron con la prensa para denunciar que, mientras en la puerta del estadio Tomás Vespucio Liberti algunos "hinchas caracterizados" revendían entradas a precios celestiales, a los numerosos socios que utilizaron el sistema Livepass se les ofrecía en las boleterías el canje de sus plateas por una entrada al infierno de la tribuna popular.
Cientos de socios que durante la semana habían reservado sus entradas para el superclásico del domingo -que se jugará en el estadio de River Plate- se vieron impedidos de canjear sus entradas porque, según los empleados de la boletería, "hubo diferencias entre la cantidad de entradas reservadas y las que se regalaron a los amigos".
El enojo de los hinchas millonarios se incrementó por la desprolijidad con la que se manejó el tema en el propio estadio, donde nadie supo dar una explicación coherente. Un tal Diego, que dijo ser el encargado de las boleterías para el canje, sólo atendía a los conocidos, mientras los hinchas
observaban los sobres que, a pocos metros de las largas colas, pasaban de mano en mano, en una desembozada operación de reventa.
Estos hechos ponen en duda la veracidad de las palabras de Diego Turnes, vicepresidente del club, que se atajó el martes relatando que ?hubo un intento de sabotaje a la página donde se realiza el canje, pero gracias al trabajo de todos,lo sacamos adelante", asegurando luego que ?los socios que hicieron sus trámites podrán retirar las entradas?.
La solución que propusieron este sábado los dirigentes fue ofrecer a los socios que, para que no quedaran sin ingresar el domingo, canjearan sus entradas para la Platea Alta por una Popular. Según algunos socios, con esta oferta pretendían dejar contentos a las víctimas de la maniobra, a la vez que ocultaban el negocio de la reventa de entradas que, según denunciaron éstos, realiza la dirigencia en connivencia con la barra brava.