Manuel Herrera – candidato a diputado por la lista de Gustavo Béliz- es un hombre que se empeña en desmentir los estereotipos. Proveniente del mundo empresario – fue secretario general de la Unión Industrial Argentina -, no adhiere al discurso económico predominante. Cuenta que "en Filadelfia y en Cleveland, en la década del 80, yo ví la decadencia del comercio minorista, lo deshicieron con la promoción de los meganegocios. Si usted va hoy a París, a Manhattan, a Londres o a Roma, no va a ver nigún hipermercado. Todos están en las afueras de las ciudades. Así protegen a los comercios de barrio, que son los que se relacionan con los vecinos, al revés de los grandes comercios", se indigna.
Estuvo en el ARI, pero se fue. Rescata a "Lilita", pero no está de acuerdo con lo que postulan algunos de sus laderos. "Ellos dicen que no hay que hacerle propuestas a la gente – se horroriza -, porque después muchas veces no se pueden cumplir. Yo digo, en cambio, que sí hay que hacerlo,
porque los argentinos no eligen rey, eligen representantes, que a su vez reciben un mandato. Son gente que yo respeto mucho, pero como yo no estaba de acuerdo con algunas cosas, me fui".
"Mire cómo evolucionó el país en los últimos años – agrega Herrera, un hombre temperamental -. En los 70′, yo me especializaba en elaborar una propuesta industrial, juntaba a los inversores y nos poníamos a fabricar. En los 80′ me especialicé en fusiones empresariales, que es un eufemismo que se usa para no tener que decir que más que fusionadas, las empresas están fundidas. En cambio, en los 90′, los especialistas exitosos son los que se ocupan de quiebras y convocatorias de acreedores, es decir, de las empresas que están a punto de cerrar. En eso nos hemos convertido".
Herrera tiene una propuesta de 500 medidas que habría que tomar para que la Argentina vuelva a crecer. "Hace 20 años que me ocupo de los temas públicos, e incluso alguna vez fui asesor ad-honorem de algún diputado en el tema de las economías regionales. También rechacé candidaturas de casi todos los partidos políticos, hasta Menem me ofreció alguna vez postularme en sus listas. Lo que pasa es que yo no reconozco códigos partidarios ni cajas políticas", se molesta.
Fundador de su propio partido político, que se llama Causa, Herrera – de origen radical, en la prehistoria de vida -, acota que el nombre alude a aquella definición de Hipólito Yrigoyen, que decía que el radicalismo era "la causa contra el régimen". De todos modos, cuenta que todos sus amigos le decían que el siempre había sido peronista, pero que "el único que no me había dado cuenta era yo". Se asoció con Béliz "porque siento que coincido con muchas de sus propuestas".
"Esta no es una elección legislativa más. Hay que cambiar – agrega -, y hay que cambiar todo. No se puede hacer La Gran Moreau, que primero fue opositor y luego le votó todo lo que Cavallo le pidió. Lo que pasa es que las oligarquías partidarias han destruído a los partidos políticos", manifiesta, sin resignación.
